Estados Unidos padece una ola de atentados. Desde que Eric Adams asumió la alcaldía de Nueva York, el 1 de enero, hubo 296 tiroteos en la ciudad. En el mismo período de 2021 habían sido 260.
En el ataque de ayer contra el metro neoyorkino, 10 de las 23 personas que resultaron heridas recibieron disparos de bala. La mitad se encuentra en estado crítico mientras que el agresor sigue prófugo.
A la hora en la que se produjo, las ocho y media de la mañana, la mayoría de los usuarios se dirigía a su trabajo o a clase en la línea N en dirección a Manhattan. El barrio de Brooklyn, a la altura de la calle 36, en Sunset Park se caracteriza por una clase media con mucha presencia de centroamericanos y de asiáticos.
El atacante era un pasajero más. Se puso una máscara antigas y abrió una granada de humo. Era afroamericano, de complexión robusta, 1,60 metros de estatura y llevaba un chaleco de obra color verde. Disparó a mansalva al menos 33 veces. ¿Su nombre? Frank James.
"Fotos: así fue el tiroteo en el subte de Nueva York"
La tragedia pudo haber sido peor de no haberse encascillado el arma. ¿Fue un ataque terrorista? Lo niegan las autoridades, pero el alcalde Adams dijo: “Esto es terror”.
Nuevamente, la inseguridad y la violencia con armas de fuego cobraron vuelo como grandes temas de debate en Estados Unidos. En Houston se registraron al menos 473 homicidios en 2021. En Nueva York hubo 15 más y en Filadelfia, 559.
En Estados Unidos, las armas de fuego causan unas 40.000 muertes al año, incluidos los suicidios, según el sitio web Gun Violence Archive. Las tres cuartas parte de los homicidios son cometidos con armas.