Pablo Ibáñez, periodista de El Diario AR, habló con Jorge Fontevecchia para Radio Perfil sobre la interna del Frente de Todos.
Escribiste un artículo que dice que, para el Presidente, la renuncia de Máximo Kirchner fue una acción quirúrgica orientada a hackear los efectos positivos que tenía el anuncio del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. ¿Por qué considerás que fue así?
Es lo que plantea el universo del Presidente, entienden que uno de los motivos que derivó en el principal enojo, luego agudizado por el voto en contra del acuerdo. Alberto Fernández entendió que se estaba esperando al acuerdo con el Fondo para lanzar un relanzamiento del Gobierno. Él entendió que la renuncia de Máximo fue un movimiento planificado para cortar -si existía alguna- una especie de tendencia positiva o de buen clima que podía generar la firma del acuerdo con el Fondo. Ese objetivo se reconfirmó con la votación negativa en el Congreso, hasta las horas previas había una expectativa de Alberto Fernández, que los diputados de La Cámpora o inclusive Máximo Kirchner podían abstenerse o eventualmente votar positivo.
Lo que agudizó el malestar fue que la información, que le llega al Presidente, es que hubo gestiones específicas para dar vuelta votos. Algunos votantes manifestaron que iban a terminar acompañando el acuerdo y absteniéndose. Eso agudizó la idea de la acción premeditada.
¿Cuál sería el móvil? ¿Que el Gobierno llegue a las elecciones del año próximo más débil de lo que podía llegar? ¿A quién y para qué le podría convenir ese escenario?
Es la pregunta que todavía no está resuelta sobre por qué está ocurriendo esto en la cima del Frente de Todos. ¿Cuál es el negocio político de sumarle a una crisis económica una política que seguramente agrave la situación económica? ¿Qué se está buscando? Ahí aparecen dos respuestas esenciales: advertir que el kirchnerismo está planteando situaciones cada vez más duras para que Alberto Fernández reaccione, para que se despabile y pegue el volantazo. La otra cuestión es más difícil de asimilar y es que se estén preparando para una etapa de consolidación de lo propio, más ideologizado sobre la base de que el 2023 está perdido. En ese concepto, la decisión de Máximo Kirchner tuvo que ver con eso.
Vos decís que Alberto Fernández pone al 17 de noviembre como momento de inflexión entre ellos. ¿Qué significa esto?
Es otro elemento que contó, en más de una ocasión, Alberto Fernández. Él entiende, percibe, que cuando anuncia en la Plaza de Mayo, post elección general, el día de la militancia que fue "la primera plaza albertista" y la única. Él plantea lo de la PASO y percibió que se había alterado de manera muy negativa la relación con Cristina y Máximo, porque avanza en una dirección que democratiza abiertamente un territorio que tiene que ver con la elección de candidatos. Él plantea que tiene que haber PASO desde el Presidente hasta el último concejal. Cristina no parecía ajena esa idea pero que aparezca anunciándolo el Presidente de alguna manera supone que está desafiando la jefatura estratégica de Cristina en el Frente de Todos.
Cristina Kirchner: "Que te pongan una banda y que te den el bastón no significa que tengas el poder”
En la mirada del kirchnerismo, Cristina además de la jefa es la estratega, que definió en su momento que el candidato sea Alberto Fernández y abrió la puerta para el regreso de Sergio Massa. Lo que entiende en esta decisión es que le saca la facultad de seguir pensando el futuro estratégico. También percibo cierto malestar específico del otro lado, sobre esta situación. Se da una coincidencia en ambos actores, hubo pasos previos pero este fue un paso más en esa tensión. Vemos una saga que de alguna manera aceleró un poco el proceso de tensión hasta el escenario bastante paradójico que nos presenta hoy.