Las protestas por la muerte de Mahsa Amini se cobran la vida de 130 iraníes
Esos fueron los datos aportados por Iran Human Rights, tras el fallecimiento de la joven que estuvo arrestada por no usar correctamente el velo islámico. Qué dijeron los países de la Unión Europea y los reclamos en las principales ciudades.
Las protestas por la muerte de Mahsa Amini se cobran la vida de 130 iraníes |
Télam
Iran Human Rights, con sede en Oslo, estima que ya han muerto más de 130 personas en Irán a raíz de las protestas por la muerte de Mahsa Amini, la joven que estuvo tres días bajo arresto por la policía de la moral acusada de no llevar debidamente el velo islámico.
De todas las víctimas, unas 90 personas habrían fallecido en las protestas inmediatamente posteriores a la muerte de Amini, hace dos semanas. Las 41 víctimas restantes habrían muerto como consecuencia de enfrentamientos violentos con la policía en la ciudad de Sahedan, el sudeste de Irán.
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Las protestas en Sahedan, capital de Sistán Baluchistán, fronteriza con Pakistán y Afganistán donde viven más de medio millón de personas, se iniciaron después de que se acusase de un jefe de la policía de haber violado a una muchacha de 15 años perteneciente a la minoría sunita. En los enfrentamientos también habrían muerto cuatro policías.
Los reclamos en los países europeos contra Irán
Unos 1.500 iraníes habrían sido detenidos por las manifestaciones. La protesta iraní se ha extendido por toda Europa. En Berna, una manifestación frente a la embajada iraní fue dispersada por la policía después de que dos personas lograran entrar en la sede diplomática. En Alemania ha habido también manifestaciones de solidaridad con decenas de miles de personas en diversas ciudades.
En París, centenares de personas desfilaron bajo la lluvia para mostrar su apoyo a los manifestantes iraníes. Entre ellos, grupos feministas y políticos de varios partidos. En forma paralela ayer se anunció la liberación del ciudadano de Estados Unidos que más tiempo ha estado detenido en Irán, siete años, desde el 2015.
Se trata de un hombre de negocios, Siamak Namazi, retenido junto a su padre, de 85 años, detenido un año después, según la ONU.
