MODO FONTEVECCHIA
Plan económico

Los cambios en la ley ómnibus ponen en riesgo el ajuste fiscal de Caputo

En medio de un inmundo delirio legislativo, el presidente Javier Milei propone condiciones más duras que generan tensiones y revelan la fragilidad del ajuste fiscal. La ley Ómnibus, clave en este panorama, enfrenta una negociación crítica en el Congreso, poniendo en riesgo el plan del ministro Luis Caputo.

Luis Caputo
Luis Caputo | Na

Los cambios que quieren establecer en la ley ómnibus podrían afectar el plan de ajuste del ministro de Economía, Luis Caputo, según informó el periodista especializado en economía, Fernando Meaños, en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Ese es el gran riesgo que hoy está sobre la mesa de todos los analistas, tanto de los políticos como de los analistas económicos y del mercado. 

¿Por qué? Bueno, Alejandro Cátaro hablaba del ancla del plan. Bueno, el ancla del plan Milei claramente es el ancla fiscal: la devaluación, la reducción de las tasas de interés y todas las medidas de emergencia que tomó al asumir

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Se supone que eran aquellas medidas que ganaban tiempo por unos meses hasta que ocurrieran, al menos, dos cosas. Para empezar, sobre el final de marzo o comienzo de abril, debería empezar a llegar a Argentina el flujo de dólares más importante: el de la cosecha gruesa, el de la soja. Mientras eso sucedía, tenía que ocurrir otra cosa más, que era avanzar con el ajuste fiscal, es decir, la reducción del déficit y, sobre todo, las medidas que llevarán al déficit cero, que Javier Milei prometió para el año 2024. Todo eso está basado, en gran parte, en esta ley ómnibus que, con el correr del tiempo, está empezando a chocarse con la política.

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¿Qué quiere decir esto? Bueno, para que la ley tenga posibilidades de aprobarse tuvo que ir resignando algunos de sus principios. Ayer se conoció lo que vendría a ser algo así como el segundo borrador, la segunda versión de esta ley ómnibus, que tiene 100 artículos menos, pero sigue teniendo el mismo nudo, el mismo corazón. Y el corazón de ese proyecto de ley es lo que tanto preocupa al Gobierno, tiene que ver con los números fiscales.

Punto número uno: la fórmula jubilatoria, un tema central para el equilibrio de las cuentas públicas que quería el gobierno. Al principio, quería desactivar la fórmula anterior y quedarse con la potestad de ir diciendo mes a mes cuánto aumentaban las jubilaciones hasta que el Congreso estableciera una nueva fórmula. Bueno, eso prácticamente quedó en el olvido. ¿Cuál sería la mejor opción hoy para el gobierno? Además de desactivar la fórmula que viene rigiendo las jubilaciones, que se aumente todos los meses el haber jubilatorio en base a la inflación del mes anterior. Eso es lo que se negocia por estas horas.

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Otro punto clave en lo fiscal son las retenciones. Claramente, el Gobierno no va a tener el apoyo político para aprobar la ley si siguen adelante las retenciones a las economías regionales, es decir, todas aquellas pequeñas producciones a las que esta nueva norma les ponía una retención, en algunos casos del 8% y en otros del 15%. La opción más viable en este momento es que solamente quede el régimen de retenciones de derechos de exportación para los cultivos principales y que las economías regionales sigan sin pagar nada.

Otro punto destacado es que  hay un blanqueo donde el Gobierno tiene puestas muchas expectativas y la oposición reparos muy duros. Se dice, por ejemplo, que se pague solamente un 5% de impuesto para ingresar al blanqueo. Es una cifra demasiado baja que prácticamente no registra antecedentes, y eso que en Argentina hubo muchos blanqueos de esa clase. 

Hay otros puntos urticantes, pero uno muy comentado tiene que ver con lo impositivo, es el regreso del impuesto a las ganancias. El Gobierno quiere que todos aquellos que tengan un ingreso de bolsillo superior a $1.100.000 vuelvan a pagar impuesto a las ganancias

Algunos señalan en esto una contradicción, porque en el mes de septiembre, frente a un proyecto del poder ejecutivo impulsado por el entonces ministro de Economía Sergio Massa, Javier Milei apoyó la quita de este impuesto y lo justificaba con dos motivos: "Es un impuesto aberrante. Por un lado, por lo que implica en términos del impuesto a las ganancias a las firmas, porque lo que termina haciendo no solo es no permitir la asignación de recursos eficientemente, sino que además penaliza la acumulación de capital que a la postre se termina manifestando en menos puestos de trabajo, en menos productividad y en menores salarios. Pero como si todo esto fuera poco, nos encontramos frente al delirio descomunal de tratar al salario como ganancia, lo cual es un delirio total y, por lo tanto, además es inmundo. Y, por ende, tiene que ser eliminado".

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Este “inmundo delirio descomunal”, bueno, es el que ahora el Presidente está proponiendo reanudar, y lo está haciendo con condiciones bastante más duras que las que existían incluso antes de que Sergio Massa impulsara esa reforma. Con lo cual, esto también es una señal de cómo se está legislando del lado del gobierno. Te dicen: "Bueno, los mismos gobernadores que querían quitar el impuesto a las ganancias por razones electorales y aceptaban perder parte de la recaudación porque es un impuesto participable, son los mismos gobernadores que hace unos meses aceptaban eso para poder ganar las elecciones. Ahora dicen: "Bueno, si no reimplantan el impuesto a las ganancias, no tenemos fondo, no podemos seguir adelante". Así están las cosas, así está la negociación de esta ley Ómnibus.

Se espera que esta nueva versión tenga un tratamiento hoy mismo en comisiones en el Congreso. Y, desde luego, más allá de que se trata de una ley -por eso se le llama ley ómnibus- que aborda muchísimos temas, la clave de la ley está en el ajuste fiscal, porque sin ese ajuste fiscal, al Gobierno se le van acabando las herramientas para imponer el plan que quiere imponer, para que la fuerte devaluación que impulsó y que decidió en el mes de diciembre le pueda dar un margen de tiempo para equilibrar las cuentas y, sobre todo, para seguir con la otra parte del plan fiscal que no depende de esta ley. ¿De qué hablamos básicamente?, del retiro de los subsidios.

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Hay que tener en cuenta también que en el transporte, en el gas, en la electricidad, hay muchísimos servicios. Va a haber aumentos muy fuertes por el retiro de los subsidios por parte del Estado, y bueno, eso también va a ayudar a que comiencen a abrirse las cuentas fiscales. Al mismo tiempo, por supuesto, va a tener un impacto durísimo sobre las cifras de inflación que, si bien se fueron desacelerando en estos primeros días de enero o en estas primeras semanas de enero en el rubro de alimentos, también se perfilan para marcar aumentos muy fuertes en lo que tienen que ver con servicios, sobre todo para el mes siguiente, para el mes de febrero.

Pero lo cierto es que la discusión que está hoy en el Congreso pone en duda y, sobre todo, pone en una zona de riesgo a todo el plan del ministro Luis Caputo. Si no hay un ajuste fiscal y todas las medidas de emergencia en las que se supone que debieran dar paso a un plan de estabilización más profundo podrían quedar en la nada. Y, desde luego, eso pondría en riesgo a todo el plan que lleva adelante el Ministerio de Economía.

FM