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MODO FONTEVECCHIA
Radicalismo

Margarita Stolbizer: "Garpa más estar en los extremos, pero por ese camino le fue mal al país"

La candidata bonaerense a diputada nacional de Provincias Unidas planteó que la construcción del frente de los gobernadores debe servir para "reconstruir la confianza social en las instituciones".

La diputada nacional Margarita Stolbizer
La diputada nacional Margarita Stolbizer | X (@Stolbizer)

Margarita Stolbizer, candidata a diputada nacional del frente Provincias Unidas por la provincia de Buenos Aires, afirmó que el camino de los “extremos” no es bueno para el país y sostuvo que el nuevo armado, impulsado junto a gobernadores del interior, busca reconstruir la confianza social. “No se trata de repartir sillas, sino de ser parte de un proyecto nacional con muchos engranajes”, señaló en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).

Margarita Stolbizer es abogada y lidera el partido GEN, el cual fundó en el año 2007 tras abandonar la Unión Cívica Radical. Actualmente es diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, por la alianza Juntos.

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Tengo muchas ganas de dialogar en este momento raro que está viviendo la Argentina. Vos has sido una de las precursoras de crear un centro político. Fuiste tan batalladora con el kirchnerismo, especialmente con Cristina Kirchner, como lo sos ahora con Javier Milei, y siempre te viviste lo que vivió todo aquel que quería estar en una posición no extrema, siguiendo aquella idea griega de que la verdad está en el medio de los extremos. ¿Se están creando las condiciones o no para que ese espíritu tan esquivo vuelva a encontrar su cauce?

Sí, sin duda creo eso. Muchos me preguntan por qué me paro en los lugares que no tienen chances. Siempre, dicho vulgarmente, la pregunta de muchos colegas tuyos es si "garpa" mucho más estar en los extremos. Claro, garpa más estar en los extremos, pero por ese camino le fue mal al país. Lo cierto es que no elijo nunca el lugar de la conveniencia; elijo el de la convicción. Estoy en el lugar donde creo que hay que estar y me resulta muy cómodo.

No es simplemente porque me opongo a este o al otro, sino que creo firmemente en los principios de un espacio que defiende la institucionalidad, el diálogo por sobre todas las cosas y pensar un poco saliendo del cortoplacismo que caracteriza a la política argentina. Hoy en particular me parece muy importante esta idea de Provincias Unidas, que es lo que estamos armando conjuntamente con muchos gobernadores y gente en distintos lugares del país: pensar un proyecto de país, pensar hacia dónde queremos que vaya la Argentina. Porque el tironeo de los extremos lleva mucho tiempo discutiendo: de un lado, la persecución; del otro, “la operación”. Y nadie discute el país, nadie discute cuáles deberían ser los pilares realmente para llegar a la Argentina que muchos decimos que queremos.

Me resulta cómodo. Si hay hoy más chances, me ha generado una gran expectativa que la iniciativa no salga de la Ciudad de Buenos Aires, sino del interior. Esto tiene una conformación federal de origen y otra característica interesante: también salir de la mera teorización de la política y poder mostrar gestión política, que estén los gobernadores que han sido probados en sus gestiones.

De la misma manera, nosotros queremos claramente formar parte de eso. A Provincias Unidas en la provincia de Buenos Aires nos viene muy bien integrar esa idea nacional que hoy expresan seis gobernadores. Y creo que los seis gobernadores deben saber que a ellos los potencia tener un pie en la provincia de Buenos Aires. No hay proyecto nacional si no hay un proyecto para la provincia de Buenos Aires.

Con Juan Schiaretti hablábamos la semana pasada que el talón de Aquiles que siempre han tenido es lo mismo que ellos critican: el ambacentralismo, es decir, Ciudad más el conurbano y la Ciudad de Buenos Aires, donde juntos se concentran casi 15 millones de habitantes. Ese es el problema que siempre tuvieron, que siempre les faltaba la pata bonaerense.

No es solo que solo falta la pata en Buenos Aires, sino que en gran medida se desconoce. Y sobre todo voy a algo más puntual, que es el conurbano. AMBA es el conjunto con la Ciudad de Buenos Aires, y eso lo conocen un poco más porque viene a la Ciudad de Buenos Aires. El conurbano es algo bastante desconocido para muchos. En gran medida hay una estigmatización del conurbano. Ahí nací, ahí vivo, y además amo mucho el lugar en el que vivo.

