Ricardo Sáenz, fiscal general ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la ciudad de Buenos Aires, reflexionó sobre cómo la presión social, la celeridad en las investigaciones y la impronta de cada fiscal influyen en el funcionamiento del sistema judicial. En Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190), el abogado también se refirió a figuras de la política que ejercen influencia sin ocupar cargos formales, como Santiago Caputo: “A mí me parece una situación rara de que, con la gran influencia que tiene en el gobierno, no sea funcionario público”.
Ricardo Sáenz es fiscal general ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la ciudad de Buenos Aires, miembro de la comisión técnica asesora en materia de cibercrimen creada por el jefe de Gabinete de Ministros de la Nación y el ministro de Justicia y Derechos Humanos, autor de varios artículos de doctrina sobre temas de derecho penal, derecho procesal penal, delitos informáticos y organización del Ministerio Público.
¿Cómo ves a la justicia?, ¿cómo ves a los fiscales? Por ejemplo, sorprende el contraste entre cómo fue el avance en el caso Libra y cómo fue el avance ahora en el caso Spagnuolo. ¿Cómo ves hoy aquel famoso tema de que hay una especie de abdicación por parte de la justicia, que solamente juzga a los gobiernos cuando se están por ir?
Sí. Eso en parte es cierto y tiene que ver con la historia, te diría, de los últimos 20 años más o menos. Yo creo que hay excepciones que hay que destacar. O sea, hay que acordarse que a Cristina Fernández se la condenó durante el gobierno de Alberto Fernández, cuando ella era vicepresidenta. Una condena que quedó firme. Y habría que recordar que se especulaba que la Corte no se iba a expedir antes de la elección, y la Corte creo que tuvo el buen criterio de hacerlo antes de la elección. Y además despegarse de toda esa especulación. De si lo hacía después, ¿qué pasaba? Si durante la campaña podíamos tener a Cristina haciendo campaña. Creo que hizo bien en hacerlo antes. Después, el tema de Libra o de los audios también tiene que ver con la impronta de cada fiscal: ¿cuánto quiere investigar? ¿Con qué celeridad? ¿Cuánta es la dificultad de obtener la prueba? Que muchas veces, es eso lo que pasa. En el caso de los audios, creo que de alguna manera es más sencillo conseguir la prueba en ese sentido.
¿Hay una presión social sobre la justicia?
Sí, eso se siente. En este año y medio yo no veo que eso esté pasando como sí se notaba en otras administraciones. De hecho, no se habla, ni en la ocupación de ustedes ni en la prensa, de lo que siempre se hablaba de las mesas judiciales. Hasta donde yo sé, no está pasando.
Y que no esté pasando, ¿es mérito del Judicial o mérito del Ejecutivo? Cuando dice Milei que no se mete con la justicia, ¿o es mérito de la justicia que, viendo la presión pública respecto de su letanía, trata de corregir siendo más acelerada en sus investigaciones?
Yo creo que en principio es mérito del gobierno. Tiene que ver mucho con la impronta, con la personalidad de cada juez: si se va a dejar influenciar o va a sentir esa presión social a través de los medios, de las redes sociales, que eso está muy presente. Tenemos gente de mucha experiencia, de muchos años en los cargos, con lo cual eso lo saben manejar. Creo que la mayoría lo sabe manejar bien. Pero no lo veo en este momento.
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Por ejemplo: yo veo a Servini, por un lado, que le pasa la causa a otro juez federal, a Martínez. Martínez de Giorgi dice: "No, no es para mí". Y se la vuelve a pasar a otro juez federal y están discutiendo tres jueces federales, ¿a quién le corresponde la causa? Es unpaquete: cada uno quiere sacársela de encima. ¿Cómo se lo traducís al lego en derecho?
¿Cómo traducirlo en términos jurídicos? No conozco los detalles, pero quién sabe, tienen razón jurídicamente. Pero ¿cómo explicarle esto a la persona a la que le parece que se la quieren sacar de encima?
A ver, ¿cuál sería? Un tema de las jurisdicciones: ¿la Casa Rosada o la jurisdicción de Olivos? ¿Qué es lo que se está discutiendo ahí?
No lo conozco en detalle, pero me parece que ese era el punto, porque la tenía Arroyo Salgado, la causa. Y luego pasó a Capital.
Para explicárselo a la gente: el presidente, tiene domicilio en Olivos o en la Casa Rosada
Me parece que esa era la cuestión.
Pero ahora son todos jueces federales de la ciudad de Buenos Aires, porque Arroyo Salgado es de San Isidro. Hasta ahí estaba bien, una discusión entre Arroyo Salgado y un juez de Comodoro Py. Es comprensible. Entre tres jueces de Comodoro Py, ¿por qué?
Porque debe haber alguna otra causa con que ellos invocan la conexidad con esta. Es la única causa que se me ocurre. Ya te digo, no lo conozco en detalle, pero debe ser eso.
O sea, lo que quiero decir es que si vos te ponés desde el lego, lo que ve es que es una causa que cada juez se la quiere sacar de encima.
Sí. A mí me parece, si mal no recuerdo, que Martínez de Giorgi tiene una causa que podría ser conexa y él puede decir: "No, no es conexa", y la rechaza. Y va a terminar decidiendo la Cámara a quién le corresponde.
¿Y por qué va Lijo?
Estaba subrogando a Servini.
