En diálogo con Jorge Fontevecchia para Radio Perfil (FM 101.9), el abogado y sociólogo Roberto Gargarella, especialista en derecho constitucional, remarcó que “está de acuerdo” con el fallo de la Corte Suprema y que este organismo está siendo “cooperativo” para actuar en situaciones de “calamidad institucional”.
¿Qué opinás de este conflicto entre la Corte Suprema y el Poder Legislativo?
Estoy de acuerdo con la Corte con lo que acaba de hacer. Hay varios niveles. Uno de ellos es el hecho de que el Consejo de la Magistratura como institución es muy defectuoso, no solamente cómo fue creado sino cómo se pensó en sus orígenes. No es el diseño aceptable para un país como el nuestro. Otro nivel es el que uno no ve.
Es una muestra de horrores relacionados con intenciones de partidos, grupos, facciones, que solo están pensando si tienen su consejero o si quieren dañar aquí o allá. Yo me concentro en el nivel que ve el ciudadano común y que es el nivel del discurso público que dan los organismos. En ese sentido, tiendo a estar a favor de lo que hizo la Corte. Tenemos que pensar cómo hacer el derecho en democracias defectuosas como las que tenemos.
La Corte Suprema ordenó poner en marcha el nuevo Consejo de la Magistratura
Tenemos a uno de los poderes, que está bloqueando el Congreso, la posibilidad de que una de las patas de la institucionalidad argentina esté funcionando. Con una mirada a largo plazo, los poderes se tienen que ayudar entre sí en una visión cooperativa y eso implica hacer cosas que no están escritas en la ley pero que tampoco están negadas.
Mucho de lo que está haciendo la Corte, puede ser leído en esa clave. No hay que actuar sobre la emergencia, yo pienso en una respuesta opuesta pero que también es actuar en situaciones de calamidad institucional. Aquí la corte no impide nada. Está siendo cooperativa para poder seguir adelante.
Tenemos representantes del sector de la vicepresidenta que plantean esto como un golpe de Estado, como el caso de Dilma Rousseff en Brasil. ¿Está en el fondo la lucha entre un sector del Frente de Todos y la Corte Suprema, fundamentalmente Rosatti, sabiendo que, cuando estén los fallos definitivos, va a ser condenatorio en la medida en que haya pruebas?
El nivel de incendio de las palabras que usan estos actores es proporcional a verse en situación de perdidos. El kirchnerismo levanta el volumen de las declaraciones cuando se ve en problemas. Yo no lo tomaría en serio. Son términos desproporcionados que dan pena. En todo caso, nada de lo que hizo la Corte es contrario a la Constitución. Hay miles de cosas, como las audiencias públicas, que son compatibles con sus poderes pero que no están establecidas en ningún reglamento ni aparecen en nuestra Carta Magna. Pero nadie se las impide y está bien que lo hagan.
Esto no significa que el fallo me parezca atractivo y no soy ingenuo. Hay cosas en el fallo que aún no comprendo, como la idea de que la decisión anterior fue consentida por todos los demás poderes. Pero en lo sustantivo, implica cooperar de un modo que no le bloquea la posibilidad al congreso de seguir actuando.
"Agustín Rossi: "Parece que la Corte entra pateando la puerta al Consejo de la Magistratura""
El juez federal Daniel Alonso, que hizo la precautelar, descubrimos -y él mismo lo reconoce- que es de la misma lista celeste de la Asociación de Magistrados de quien dejó de ser presidente de la Corte, Lugones. ¿Genera suspicacia el hecho de que Alonso sea de la misma lista?
No quisiera dar trascendencia ni a los que hablan del golpe de Estado ni a leyes como las que hizo el juez de Paraná. No creo que merezca ser examinada en términos jurídicos. Hacerlo es darle una entidad que no tiene, es traducir al ámbito jurídico algo que es una pretensión de política partidaria de corto plazo.
¿Cuál es tu balance y opinión sobre el presidente de la Corte, Horacio Rosatti?
Rosatti tiene ayuda, afirmando en su práctica. Él es una persona que tiene misiones políticas y demostró cierta presencia en el ejercicio de la función pública. Es una persona decente que hizo cosas de un modo, política y jurídicamente, respetable. En general, su doctrina y lo que yo pienso no se llevan demasiado bien, en el sentido que yo disiento en muchísimas de las cosas que él dice, pero es una persona con la cual uno puede razonar.
Me parece incluso una buena noticia que él se quede coordinando este tipo de tareas. No desconozco que tenga ambiciones que trascienden. Aún así, me parece que está apelando al sentido común. Me parece sensato, tiene que ver con una virtud especial que él tiene, una muñeca política y opacidad para estar en dónde está. Confío, aunque esté en desacuerdo, en que pueda desactivar un conflicto que es muy grave.
CM PAR