El ensayista y profesor de Historia, Loris Zanatta, reflexionó sobre la idea de que "el orden político perfecto sería el que logra atar el cambio". Además, manifestó que "los grandes líderes argentinos son figuras más místicas y religiosas". "El peronismo tiene un origen de tipo religioso", sentenció en Modo Fontevecchia (Net TV y Radio Perfil FM 101.9).
No sé si usted conoce al pueblo aimara, que plantea que el futuro está en el pasado. ¿Qué reflexión encuentra entre determinadas culturas políticas y su relación con el pasado?
El tema de la percepción del tiempo, según cada cultura, es un tema que viene de la filosofía clásica. En la nota que escribí al respecto, cito a Platón y a referentes de la Iglesia que postulan que la pureza está en los orígenes. Eso después se ve corrompido, de alguna manera, por la historia, que es es vista como sinónimo de conflicto y del mal.
Por lo tanto, la idea es que el orden político perfecto sería el que logra atar el cambio, es decir, limitar o hasta impedir eso, para mantener la pureza de los orígenes. Es comprensible porque los humanos vivimos pensando que nos espera la muerte al final del recorrido. Y el objetivo o el sueño es evitar el mal.
Esto se relaciona con el PJ porque el peronismo tiene un origen de tipo religioso, es decir, nace como el brazo secular de una visión religiosa del mundo. Y como tal, tiene esta idea de la pureza de los orígenes, la limitación del cambio y el sueño de devolver a su pueblo la tierra prometida. Pero uno también se puede preguntar si esto funciona en política, repitiendo lo mismo que hace 70 años.
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¿Encuentra que el peronismo tiene el pasado colocado en el futuro de una manera más marcada que otros grandes partidos?
Esa es una perspectiva política de los movimientos que nacen de una raíz de tipo religiosa. Le pasa también a los que tienen un origen marxista. Ellos piensan que la historia tiene sus leyes y hay que seguirlas. Y que al final de eso existe un paraíso terrenal. Por eso a esos partidos les cuesta más adaptarse a la sociedad y al cambio histórico.
En el peronismo se repite la misma situación desde que nació, de un pecado del pueblo llamado injusticia social, que crea la condición para la expiación del mal por parte del líder del movimiento, que viene a ser el redentor. Ese es el molde del último discurso de Cristina Kirchner y el de los discursos históricos de Fidel Castro.
En Argentina se cumplen dos años del fallecimiento de Diego Maradona y en la misma fecha murió Fidel Castro. En nuestro país hay una tendencia a que sus líderes sean rebeldes y confrontativos. ¿Hay una metáfora en la elección de la sociedad?
No sé si de carácter nacional, porque Argentina también tuvo grandes científicos, industriales y pensadores. Pero no son los más populares. Los grandes líderes argentinos son figuras más místicas y religiosas, es decir, que permiten construir un mito. Y en ellos se puede identificar una idea de salvación.
¿Tiene algo que ver esto con Italia y con el Papa Francisco?
Sí, por supuesto. La cultura italiana es bastante parecida, con una historia larga. En al adoración de los líderes místico-religiosos, Italia se parece a la Argentina. Pero tenemos una sociedad, en especial en el norte, más secularizada. Y en Argentina ocurre lo contrario. La contienda política siempre se transforma en una religiosa.
No sé si usted vio y recuerda esa famosa película italiana La grande bellezza, donde una líder espiritual muy anciana que le dice al protagonista que sólo comía raíces porque la verdad está en la raíz. ¿Eso sirve para cerrar la idea de tener el pasado en el futuro?
Sí, porque todos amamos nuestras raíces. Pero, a veces, en lugar de construir una identidad a partir de eso, las raíces se vuelven una jaula que te obligan a seguir en el mismo lugar.
JL PAR