El viceministro de Economía Gabriel Rubinstein habló en el 14° simposio de mercado de capitales y finanzas corporativas de IAEF y advirtió que si se intenta salir del cepo ahora y sin condiciones previas, el país caería en un "Rodrigazo".
En el encuentro, el segundo de Sergio Massa en el Palacio de Hacienda se refirió a la meta fiscal acordada con el FMI. “Va a costar uno y la mitad del otro”, adelantó haciendo un pronóstico pesimista.
Devaluación
Al viceministro le preguntaron si existe espacio para una corrección devaluatoria, a lo que respondió: “El Presupuesto 2023 dice que el tipo de cambio va a ser $270 el año que viene. Estamos previendo que se va a devaluar (en ese ritmo). ¿Conviene de esta manera o de otra y que después quede quieto? La brecha cambiaria, hasta que no esté en 10, 15 o 20 por ciento es muy disruptiva, tiene que apuntarse a la unificación”.
Sobre el cierre de su exposición planteó que "hacer una maxi devaluación, tiene otras consideraciones. Tiene que hacerse sabiendo que va a salir bien. Si sale mal es un Rodrigazo. Lo importante es estar lo más firme posible en lo fiscal. Estamos lejos del superávit. Estamos a brazo partido para llegar a las metas acordadas” con el FMI.
Sobre todos los tipos de dólar que existen hoy en la Argentina y el mercado cambiario, el funcionario expresó que "no es posible salir del cepo ahora, si hacés una devaluación y sale mal es un Rodrigazo".
Respecto al Presupuesto 2023 ya adelantó que será difícil cumplirlo por la presión que ejercerá sobre la pauta de gastos la instancia electoral presidencial del año que viene.
Con una sinceridad que sorprendió a todos los presentes en el simposio, Rubinstein señaló: "Es para pegarse un tiro como nos apartamos de una economía ordenada". La frase fue en referencia a los superávit gemelos de los primeros años de este siglo.
Duro pronóstico de Gabriel Rubinstein en el Senado: "Estamos coqueteando con la hiperinflación"
Acto seguido, recordó: "El orden macro pasa por el orden fiscal, ir al superávit y unificar el mercado de cambios, son herramientas que ordenarían la macro economía. Me tocó participar de costado del mandato de (Roberto) Lavagna. Uno puede ver las condiciones más o menos propicias pero hubo una época en que teníamos 3% de superávit fiscal, 2% de superávit de cuenta corriente, 40 mil millones de reservas netas, 5% de inflación; tasa de Lebacs de 6% anual; no había controles de precios, no había problemas controles cambiarios, porque las regulaciones eran muy laxas. Se podían comprar 2 millones de dólares por mes. Era la única restricción".
"El Gobierno que hizo eso ganaba con comodidad. Esa macro que se logró con buen criterio heredando cierta situación. De esa macro nos apartamos, es para pegarse un tiro. Yo me propuse como idea personal meterme para ayudar a ir en esa dirección".
"Uno y la mitad del otro"
Respecto al déficit fiscal, el economista puntualizó: "Estamos experimentando una baja en la demanda de dinero. En términos macro eso es equivalente a aumentar el déficit. Si uno puede equilibrar eso, podríamos ver que el déficit fiscal aun con 1,9% el año que viene que cuesta uno y la mitad del otro que sea así".
Luego habló de Precios Justos, que fija los valores de 1.500 productos por cuatro meses y para los que no ingresen al programa estipula que no podrán aumentar más del 4%. "Cuesta mucho pero si lo logramos es compatible con una inflación del 60% anual. Tiene sentido la política de precios, que es una mala idea el nombre porque es una frase de Hugo Chávez. El 60% anual es horrible. Pero 60% es mejor que 100 por ciento. Soy de la idea de cuanto menos, mejor, incluso para el que venga. Hubiera querido algo más profundo", dijo.