A esta altura, todos reconocen la necesidad de un plan anti-inflacionario, pero la pregunta de fondo es cuándo se aplicará. ¿Lo hará este Gobierno? ¿O el próximo? ¿Se pondrán de acuerdo la oposición y el oficialismo para hacerlo? El análisis de Jorge Fontevecchia.
Sergio Massa |
Télam
"Cuando la inflación alcanza niveles del 100% anual como los que tenemos hoy, una parte de ella no obedece ni al déficit fiscal, ni a la emisión de dinero. No hay, en este momento, mayor déficit o mayor emisión que cuando había 50% de inflación", afirmó Jorge Fontevecchia en la apertura de Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9) del miércoles 19 de octubre..
La inflación se vuelve causa de la inflación
Según lo que explicó el conductor, "lo que sucede es que, pasado cierto nivel, la inflación es su misma causa. Se independiza de las causas que la generaron, y comienza a ser, ella misma, su propio origen. Y luego se convierte en “expectativa”, como la profecía autocumplida".
Ese espiralamiento, sostuvo Fontevecchia, donde el efecto se convierte en causa, hace que las soluciones se transformen en problemas. Pervierte todos los instrumentos para su control. Como las paritarias, que en lugar de resolver el problema de la pérdida del poder adquisitivo, pasan a consolidar nuevas pérdidas agregadas tras cada negociación, por cada nuevo salto de la inflación.
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La única forma de solucionar la inflación, llegado este punto, es salir del gradualismo, que solo puede ser una etapa previa, preparatoria, para un plan de estabilización, de shock. Hoy nadie discute la necesidad de este plan, sino el cuándo.
La pregunta es, ¿cuándo?
Aquí aparecen dos perspectivas que son políticas, ya no económicas: ¿Lo debe implementar el nuevo Gobierno que asuma el 10 de diciembre del año próximo o lo tiene que hacer este?
Si lo implementa el actual Gobierno… ¿modifica electoralmente sus chances electorales? ¿Hay una parte de la oposición que preferiría que ahora explote todo?, o una parte de la oposición que piensa: “este Gobierno nos quiere dejar la bomba a nosotros”.
En realidad, lo más sensato, sería que se aplique un plan anti-inflacionario que resolviera el problema más allá de las especulaciones electorales. Sería bueno, además, que este plan contara con el apoyo de la oposición. Porque para el próximo Gobierno va a ser mejor que no haya ni una explosión, ni que le dejen una bomba para que les explote en las manos.
“A continuación, vamos a repasar algunas declaraciones”, expresó el conductor.
“Para bajar la inflación, se requiere recorrer un camino. De ordenamiento fiscal, de superávit comercial, de cuidado de las reservas”, expresó Sergio Massa, ministro de Economía. Y agregó: “no es que mágicamente alguien pueda resolver un problema que es estructural, es un problema que estamos viendo en todo el mundo, y en Argentina está muy agravado. Lo que nos hemos planteado es un camino descendente, paulatino, firme, en el que cada una de las metas nos permitan plantear un resultado que puede ser positivo, pero que depende de que tengamos la conducta para sostener el camino que hemos decidido recorrer”.
"La metáfora del camino se asocia con el tiempo. Por lo tanto, cuando dice un camino, lo que plantea Massa es cuándo se llegará a ese destino. Sabe lo que tiene que hacer, el problema es si lo hace él o el próximo Gobierno", profundizó Fontevecchia.
Dos miradas: gradualismo vs shock
A continuación, el conductor pidio escuchar fragmentos del debate que publicó el último domingo, en el diario Perfil, entre el actual presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, y quién lo precedió, Guido Sandleris.
Guido Sandleris dice, “ceo que es posible generar un plan anti-inflacionario, que rompiendo rápidamente con la inercia inflacionaria, y bajando la inflación rápidamente, genere una expansión de la economía”. Y agregó: “Lo que me hace más ruido es la parte fiscal, cuando analizo por qué terminaron sin poder consolidar la baja de la inflación otros planes anteriores, creo que la dificultad en mantener lo fiscal bajo control, generó la necesidad de financiamiento monetario del déficit, y esa es la puerta de entrada por donde vuelve la inflación”.
Sandleris se refiere a la entrevista publicada en el diario Perfil a Pérsio Arida, creador del Plan Real de Brasil, en la que el economista dice que no es necesario el equilibrio fiscal. Justamente, los planes anti-inflacionarios se hacen porque no existe ese equilibrio fiscal. El objetivo es llegar al equilibrio en uno o dos años, cuando tenga éxito el plan.
Ahora analicemos la respuesta de Miguel Ángel Pesce, el actual presidente del BCRA: “Nosotros estamos haciendo un esfuerzo extraordinario por reducir la inflación, y lo vamos a conseguir, pero no a costa de un proceso de recesión agudo como el que se vivió en 2018 y 2019, con los costos sociales que tienen ese tipo de políticas. Hay que preservar los efectos positivos que estamos teniendo y hay que buscar moderar el proceso de inflación”.
En el coloquio de IDEA este viernes, José Ignacio De Mendiguren, una de las personas más cercanas al ministro de Economía, Sergio Massa, habló de que hay un plan anti-inflacionario en marcha, que a diferencia de otros planes, no es contractivo del consumo ni del salario.
Para ser realistas, todos los que funcionaron no fueron contractivos del consumo ni del salario. Para que haya un plan anti-inflacionario que tenga éxito, no solamente tiene que parar la inflación a toda costa, porque sería la paz de los cementerios. Para que sea exitoso, el plan además tiene que lograr que el salario y el consumo mejoren.
La discusión de fondo es, cuándo. ¿Lo hará este Gbierno? ¿Lo hará el próximo? ¿Se pondrán de acuerdo la oposición y el oficialismo para hacerlo? Ojalá ese cuándo sea lo antes posible.