Cuando voy al interior, me pasa a veces en la casa de mis suegros, que me preguntan cómo estamos. Reciben mucha información de los medios de comunicación, de las inundaciones y los delitos. Pero es un lugar muy grato para vivir. Tenemos los problemas que tienen otras ciudades de nuestro país y muchos lugares del mundo, pero creo que hay que conocer las características del conurbano para pensar en un proyecto de país, porque acá viven muchos millones de personas.

En ese sentido, hay algo peyorativo por parte de los sectores más radicalizados de este Gobierno, cuando hablaban de que les gustaba “hacer sus necesidades en un tacho”. Eso plantea un profundo desconocimiento.

Sí, un desconocimiento total sumado a otra característica de este Gobierno que es su crueldad en el tratamiento de las personas que la pasan mal. Me parece que no se puede llegar a esos extremos. Eso es lo que les empieza a costar. Creo que hay cuestiones que tienen un límite también. La sociedad, incluso quienes apoyaron esto como una expectativa de que no volviera lo anterior, está poniendo un límite.

Contaba también Schiaretti que en Somos Buenos Aires, el armado para las elecciones legislativas provinciales de septiembre tuvo muy poco tiempo, pero las expectativas para las elecciones de octubre son muy superiores. Me gustaría que vos contaras tu visión de qué diferencia habrá en los resultados entre septiembre y octubre.

No estuve conforme con el armado de Somos. Me pareció que se cometieron demasiados errores, sobre todo pensando en que la legislatura de la provincia de Buenos Aires tiene un nivel de deslegitimación y desprestigio muy grande. Lo que debió haberse hecho desde Somos no era pelearse por un pedacito de la chocolatería, sino cómo modificar eso, cómo hacer una oferta electoral que tuviera que ver con los cambios que queremos para la legislatura, sumado a que tenía que ser un ámbito de discusión sobre el proyecto de poder para la provincia de Buenos Aires.

Desde Somos hay que empezar a disputarle al kirchnerismo, sobre todo el que gobierna la provincia. Si lo que hacés es repartir los lugares de la lista o los cuadraditos del chocolate, no llegamos a ningún lado. Lo hablé en aquel momento con Schiaretti, y ahora también lo vengo conversando con Monzó, con Randazzo, con los radicales que acompañan Provincias Unidas. Me parece que hay una comprensión distinta.

Provincias Unidas
Emilio Monzó, Alfredo Lazzaretti, Margarita Stolbizer, Florencio Randazzo y Danya Tavel: los candidatos de Provincias Unidas en PBA.

Estamos pensando en términos de ideas, propuestas y proyecto, con la idea de 2027. No es solamente que quien quiera ser candidato a presidente deba tener un candidato a gobernador en la provincia. Hay que tener un conocimiento completo de la provincia de Buenos Aires y un proyecto de poder. Eso antes no se discutía. Hoy sí, y me anima con una expectativa muy positiva en Nosotros.

Ahora, los contextos indican que hay condiciones más favorables para instalar esta idea de una alternativa. A mí no me entusiasma tanto la idea del “centro”, sino la de ser una alternativa frente a más de lo mismo. Hoy Milei repite muchos vicios del kirchnerismo, y lo que nosotros planteamos es absolutamente distinto a ambos.

La otra cuestión de contexto tiene que ver con el análisis de lo que viene pasando en las elecciones. Milei viene perdiendo. En la elección de la Ciudad de Buenos Aires, solo el 15% acompañó al candidato de La Libertad Avanza que ganó. Ahora, en la provincia de Buenos Aires, es otra situación. Se ve que les ha llegado el mensaje. Por otro lado, no hay mucho que celebrar: si el 40% de los bonaerenses no fueron a votar, ese 40% no quiso acompañar la lista de Kicillof, Massa y Cristina. El peronismo tiene naturalmente ese núcleo duro de votantes, más los enojados con Milei, que tienen mucho que ver con estos temas. ¿Quién no tiene un familiar jubilado o discapacitado?

