Gabriel Vommaro, autor de “Mundo Pro” y “La larga marcha de Cambiemos”, explicó que “ninguna de las dos coaliciones mayoritarias estaba preparada para funcionar con una lógica de coalición". "Las dos funcionaban ordenadas por un líder, por Macri o por Cristina”, afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
¿Qué lectura hacés de lo que ha sucedido en los últimos días, el lanzamiento de Larreta, la foto de Vidal con Macri, la actitud de Patricia Bullrich?
Me parece que es un capítulo más de esta saga en la que el PRO no termina de acomodarse a una nueva configuración en la que no es solamente “el partido de Macri”.
El PRO no es más eso, en parte gracias a la propia acción de Macri. Cuando él se quiere parar por encima de los contendientes, asume ese rol de padre fundador. Pero a la vez, como buen líder de la tradición política argentina, les cuesta ceder el espacio a los que vienen detrás.
Básicamente, lo que hay es una prolongación de una interna por la sucesión de Mauricio Macri, que comienza por la candidatura presidencial, en la que Macri no se adviene todavía a ayudar a ordenar la situación.
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Eso hace que el PRO viva constantemente en una situación de confrontación, desorden, algo atípico para una fuerza tan verticalista. Y eso le da ventaja a un oficialismo, que tiene muchos problemas para ser competitivo, pero ante una situación así, le permite pensar que todavía puede pelear.
¿Cómo ves a Macri en cuanto a lo que se viene? ¿Tiene ganas de “revancha” como candidato?
Aunque no lo descarto, no lo veo como candidato, sino más bien tratando de mantener su rol de líder supremo del partido, sabiendo que si un candidato triunfa, ese mismo día comienza el declive de su reinado.
Quien asuma el liderazgo de la campaña, de ser exitoso, tendrá como primer tarea “matar al padre” para poder ser el líder. Ahí hay un gran problema de sucesión que todavía el partido no resuelve. El PRO muestra grados de cohesión bastante altos para un partido nuevo, pero también un gran desorden en los mecanismos para resolver estos problemas.
Claudio Mardones (CM): Juntos por el Cambio ha empezado a experimentar una fuga de votos por ultra derecha que hoy lo tiene a Javier Milei como un competidor de peso. Del otro lado, está la emergencia de Patricia Bullrich, que afirma que su candidatura no está en discusión. ¿Existen chances de que crezca la coincidencia entre Bullrich y Milei y eso derive en una separación de Bullrich del PRO?
Hoy lo veo improbable, porque sería, para Bullrich, renunciar a disputar la interna del PRO.
Está bien que hablemos de nombres propios, pero no olvidemos que Argentina, desde hace una década, tiene un ordenamiento electoral casi inédito en dos coaliciones que, hasta ahora, vienen funcionando como los dos grandes ejes de la competencia política.
En ese funcionamiento, también están incluidos los votantes, que se alinean en esas dos coaliciones. La aparición de Milei generó como un cierto ruido, y mostró un riesgo de que este funcionamiento se rompa o, al menos, se erosione.
No creo, todavía, que ninguno de los jugadores de peso, se vayan con Milei. Algunos dirigentes radicales lo han hecho, pero es algo que suele ocurrir cuando aparecen opciones nuevas. Más allá de eso, veo improbable, no imposible, que se rompa el PRO por la extrema derecha.
Lo que sí es llamativo es cómo la exacerbación de la pelea interna puede producir rupturas que después sea difícil suturar.
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¿Creés que el ordenamiento de Juntos por el Cambio, de poder ordenarse, ayuda a que se ordene el oficialismo?
Sin dudas. Pero lo que muestra la coyuntura es que les está resultando muy difícil ordenarse, en buena parte, porque hay un quiebre interno, que tiene que ver con dos temas.
Uno fundamental es que las dos coaliciones mayoritarias fracasaron en ofrecer a su electorado lo que prometieron, los beneficios prometidos. Por un lado, un gobierno conservador, y por el otro, un gobierno popular, por categorizarlos rápidamente.
Ese fracaso de ambos proyectos recientes erosiona la base electoral y está haciendo crujir las relaciones entre los líderes.
Lo segundo es que ninguna de las dos coaliciones mayoritarias estaba preparada para funcionar con una lógica de coalición, las dos funcionaban ordenadas por un líder, por Macri o por Cristina. La dificultad de esos líderes de ceder lugar, hace que se acreciente la incertidumbre de cómo van a poder ordenarse las coaliciones.
No sé cuál va a lograr primero salir de esta encerrona. Sin dudas, la que lo logre tendrá ventaja, y al mismo tiempo, incentivará a la otra a hacer lo mismo.
FM JL