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Escuchaste recién un informe, antes de que nosotros te entrevistáramos a vos, respecto de una consultora que brinda servicios de consultoría a distintas gobernaciones, y al mismo tiempo tiene entre sus principales figuras al asesor más importante del presidente, Santiago Caputo. ¿Está bien o, en el fondo, es la única forma de que un asesor pueda estar en un cargo público: sino, que sea contratado por factura, como un servicio, porque si no, habría cuestiones de incompatibilidad de funcionario público? Es decir, no podría él al mismo tiempo tener de clientes a los gobernadores e intendentes del interior.
Si está claro que él es socio de alguna manera es funcionario, sí habría una incompatibilidad.
¿Entonces es lógico que no sea funcionario, por eso mismo, desde el punto de vista estrictamente judicial?
No se si esa es la razón por la que no es funcionario público. Incluso hubo versiones de que él no quería ser funcionario público. A mí me parece una situación rara: con la gran influencia que tiene en el gobierno, que esto no es algo que estamos inventando en esta mesa, sino que está claro que la tiene, el presidente no se encarga de negarlo, al contrario, que no sea funcionario público. Eso me parece raro. A ver, me parece una construcción atípica del gobierno.
La justicia tiene una estabilidad que dentro de otros funcionarios públicos no existe. Pero la pregunta es si en realidad no quiere ser funcionario público porque la política tiene un sistema de selección negativa. Esta era una discusión incluso de los libertarios: que a la política van los peores porque está mal paga. ¿Cuál es tu visión respecto de la relación de la sociedad con los funcionarios públicos? Si finalmente podemos tomar a Santiago Caputo como un ejemplo: alguien que quiere tener el poder y no ser funcionario público. Parece que a Macri le pasa lo mismo: él quisiera ser una persona de mucho poder, pero no tener la obligación de ser presidente. O sea, ser funcionario público hoy en día es una carga muy pesada.
Sí, es cierto. Y no es un detalle menor los sueldos que tienen respecto del Poder Judicial. Hay muchísima diferencia de sueldos. La gran mayoría tiene mala prensa, es verdad. Es un trabajo muy estresante, de tiempo completo. Como decimos nosotros, una denuncia en Comodoro Py no se le niega a nadie. Muchas terminan sus mandatos, o antes, denunciados. Y realmente la política tiene mala imagen, como la tiene la justicia también.
Pero la justicia tiene dos ventajas, como decías: tiene mejores salarios y permanencia. Mientras que los funcionarios públicos del Ejecutivo son fusibles, generalmente duran poco, tienen mucha visibilidad y ganan muy poco. Salvo que se dediquen a otros negocios. Y se dediquen o no, generalmente además tienen causas luego en Comodoro Py. Analizado así, desde el punto de vista de maximizar el beneficio, dedicarse a la política no parece ser esto. Si no vas a ser corrupto, no parece ser esto de que en realidad es un gran beneficio. Por lo que la gente supone que entonces la motivación es dedicarse a la corrupción.
Si a mí me preguntás, todos los políticos que yo conocí a lo largo de mi carrera tienen una vocación por la política. Están los que no, y que van para el negocio seguramente, pero la gran mayoría tiene una vocación por la política y por el poder, en definitiva, que es la finalidad de la política.
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Pero los que vos conocés son aquellos que son elegidos. A lo mejor estamos hablando de toda una burocracia: ministros, secretarios, subsecretarios, para la cual la política puede terminar siendo una profesión, no simplemente una vocación. O sea, no todo el mundo tiene la suerte de tener una vocación. No recordamos la idea de la vocación que tenían los griegos, que era una voz: la voz de Dios que te llamaba, y no llamaba a todo el mundo, llamaba a algunas personas. O sea, aquel que tiene la fortuna de tener una vocación es un privilegiado. 90% de la población no trabaja de lo que le gusta.
Te iba a decir: es un privilegio trabajar de lo que a uno le gusta.
Probablemente estén por vocación aquellas personas que son electas. Pero me refiero a toda la organización que necesita un Estado para funcionar. Como este caso que estábamos hablando de este asesor que quiere ser monotributista, no quiere ser funcionario público.
Claro. Sí, sí.
Una reflexión final sobre la relación de la justicia y la política.
En el deber ser, no deberían tener relación. Pero es innegable que cierto sector de la política, justamente, el sector de la justicia destinado a juzgar las irregularidades de la política tiene alguna relación, y siempre la ha tenido. El tema, yo creo, es llegar de alguna forma a algo que realmente no interfiera. Yo puedo concebir que uno reciba a un abogado de un funcionario que quiere explicar la maniobra que se le imputa a ese funcionario. Y eso pasa: el “alegato de oreja”. Pasan las causas relacionadas con los políticos y pasan las causas comunes. Por ejemplo: a veces uno llama a un testigo para que le explique la maniobra porque uno no la entiende. Llama a un perito y lo tiene cuatro horas explicando de qué se trata la investigación. Ahora, si eso pasa a otro carril, obviamente, está. O sea, una presión, un ofrecimiento, lo que sea, eso es obviamente algo que no debe ocurrir.
A vos te tocó participar muy cercanamente en la causa de Nisman, que fue un punto de inflexión en la carrera política del kirchnerismo en su conjunto y probablemente lo que facilitó el triunfo de Mauricio Macri meses después. Por tu experiencia de 45 años, ¿creés que el caso de los discapacitados también tocó un punto sensible de la relación entre la sociedad y el gobierno?
Yo creo que sí. Ahora, si es un punto de inflexión o es equivalente a lo que pasó con el efecto de la muerte de Nisman, creo que lo vamos a ver con el tiempo. No creo que lo podamos juzgar ahora. Pero yo no tengo duda de que es algo muy importante.