En diálogo con Modo Fontevecchia (Radio Perfil FM 101.9 y Net TV), Gustavo Marangoni y Carlos Fara analizaron los puntos claves que tendrá que resolver Sergio Massa al frente del ministerio de Economía. En ese sentido, Marangoni resaltó que si Massa tiene éxito, “va a haber tomado debida nota de la experiencia del Presidente”. Por su parte, Fara destacó que esta jugada implica una “última puerta” para la coalición gobernante.
¿Qué significa lo que sucede con la llegada de Sergio Massa al gobierno, tanto para él como para Alberto Fernández, Cristina Kirchner, para el Massa mismo y para la oposición?
Carlos Fara (CF): Significa una oportunidad de poder ver si enderezan el barco que viene haciendo aguas hace mucho tiempo. No necesariamente tendrá éxito. Simplemente se abre la última puerta porque no creo que el oficialismo tenga muchas otras jugadas más que recurrir a una persona que integra el propio frente.
Es una oportunidad de ganancia de poder para Sergio Massa. Es una reconfirmación de la jefatura política de Cristina dentro de la coalición y un desdibujamiento de Alberto que pasa a ser un "pato rengo", un presidente que va camino a terminar su mandato, el foco está en otro lado y muy difícilmente pueda ser reelegido.
Gustavo Marangoni (GM): Comienza una etapa en la cual tenemos un superministro, una maxivicepresidenta y un minipresidente. Este esquema no está ni en las costumbres políticas de nuestro país ni tampoco en nuestra Constitución. Es un diagrama de emergencia frente a un Gobierno que siempre tuvo el problema de su mal diseño.
Nunca se trató de funcionarios que no funcionan, sino de un gobierno mal diseñado para gobernar. Massa asume con el visto bueno de un sector del círculo rojo local y también, global. Con la paciencia de los conurbanos que le aportará el silencio de Cristina Fernández y ver si tiende puentes con la zona núcleo, que es el interior de la provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, lo que se llama el campo, la fábricas de dólares, para ver si juega con algo más contundente que el dólar soja que se conoció la semana pasada para tratar de acudir a la urgencia de conseguir dólares para el BCRA y estabilizar la economía.
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Si Massa tiene éxito, ¿gana también Cristina o significa la descristinización del peronismo? ¿Si gana el éxito es de él, y si pierde, arrastra a ella?
CF: Es claro que si fracasa Massa, fracasan todos, incluido Cristina, que inicia una nueva etapa de barajarse dentro del peronismo. No queda claro que, si le va bien a Massa, gana Cristina. Teniendo en cuenta que Cristina lo trae a Alberto y ese experimento fracasa, ahora deja que ocurra el experimento con Massa, pero no es que ella lo trae. La idea de ponerse en el centro de la escena es del propio Massa. Cristina arrastra un desgaste muy estructural como para pensar que una salvación por parte de Massa, pueda beneficiarla a ella.
GM: Massa y buena parte de la dirigencia del peronismo habrán comprendido la experiencia de Alberto Fernández. O se es delegado y representante de un poder vicario de una manera completa o se construye poder propio, pero caminos intermedios no hay. Quizá ese fue el error principal de Alberto, haber intentado no liderar para mantener la unidad del Frente de Todos. No consiguió ninguna de las dos cosas: no fue presidente pleno ni mantuvo la unidad del Frente de Todos. Si Sergio Massa tiene éxito en este proceso de estabilización y de encarrilamiento de la economía de la política, va a haber tomado debida nota de la experiencia del Presidente.
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¿Existe un corrimiento hacia la la derecha, el noventismo de la época de Menem? En este proceso de descristinización, el solo hecho de que Cristina haya elegido a Alberto Fernández como encabezador de la fórmula, alguien que claramente tenía un posicionamiento económico a la derecha de su visión y ahora con Massa, más a la ortodoxia, porque el contexto le impide a Cristina pensar en una economía más orientada a sus ideas distribucionistas.
CF: Sería cauto con eso. Veo que la sociedad se corre al centro moderado desde el 2012. Se debe al exceso de intervencionismo en la economía y, con Macri, que se iba hacia el noventismo. Nadie quiere volver a los ´90, pero tampoco se quieren los intervencionismos económicos. Se pide moderación y eso va a tratar de expresar Massa.
GM: Es un giro pragmático. La economía es oferta y demanda y ese es un matrimonio indivisible. El kirchnerismo insiste desde hace 10 años en la idea de que se puede distribuir, anabolizar la demanda sin ampliar la oferta, pero eso tiene límites internos y externos a la Argentina que quedaron evidenciados en la pandemia.
Demostrar que el Estado te salva es más una consigna que una realidad. Hay un sector que siente un peso opresivo de un estado que probó que estando cerrado en casi el 70% u 80% no le generaba demasiados prejuicios a nadie salvo el hecho de tener que sostener a quienes pagaban por esos servicios sin tener retribuciones.
Hay que prestar mucha atención a los sectores a los que, aún Massa, no controla, como el Banco Central y las políticas energéticas porque son la clave. Los subsidios, una estructura insostenible, y una política monetaria que terminó vaciando las reservas del Banco Central. Habrá que ver los giros de la administración.
CB PAR