En diálogo con Jorge Fontevecchia para Radio Perfil, el diputado nacional del Frente de Todos habló sobre el encuentro que tuvo Juan Schiaretti junto a funcionarios del radicalismo y destacó que el gobernador de Córdoba es disputado por todos los espacios políticos. "Hay que despersonalizar la política para reforzar el diálogo democrático", destacó.
-Quiero preguntarte sobre las versiones de que habrá un cambio de gabinete después de Semana Santa...
-Te tengo que responder lo de siempre: son decisiones que toma el presidente y todos los funcionarios del ejecutivo son empleados de él. Nadie tiene que tomarse el atributo de anticipar cualquier tipo de información si la tuviera.
-¿Te parece razonable que después de Semana Santa, del acuerdo con el FMI y del nacimiento del hijo del presidente se configura una serie de condiciones para que pueda haber modificaciones y una estrategia de la segunda parte y la parte final del mandato?
-El tema de los colaboradores del presidente, los define Alberto. Ningún diputado ni militante del Frente de Todos puede decirle al presidente con quién tiene que trabajar. No soy quién ni para ratificar ni para pedir cambios. En segundo lugar, quienes están llevando la gestión necesitan nuestro respaldo hasta que el presidente disponga hacer algún tipo de cambios.
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-¿Estuviste en Rosario? ¿Escuchaste lo que se dijo allí? ¿A quiénes le hablaban?
-No, no fui. Supongo que a la militancia del Frente de Todos. Tengo respeto y cariño por muchos de los que estuvieron ahí. Por Agustín Rossi y Germán Martínez, por todos los que fueron. Entiendo que el pedido es poner el foco en la política y minimizar los conflictos personales. Uno de los problemas que nosotros identificamos hace tiempo es que hay un exceso de personalismos mientras que la política y las ideas quedan relegadas a los conflictos personales, cuando debería ser lo contrario.
-En estos tiempos se dice que la política la hacen las personas y que, por lo tanto, es imposible separar las ideas que las llevan adelante. ¿Es la política, también, una cuestión de personas?
-Los afectos y las emociones personales juegan un papel, pero cuando uno comunica hacia la sociedad y más en un contexto de crisis socioeconómica, hay que ser cuidadoso en resumir los conflictos o las tensiones, a problemas de uno. Lo personal cumple un papel pero no es algo que lo determina. Si la sociedad percibe que el conficto es personal eso va a hacer que descrean del sistema político en su conjunto. Las instituciones cumplen una función de resolver o institucionalizar los conflictos o o tratar de encontrar reglas del juego para resolverlos. La democracia requiere que los debates se despersonalicen.
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-Recientemente hubo un asado en la casa del ex gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, en el que fueron muchos funcionarios radicales. Lo sorprendente es que allí estaba el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti. ¿Creés que lo que paso en ese asado marcó la creación de algo nuevo, de una coptación de Juntos por el Cambio de Schiaretti y una separación del radicalismo?
-Que se junten dirigentes de la oposición y de distintos partidos a discutir, suma, aunque no lleguen a ninguna conclusión práctica. Formar opiniones, unificar diagnósticos forma parte del debate democrático. Si de ahí puede haber una alternativa electoral lo veo difícil. Pasó durante el gobierno de Mauricio Macri que los dirigentes se juntaban y, en algún momento, insinuaban la posibilidad de construir un espacio de la vereda del medio que le dispute a Massa ese lugar. Pero eso no terminó no ocurriendo. Es un problema la construcción de terceras alternativas cuando el debate público hoy se estructura sobre el diferentismo. Puede ser el intento de acercar posiciones y diagnósticos pero veo difícil que desde ese encuentro se reorganice el sistema político electoral en Argentina.
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-¿Podrá ser que esa ancha avenida del medio que se intentó y se fue disgregando, ahora esté sucediendo lo contrario, que Juntos por el Cambio, de manera pública, esté coptando a Schiaretti?
-No tengo dudas de que el cordobesismo es un espacio político en disputa por todos. Incluso por el Frente de Todos. Todos los que integramos este espacio evalúan que el aporte de Schiaretti, en esa experiencia que se dió en Córdoba, sumaría a cualquier proyecto desde la heterogeneidad y la diversidad. A Juntos por el Cambio le pasa lo mismo. Creo que tiene que ver más con un posicionamiento, más personal de los dirigentes que asistieron, que de una estrategia colectiva. Es una forma de cotizar más y dejar trascender. Yo me junté en muchas oportunidades con dirigentes de mi espacio político y de otros y no lo dejamos trascender porque la importancia es compartir ideas: con esa decisión estás tratando de mandar un mensaje que excede a una reunión en sí misma. Tiene que ver con fortalecer posiciones de cara a la negociación de cada uno de ellos dentro de sus coaliciones o para generar tensión al futuro y, con la incomodidad del radicalismo, frente al acercamiento a la ultraderecha.
-¿Te parece que en la provincia de Buenos Aires habría que desdoblar las elecciones? ¿Te parecería que no se vote nacionalmente sino localmente?
-Es una pregunta interesante pero complicada de responder desde mi rol de diputado nacional de la Ciudad de Buenos Aires. Yo no soy quien para decirle al gobernador ni a los bonaerenses qué tienen que hacer con sus elecciones.