Muchos habían creído que la guerra en Ucrania iba a salvar al primer ministro británico, Boris Johnson, de las consecuencias del llamado "partygate". Nada de eso sucedió, ya que continúa el escándalo de las fiestas ilegales en Downing Street durante el confinamiento por la pandemia de covid-19.
La Cámara de los Comunes aprobó una propuesta del Partido Laborista para que una comisión investigue si Boris Johnson mintió a pesar de haber pedido disculpas a los legisladores y a la ciudadanía.
Boris Johnson está contra las cuerdas
Scotland Yard sigue con sus pesquisas, y queda pendiente el informe de la segunda Secretaría permanente en la Oficina del Gabinete, Sue Gray, encargada de la investigación interna. Todo se centra ahora en el presunto engaño en forma deliberada al Parlamento.
Una nueva fiesta de Navidad, en plena cuarentena, hunde más a Boris Johnson
El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, considera que Johnson es incapaz de gobernar por haber mentido y por su falta de autoridad moral. Convalidaron sus palabras el líder de los nacionalistas escoceses en Westminster, Ian Blackford, y el de los liberales demócratas, Ed Davey, mientras varios legisladores conservadores, afines al Primer Ministro, admiten estar avergonzados.
Mientras tanto, las elecciones locales de mayo pueden ser una suerte de plebiscito para el atribulado Johnson.
AVS PAR