En el voto del peronismo en la Provincia también hay una incidencia fuerte de los intendentes. Ellos hicieron un esfuerzo porque tenían sus candidatos jugando. En octubre, los intendentes ya no juegan nada. Entonces, ninguno puso un candidato a diputado. Me da la impresión de que se abre una situación distinta, que nos pone en mejores condiciones.

Pensando en un presidente que busque un proyecto, necesita un candidato competitivo a gobernador de la provincia de Buenos Aires, que concentra casi el 40% de los votos. Cuando la otra alternativa fue Juntos por el Cambio, al ganar la presidencia, también ganó la provincia de Buenos Aires. No es el caso de Milei. También hay cierta huída de la candidatura de gobernador. Se me viene a la memoria dos casos Randazzo, que se peleó con Cristina le pidió que fuera candidato a gobernador. El otro es Sergio Massa. ¿Cambió la conciencia sobre la importancia del gobernador de Buenos Aires?

Vuelvo a insistir con esta idea de proyecto nacional, donde creo que debemos llegar todos a la conciencia del rol que tenemos que cumplir para alcanzar ese objetivo de ser verdaderamente una opción para que la gente confíe y nos acompañe. Porque el objetivo principal es reconstruir la confianza social en las instituciones, en la política. A mí me desvela mucho eso. Hago política hace tantos años; lo hago con la convicción de que la política es una herramienta de cambio, y entonces me duele mucho cuando veo los altos niveles de desconfianza.

Ahora, todos tenemos que saber que, en este entramado que hacemos, no se trata de repartir sillas. Se trata de ser parte de un proyecto donde hay muchos engranajes, y cada uno tendrá que estar en ese lugar. La primera vez que fui candidata a gobernadora en la provincia de Buenos Aires fue en 2003 y el radicalismo venía de hacer una elección horrible. Moreau había sido el candidato a presidente y en la provincia de Buenos Aires había sacado el 1%, y no había nadie que se animara, menos los varones, y fui candidata. Para mí fue una campaña divina. Me propuse ir a los 135 distritos, fui a todos caminándolos sin recursos y sacamos el 12% tres meses después.

Creo que hay que volver a encontrar la motivación en el sentido de representar a la gente, de ir, de hablar. Hoy la discusión es el rol de los medios de comunicación y de las redes sociales, y si eso efectivamente puede reemplazar el contacto personal de la campaña, cuerpo a cuerpo, donde te miro, te toco. No subestimo el valor que tienen los medios y las redes, pero no debemos perder el sentido humano que tiene que tener la política.

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Y hay muchos bonaerenses importantes, además de vos. Tanto Florencio Randazzo como Emilio Monzó...

Yo ya estoy grande. Hago esa aclaración, no porque le escape a las responsabilidades, sino porque las asumí muchas veces. Ellos dos son dos personas clave. Tenemos otra persona en nuestro equipo que es Nicolás Massot, que es muy bueno. Es una persona formadísima y tiene todo ese ímpetu, digamos, de ser muy joven. Los hay en el escenario político en general.

Nicolás Massot tuvo cierta visibilidad cuando presidió el bloque de diputados en el gobierno de Mauricio Macri, pero me parece que tanto Randazzo como Monzó tienen mucho mayor conocimiento y más camino recorrido.

Por supuesto. Lo que quiero mencionar es que no se trata solo del candidato a gobernador, se trata de cómo acompañamos un proyecto nacional donde todos somos esos engranajes necesarios para alcanzar el objetivo y para que funcione.

Otro síntoma de esa huida de la gobernación de la provincia de Buenos Aires es el pase de Facundo Manes a la ciudad de Buenos Aires. Me llama la atención que tan importante o cómodo es ser jefe de Gobierno de la Giudad, porque ser gobernador de la provincia de Buenos Aires es un problema al no contar con los recursos suficientes y sos dependiente del gobierno nacional. En la Ciudad no tenés ningún problema porque es lo suficientemente rica como para generar los recursos y poder ser independiente.

Lo de Facundo a mí me sorprendió también. Yo no sabía que él iba a hacer ese cambio. Él podrá explicar sus razones.

Siendo la persona que había sacado un millón de votos en la provincia de Buenos Aires. Fue el radical más votado en las últimas elecciones legislativas.

