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La red social X de Elon Musk y el balance al cumplirse un año desde la compra

La desinformación y la complicada situación económica siguen siendo los mayores desafíos por resolver en el corazón de la compañía.

La red social X de Elon Musk y el balance al cumplirse un año desde la compra
Elon Musk, propietario de Tesla y SpaceX. | Télam

Un largo año agitado quedó atrás desde que el magnate Elon Musk oficializara el cierre de la compra de la red social Twitter (actual X), por la suma exagerada suma de USD 44 mil millones. Lo cierto es que mucha agua pasó debajo del puente durante esos eternos doce meses, entre otros el cambio y transformación de la plataforma que hasta echó a volar al icónico pajarito azul, para reemplazarlo por una imponente letra X. Una jugada por demás arriesgada según los expertos, al dejar de lado una marca ya instalada globalmente.

El año de escollos y transformaciones comenzó en el mismo momento del cierre del acuerdo de compra. Como una sombría señal del futuro que le depararía a la plataforma, con el intento fallido de Musk de retirarse antes de completarse el proceso total. El 27 de octubre de 2022, el hombre más rico del mundo, Elon Musk, finalmente cerró la compra de Twitter. El anuncio oficial fue tuiteado: "El pájaro se ha liberado". Al poco tiempo se desató una ola de despidos y la más polémica reestructuración de la plantilla, lo que se tradujo en la baja de casi la mitad de sus 7.500 empleados.

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Un camino lleno de transformaciones

Durante el primer año de la “era Musk” frente a la dirección dela red social los cambios dejaron una profunda secuela. Una de las primeras grandes modificaciones que implementó el magnate apenas llegado a la compañía fue el polémico anuncio respecto de la eliminación de las famosas insignias de verificación. La reconocida tilde, la “marca azul” de Twitter fue repentinamente reemplazada por un nuevo proceso de verificación pago que lejos de brindar seguridad a los usuarios, dejó de garantizar explícitamente la autenticidad de las cuentas.

Así, a poco de hacerse cargo de la empresa y asumir como CEO de Twitter, Musk anunció la función de suscripción por el pago inicial de USD 8 dólares mensuales, para obtener la verificación mediante el servicio de Twitter Blue. También se implementó un esquema de reparto de ingresos publicitarios exclusivo para usuarios verificados. El objetivo es recompensar económicamente a los usuarios que fomentan la participación en la red social.

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Además de crear suscripciones y cancelar el uso de la tradicional y codiciada insignia azul, Musk también indultó miles de cuentas que habían sido eliminadas. Ello con la bandera de la libertad de expresión como argumento.

Monetizar con los contenidos

Los creadores de contenido, disponen ahora también de distintas opciones para monetizar con sus creaciones. Estas posibilidades no estaban habilitadas en un comienzo: las suscripciones y la posibilidad de ganar dinero por las visualizaciones de las publicaciones.

Una super app “para todo”

A su vez, quien fuera designada CEO de la compañía, Linda Yaccarino, (actual ex empleada) destacó oportunamente los logros del equipo en la aceleración del futuro de X. La eliminación del icónico pájaro azul, marca instalada y globalmente reconocida y su cambio por la nueva marca “X”, fue uno de los cambios más notorios y criticados. Fue en julio pasado cuando se decidió poner a volar al pájaro que dejaría de twitear. Ya estaba en cabeza del controvertido magnate la idea firme de convertir la plataforma en una “aplicación para todo”.

El plan estuvo centrado en poner a disposición de los usuarios una interactividad ilimitada, incluyendo audio, video, mensajería, pagos y servicios bancarios. Todo con el claro fin de dar nacimiento a un mercado global de ideas, bienes, servicios y oportunidades, todo en un mismo y único lugar: la aplicación X.

Desinformación y una ajustada economía

En el marco de un contexto global altamente volátil y polarizado, la plataforma X, debe hacer frente a grandes desafíos por delante: la desinformación y una economía complicada que no deja ver luz en el horizonte. El sueño ambicioso de Musk, de convertir a su red social en una “app para todo” sigue en marcha. Sin embargo, son demasiados y muy complejos los retos para una compañía que camina a los tumbos, y avanza como equilibrista sobre la cuerda.

Un año marcado por una ola incesante de despidos, renuncias y cambios arbitrarios de políticas empresarias, dejan ver las actuales consecuencias. En concreto, la compañía se encuentra ahogada y acorralada por un sinfín de acciones y demandas interpuestas por ex empleados, contratistas y accionistas. Por otra parte, debe afrontar varias investigaciones iniciadas por la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos, por la Comisión de Bolsa y Valores y funcionarios de la Unión Europea.

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También debe hacer frente al reto de garantizar la no divulgación de información falsa, en un contexto de grandes eventos globales actuales, como la guerra entre Israel y Hamas, lo que dejó a la red social bajo la mira. Ello, debido a que no son pocas las organizaciones tecnológicas que se expresaron con gran preocupación en torno a la propagación en la plataforma, tanto de falsas afirmaciones como de propaganda relacionada con el conflicto bélico.

Impacto en las futuras elecciones

La eliminación de la garantía de autenticidad que brindaba la verificación con insignias o tildes azules, restó confianza y credibilidad a la red social. Previo a la modificación del sistema, los usuarios podían confiar en que las cuentas verificadas pertenecían realmente a quienes afirmaban ser. Actualmente, el sistema vigente lo único que asegura es que se trata de una cuenta paga pero no garantiza su autenticidad.

Advierten los analistas, que esta realidad podría tener un preocupante impacto en las próximas elecciones en Estados Unidos principalmente, amén de otros países del mundo, debido al temor a una amplia difusión de campañas de desinformación. A todo esto se suma la sombra que cubre a la compañía, con cifras y datos opacados al haberse posicionado fuera de la Bolsa, y no tratarse ya de datos que estén disponibles y públicos lo que no se condice con la transparencia de una compañía sana y saludable.

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Lo cierto es que tan solo un año después de su compra, los usuarios que publican activamente cayeron más de un 30%, según datos del The Washington Post. A su vez la compañía no para de sufrir la sangría de anunciantes e ingresos y X, se convirtió básicamente en una plataforma “para todo” tipo de discursos de odio y desinformación.

AO JL