Gustavo González, CEO de Perfil, habló de los inicios de Edi Zunino y de su legado en la profesión a la que dedicó toda su vida. “Como decía García Márquez, para ser periodista hay que ser buena persona, creo que esa palabra lo define perfectamente a él y a su mirada del mundo", expresó Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).
Nuria Am: ¿Cuál es tu recuerdo de Edi Zunino en el periodismo en general? Lo que más se reflejaba en las redes y en aquellos colegas que tuvieron la posibilidad de trabajar con él fue el recuerdo de una persona comprometida con la situación del país, una persona que siempre expresaba su preocupación…
Ayer, después de enterarnos de la noticia, me detuve en la memoria, sobre todo en los años en los que nos conocimos, allá por 1981, en el instituto grafotécnico.
Éramos un grupo de estudiantes recién salidos de la secundaria, y entre ellos había un flaco alto con una melena y una barba rubia espectacular, que en el año 81 implicaba un posicionamiento. Hoy parece absurdo, pero en ese año, andar con pelo largo y barba era una sospecha. Yo en ese año no podía llevar el cabello de esa forma porque estaba en la colimba.
En medio de aquella dictadura se nos ocurrió hacer una caricatura de lo que después podría ser la Revista Noticias. Una revista con mirada política, anti dictadura, azorados por la violencia, por líderes emocionalmente inestables.
Teníamos la redacción clandestina sobre la avenida Juan B. Justo y una oficina alternativa en frente del grafotécnico que se llamaba el Bar el Sacromonte, donde nos reuníamos y, cuando veíamos movimientos raros de falcón verdes, optábamos por irnos, dejando anotados teléfonos alternativos para que llamaran en caso de que no supieran de nosotros en las próximas horas.
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Me detuve en esos años en los que combatimos desde la adolescencia, desde una profesión y proyectos de periodistas. Recordaba lo que fue esa dictadura y lo que nos impactaba la violencia y el liderazgo mesiánico de personajes como Videla, que arrastraban a una parte de la sociedad, que normalizaba lo que era la violencia en ese momento.
Después dejé de ver durante muchos años a Edi, al no haber celular, era más difícil la conexión. Cuando Héctor D’Amico llamó a Edi en el '92 para que venga a trabajar en la Revista Noticias fue cuando lo volví a ver, todavía tenía esa melena rubia y esa barba maravillosa.
Alejandro Gomel: Ayer, Jorge Fontevecchia, recordaba las famosas escuchas con Cavalieri. ¿Cómo fue que se animaron?
Nosotros veníamos de cierta resistencia improvisada a la dictadura desde el año 81. Éramos inconscientes, pero teníamos práctica alguna en lo que eran momentos de conflictos. Éramos parte de una editorial en la que el dueño había sido uno de los detenidos secuestrados en un centro clandestino. Podíamos afrontar situaciones de riesgo con el interés periodístico y la dirección de Héctor D'Amico, que no venía de nada de eso, pero tenía un fervor profesional y un impulso de investigación notorio.
Este hecho puntual es muy interesante: estábamos investigando unas supuestas tierras pertenecientes a Cavalieri, el sindicalista, y en un momento Edi recibe una llamada. Sintió que había una propuesta indecente, algo raro.
Fue a la cita con un grabador prendido en el bolsillo y, cuando vuelve a la redacción, nos enteramos que la cita era una propuesta económica para él de mil dólares y, si fuera necesario, para Noticias y la editorial, de una pauta publicitaria del Sindicato de Comercio muy importante. Edi Zunino registró el intento de ensobrar al periodismo, fue el primer periodista que se cableó.
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A partir de ahí, con Hector D’Amico, junto a la ayuda del mismo Luis Moreno Ocampo, que recién comenzaba con su estudio de abogados, estudiamos para ver cómo se podía registrar ese intento de colmear al periodismo para dejarlos expuestos.
Al igual que Hector D’Amico, Ocampo nos decía que teníamos que llevarlo para que hable de Cavalieri.
Hector estaba todo cableado debajo de las camisas, habíamos hecho un plan en donde teníamos que ir sacando los datos para que quedaran registrados.
A los 10 minutos, D’Amico da por terminada la charla imprevistamente y luego nos confiesa que la batería y todo lo que tenía debajo de la camisa le estaba quemando todo el cuerpo. Después vino Cavalieri y, con la ayuda tecnológica del equipo de Mariano Ocampo, se dejó grabado el encuentro, donde Cavalieri verbalizó el ofrecimiento para que nos olvidemos de él.
NA: Edi formó parte de un periodismo en donde la investigación era todo. El periodismo también fue mutando y ensuciándose en algún punto, además de limpiarse con el correr de los años. ¿Cómo veía él esta evolución?
Ayer me acordaba de esa primera época nuestra. porque ahí estaba la génesis de nuestro espíritu, que era fundamentalmente contra la dictadura y su violencia, y contra una forma de periodismo cómplice que nos impactaba.
Nuestro impulso era acompañar con la información. Supongo que hoy él estaría horrorizado. Él se reiría al ver a nuestros colegas en posiciones de relacionamiento con el poder y la violencia.
Hoy vemos a periodistas que, más que partir de la necesidad de saber, van por el insulto. Las actitudes violentas que estamos acostumbrados a ver en la televisión derraman y generan un emergente. Claramente, hay un sector de la sociedad alimentado por una violencia que pide un cambio a costa de cualquier cosa.
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El asesinato de Cabezas y el legado de Noticias
AG: Me gustaría poner en valor lo que significó, en los años '90, la Revista Noticias.
Edi tuvo un rol excepcional, porque en el momento más terrible de la revista, que fue el asesinato de Jose Luis Cabezas, una consecuencia lamentable de la posición de la editorial y de la Revista de cuestionar a los poderes de todos e investigarlos.
Él fue la persona que recomendamos para liderar el equipo de investigación, creo que en alguna medida fue muy importante Edi. El asesinato de Jose Luis se pudo resolver, porque había un impulso de la investigación no oficial que se hacía desde la redacción en el que estábamos todos compenetrados y se conseguían informaciones y datos que después se volcaban a la causa que fueron muy relevantes.
En ese liderazgo, no solamente para poder investigar, sino para contener ese equipo de investigadores, el rol de Edin Zunino era fundamental.
Él venía preparándose psicológica y técnicamente para manejar situaciones de esa envergadura. Nunca nos imaginamos que íbamos a tener que prepararnos para manejar la investigación por la muerte de un compañero nuestro. Entre tantos roles importantes que tuvo Edin Zunino en la editorial,ese fue un momento clave y le debemos parte del esclarecimiento de aquel asesinato a la labor que él presidió.
NA: Si tenes que definir a Edi con una palabra, ¿cuál sería?
No tengo una palabra que pueda considerarse intimista, pero considero que hay una que es profundamente humana en la definición, aunque es una profesión: él era periodista.
Como los periodistas pensamos que esta es la mejor profesión del mundo y que, como decía García Márquez, para ser periodista hay que ser buena persona, creo que esa palabra lo define perfectamente a él y a su mirada del mundo, su mirada crítica, su deseo de ver críticamente lo que lo rodeaba y querer al otro, tratar de entenderlo.
Periodista significa profesionalismo, buena persona y mirada crítica.
VF FM