Claro. Para nosotros era un candidato puesto para encabezar una lista en la provincia de Buenos Aires. No tengo ninguna duda. Por eso nos sorprendió. Creo que sorprendió a muchos radicales también. El tema del cómo ha terminado el radicalismo es otro tema a analizar. No sé si tiene que ver con el pase de Facundo o no, si es la causa o la consecuencia.

Yo creo que la diferencia entre la Ciudad y la Provincia no es que la ciudad tenga más recursos, que los tiene, pero no pongo tanto el foco ahí. Tiene menos problemas sociales que la provincia de Buenos Aires. Nunca me gusta el lugar de víctima de la provincia de Buenos Aires, esa victimización que se escucha de muchos dirigentes muchas veces que se pelean por esto o aquello. Vivimos en la provincia más grande y más rica de la Argentina. No solamente tenemos casi el 40% de la población, sino que aportamos el 40% de la riqueza nacional.

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No es una provincia que deba considerarse menos o más pobre que las otras. Creo que tiene un problema de muy malas administraciones, más allá de un sistema federal, obviamente, que habría que modificar también, pero no se han hecho en la Provincia nunca las reformas que realmente habría que hacer para poner en marcha, que es algo que pasa también en el país. En el país no hay discusión hoy sobre cómo se construye realmente un destino diferente.

Hay pilares que no son reconocidos, menos en este Gobierno. Uno es el tema del conocimiento, que implica también la inversión en la ciencia, en la técnica. Hoy este Gobierno está destruyendo el sistema científico-técnico. Esos son los pilares, y sin embargo nunca se le da la importancia que deberían tener. Me refiero al conocimiento como el acceso a la información, insisto, la innovación, la tecnología. No discutimos nunca cómo modificar el estado de situación.

Entonces, el que llega a la provincia de Buenos Aires llega con esa idea de administrar pobreza, y a veces eso es un error. Vos marcas el tema de las industrias, eso es clave. Hay que volver a pensar en un proyecto de desarrollo industrial, productivo de la Argentina. Cómo no exportar solamente los commodities, sino empezar a exportar tecnología, conocimiento, valor agregado.

¿A cuántas cuadras vivís de la General Paz te diría?

Estoy en Morón, en Castelar. Estaré a 10 km.

Recuerdo cuando te hice una nota en tu casa, yo encontraba diferencias entre donde vos vivís y Liniers, que es el límite es el límite antes de la General Paz de la Oeste. En Brasil, el conurbano, que se llama el ABC paulista, que es además donde surgió Lula, es la poderosa industria de la Federación Paulista, la famosa. Siempre pensé por qué para San Pablo el conurbano era la fuente del poder industrial de una ciudad de 20 millones de habitantes. Uno de los aspectos es que la capital del estado de San Pablo es San Pablo, mientras que la capital de la provincia de Buenos Aires no es la ciudad de Buenos Aires. Hubo discusiones de incorporar o dividir en zonas el conurbano, para que de alguna manera se incorpore en una especie de administración general.¿Te parece plausible que en algún momento el AMBA debería ser un solo distrito político?

Me podría parecer deseable, pero no me parece tan factible. No es una discusión fácil de pensar en estos tiempos. Lo que vengo impulsando desde hace mucho otra discusión territorial sobre la provincia de Buenos Aires. Tenemos una división de secciones y de regiones que no tienen ninguna lógica, con secciones distintas en materia educativa, de la policía, departamentos judiciales, regiones sanitarias, la electoral. Todo es distinto.

Además, tenemos un municipio como La Matanza, que tiene casi 2 millones de habitantes, y tenemos más de 10 distritos que tienen menos de 10.000 habitantes. Hay una descompaginación muy grande. Creo también en procesos de regionalización que permitirían optimizar mucho más los recursos que la Provincia tiene.

Pero, volviendo al ejemplo, Brasil tiene un proyecto nacional de desarrollo industrial que es fuertísimo, con un apoyo estatal a la industria. Porque ahí se nos cuela otra discusión central de este tiempo: el papel del Estado. Ni el papel del Estado para subsidiar la política y todas las cosas malas que hemos visto, ni romper el Estado, destruir el Estado. Eso también es otro de los lugares donde nosotros nos queremos parar. Creo que Schiaretii lo expresa mucho: "Tanto mercado cuando se pueda, tanto Estado como sea necesario".

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