Transcurren horas frenéticas para el presidente de Francia, Emmanuel Macron. El terremoto provocado por la disminución de su poder de fuego en la Asamblea Nacional, a raíz de la pérdida de la mayoría absoluta de su partido, Ensemble, en la Audiencia Nacional, lleva al país a una parálisis política de la cual sus ciudadanos no tienen memoria.
Un terreno desconocido en el cual Macron explora las vías para acordar con los líderes de la oposición una alternativa para no sucumbir en su segundo mandato. Los recibe en el Elíseo, entre ayer y hoy, para medirles el pulso. Macron necesita atraer a su bloque a 44 diputados para lograr la mayoría de 289 escaños.
La otra posibilidad consiste en buscar apoyos puntuales ley tras ley, algo inédito en Francia. Otra alternativa sería disolver la Asamblea y convocar nuevas legislativas en el plazo de un año. Le queda negociar con los conservadores de Los Republicanos para atraerlos hacia su bloque por medio de intercambios. Son 64 escaños, señal de tranquilidad. Pero su líder, Christian Jacob, reiteró su rechazo a acordar con Macron, excepto que sea por leyes específicas.
Antes del desfile de los opositores presentó su renuncia la primera ministra, Elisabeth Borne, trámite habitual después de las legislativas. Macron la rechazó. Al menos, por ahora, ya que deberán dejar de formar parte de su gobierno tres funcionarios que perdieron en sus circunscripciones y se quedaron sin escaño.
En esta situación se encuentran la ministra de la Transición ecológica, Amélie de Montchalin; la de Sanidad, Brigitte Bourguignon, y la secretaria de Estado del Mar, Justine Bénin. En medio de los contactos de Macron, la Francia tripolar de voces contra el sistema preparan su artillería en la Asamblea.
Tiembla Macron con la pérdida de la mayoría en la Asamblea Nacional
Desde la izquierda, Jean-Luc Mélenchon amenaza con presentar una moción de censura al gobierno en julio, pero no ha logrado que su coalición se fusione en un solo grupo parlamentario. Desde la derecha, Marine Le Pen dejará el cargo de presidenta del Reagrupamiento Nacional para ponerse al frente del grupo parlamentario. Un espacio y altavoz que nunca antes tuvo Le Pen y que abre de nuevo sus posibilidades para insistir como candidata a presidenta en 2027.
El cortocircuito en la Asamblea no ocurría desde 1958, cuando se instauró la V República. Más allá de la reelección de Macron, el 56% de los franceses creen que no es un buen presidente, según el último sondeo de Odoxa. En Francia no habrá elecciones hasta las europeas de 2024.
JL PAR