Pablo Stefanoni: "Empieza a haber una desconexión entre el progresismo y los de abajo"
El periodista y autor de "La rebeldía se volvió de derecha" habló con Jorge Fontevecchia en el programa "Modo Fontevecchia", por Radio Perfil (FM 101.9), sobre el avance de la extrema derecha en Argentina y el mundo.
Derechas alternativas. “Engloban un conjunto de figuras, de ideas, de personajes más o menos excéntricos, que salen a dar una batalla cultural antiprogresista”. |
Marcelo Dubini
Pablo Stefanoni, periodista y autor de La rebeldía se volvió de derecha, habló con Jorge Fontevecchia en el programaModo Fontevecchia por Radio Perfil (FM 101.9) sobre el avance de la extrema derecha en Argentina y el mundo.
¿Estamos viendo un crecimiento de la derecha a partir de las elecciones en Francia? ¿O estamos subestimando a la izquierda?
Creo que la extrema derecha en Europa viene creciendo desde hace tiempo pero tiene dificultades para ganar las elecciones. Hay distintos tipos de reacciones: lo que en España se llama "cordón democrático" en Francia es Frente Republicano. O hacer barrera a la extrema derecha que le dificulta eso.
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En el caso francés, hace veinte años vemos un crecimiento sistemático: el padre de Marine Le Pen pasó a la segunda vuelta, pero entre la primera y la segunda casi no creció y el candidato de centroderecha le ganó 80-20. Esta vez, las elecciones van a ser más parejas, incluso si gana (Emmanuel) Macron, como dicen las encuestas, seguramente sea 55-45. Casi la mitad del electorado francés va a votar por la extrema derecha. Esta facción fue dividida, apareció un candidato más a la derecha que Le Pen y eso partió el voto.
En todo el mundo, hay sectores progresistas que polarizan con la extrema derecha y eso les sirve para crecer. La gran duda del fenómeno Milei es hasta dónde es una burbuja política y hasta dónde es realmente un fenómeno que se va a estabilizar. Hay un gran desfase entre la popularidad de Milei y su construcción política, que es todavía muy pequeña, y eso implica riesgos para él. La Ciudad de Buenos Aires siempre fue amigable con los outsiders, el resto del país requiere de una estructura, y ahí el riesgo de él es que se le llene de oportunistas y de gente problemática.
Hay que ver cómo se estabiliza ese fenómeno, por ahora expresa más rechazo que propuesta, con ejes que son comunes a otros países, como ser antiimpuestos o apuntarle a la casta política. Milei expresa lo que en otros lados dice la extrema derecha, solo que con un discurso anarcocapitalista. Es pronto para saber cómo se va a estabilizar, hay que seguir qué tipo de armado político hace, porque Argentina no es un país en el que los outsiders lleguen a Presidente.
¿Por qué la "casta"? ¿Por qué lo toman en Francia, en España? Milei y ahora Cristina Kirchner se refirieron a la "verdadera casta" por el Poder Judicial. ¿Quién copió a quién? ¿Por qué todos utilizan la palabra "casta"?
En 2011 en España fue Podemos la que empezó a hacer un discurso contra la casta, por lo menos en un sentido bastante amplio y fue muy productivo, le fue muy bien en las elecciones. Eso fue copiado en otros lados, incluso un estratega de Milei dijo que lo habían tomado de Podemos en España. Es muy transversal, tiene que ver con una expansión de discursos populistas, de izquierda y de derecha, que plantean esto del pueblo contra las élites.
En segundo lugar, algo que es bastante común en todo el mundo occidental, es el rechazo a los políticos tradicionales. En muchos países, los partidos que, hasta hace poco eran gobierno, están en una crisis total. Esto sucede en los partidos y existe un rechazo a las élites políticas. El término "casta" capturó ese rechazo y lo empezaron a usar con productividad muchas fuerzas de distinto signo ideológico.
Tenemos por un lado que Milei aparece seguido por una enorme cantidad de fans, entre los que se destaca la juventud, pero cuando vamos a las elecciones universitarias las gana un sector de centroizquierda, como Franja Morada. ¿Hay una diferencia en el grado de instrucción respecto de los jóvenes que siguen a la extrema derecha?
Depende de los países, en el caso argentino de Milei, es pronto para evaluar su impacto en la universidad. Para tener buenos resultados universitarios es necesario tener una política de ese tipo. Milei es un fenómeno muy personalista, no tiene una estructura más allá de él, tiene gente muy diversa entre sí. Hizo una buena elección en Buenos Aires, incluso en barrios populares. Hay un apoyo también de sectores que ponen su logo en las mochilas de Rappi. Conecta con un sector juvenil no integrado al trabajo formal y es una novedad.
No sé si hay una correlación entre su voto y el nivel de instrucción. Su principal votación estaba en la clase media baja, pero fue muy homogénea en toda la ciudad de Buenos Aires. Una gran parte del voto a Milei es el voto protesta, hay que ver cómo se estabiliza en el tiempo
El progresismo se volvió conservador, fue apostando por la idea de que los cambios se ven riesgosos. La idea de que el futuro va a ser mejor no está muy extendida. Aparece un tipo de derecha, que empieza a cuestionar desde una posición que parece más radical en su estética, en su cuestionamiento. Empieza a haber una desconexión entre el progresismo y los de abajo y hay mucha gente que se siente excluida por diversos motivos: materiales o simbólicos, que no encontraba una forma de expresar ese rechazo.
