El economista Juan Luis Bour habló en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9) y se refirió a las incoherencias del Gobierno para ejecutar un plan que reduzca el déficit fiscal: "no se puede tener un diagnóstico y tomar medidas que vayan en contra de ello", sentenció el integrante de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas.
¿Qué piensa de las declaraciones que hizo ayer el viceministro de Economía Gabriel Rubinstein?
Parecen ser de un analista de la situación económica que está fuera del Gobierno. Podrían ser declaraciones dirigidas a los agentes económicos o a la propia coalición. En todo caso, es relevante que considere que hay que solucionar el problema fiscal antes que reducir la inflación, porque pensar que se va a reducir con los programas de controles de precios es ilusorio.
Pareciera ser un diagnóstico razonable de la situación argentina, pero de alguien que no tiene posibilidades de hacer algo o directamente está fuera del gobierno.
Es decir, ¿el discurso la pareció consistente desde el punto de vista técnico, pero le llamo la atención la sinceridad en alguien que está cumpliendo la función dentro del Gobierno?
Claro, porque si usted tiene ese tipo de discursos, tiene que actuar en consecuencia. No se puede tener un diagnóstico y obrar de forma diferente. Si no puede avanzar en esa línea habría que preguntarse cuál es el rol que tiene el Gobierno.
¿Qué se hace cuando las condiciones de posibilidad con las que se encuentra un miembro de la actividad pública no son aquellas que le permiten implementar lo que cree que sería la mejor cura para el diagnóstico que tiene? ¿Podría aceptarse un paliativo o debe renunciar?
Tenemos el ejemplo de la gente que estuvo en el gobierno anterior: Ricardo López Murphy estuvo con su equipo y uno podría interpretar si "se fue o lo fueron". Tal vez no se pueda hacer lo que uno cree que tiene que hacer como programa, pero sí tratar de encontrar vías de acción. No se puede tener un diagnóstico y tomar medidas que vayan en contra de ello.
Se puede tener un diagnóstico sobre la inflación pero si al mismo tiempo el Banco Central está emitiendo pesos muy fuertemente, uno sabe que eso genera presión al alza sobre el dólar y sobre los precios. Ante esa situación, se puede conversar con el Banco Central para zanjar esa diferencia o renunciar. Lo que no suena muy consistente es quedarse.
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El primer problema que tiene un gobierno saliente es que no tiene muchos incentivos para comprarse una discusión seria. Ni dentro de la coalición, porque puede llevar a una fractura y eso es un escenario político complejo. Tampoco con la oposición, porque va a tener que discutir con quienes le van a pedir que, de alguna forma, haga todo el esfuerzo porque así reducen los compromisos de quién va a entrar.
Siempre es difícil, pero lo que se requiere es tener claro qué es lo que se va a hacer. Eso significa, entender que alguien que no es poco creíble, como el gobierno argentino, tiene que actuar de forma clara y distinta, como decía Descartes. No se puede decir que la emisión monetaria es exagerada y seguir emitiendo.
Tampoco se puede decir que hay un problema fiscal y el ajusto del gasto es pasar de una expansión del 11% a una expansión del 1%. No se puede decir que debería haber un sólo dólar y luego crear dólares alternativos.
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La sensación que tengo es que hay un plan antes de las elecciones que implica que el Gobierno va a devaluar y unificar el mercado cambiario una vez que acumule reservas.
Creo que Rubinstein entiende que hay que tener suficientes reservas para enfrentar la unificación cambiaria porque de otra forma sería un "Rodrigazo". Uno puede tirarse a la pileta porque recibió préstamos y créditos, pero debe alcanzar para emprender una unificación. También tiene que estar alineada la política fiscal. Esto implica bajar el déficit y bajar el gasto. Si se ponen más impuestos se va a generar una contracción, eso generará que se recaude menos y así será imposible evitar el déficit.
ADP PAR