El 2025 cierra como uno de los más desafiantes que recuerde la economía pyme argentina. Si alguien pensaba que los efectos de la pandemia habían marcado un piso, la realidad demuestra que durante este año estuvimos mucho peor. Con actividad contractiva, consumo debilitado, producción en caída y una ausencia de políticas públicas que contemplen activamente la recuperación de nuestro entramado productivo.
Los datos más recientes del sector no dejan dudas. Según el relevamiento de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), las ventas minoristas de las pymes cayeron 4,1% interanual en noviembre de 2025, medida a precios constantes, con seis de siete rubros en descenso y una fuerte caída mensual desestacionalizada, que llegó al -9,1%). Esto denota un consumo deprimido y condiciones operativas cada vez más ajustadas para los negocios de menor escala.
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Por otra parte, la producción industrial pyme volvió a mostrar contracción, con una baja de 3,2% interanual en octubre de 2025, acumulando seis meses consecutivos de descenso de actividad en sectores clave como textil e indumentaria.

Estos datos, que dan muestras evidentes de contracciones sistemáticas en ventas y producción, no sólo se traducen en balances negativos, sino también en negocios que ven limitado su flujo de caja, reducción de órdenes de compra y una mayor dificultad para sostener empleo registrado.
Un sector golpeado en todos sus frentes
Las pymes bonaerenses, que conforman la columna vertebral de nuestra producción y empleo, enfrentan una serie de problemáticas que impactan duramente en su desempeño:
● Débil consumo interno, con caída de ventas en rubros tradicionales como bazar, alimentos y textil.
● Capacidad instalada subutilizada, producto de la escasa demanda y la falta de incentivos productivos.
● Costo laboral y presión impositiva asfixiante, sin alivios claros ni reducciones significativas que fomenten la formalidad productiva.
● Dificultad de acceso a crédito productivo a tasas competitivas que permitan inversión o renovación de activos.
● Competencia desigual frente a importaciones, que ingresan a precios más bajos y presionan márgenes de rentabilidad locales.
Ya no se puede hacer referencia a esta situación como un ciclo económico recesivo “pasajero”: es el resultado de políticas públicas insuficientes, la ausencia de plan estratégico de reactivación productiva y un marco tributario que no impulsa la formalidad ni la inversión.
Comparación con la gestión de crisis en pandemias
Durante la pandemia, si bien la caída fue profunda, se activaron distintos mecanismos de asistencia, como subsidios, créditos blandos y restricciones temporales que mitigaron el colapso del tejido productivo. Hoy, las pymes enfrentan un retroceso similar o incluso mayor, agravado por las nulas respuestas desde el Estado, lo que profundiza el desánimo empresarial y limita la capacidad de mejora a corto plazo. La incertidumbre es asfixiante para la totalidad de nuestro
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No descuiden a las pymes
A los gobernantes nacionales y provinciales les digo con la mayor responsabilidad institucional: no hay plan de recuperación sostenible si no se pone a las pymes en el centro de la agenda económica. Son las pymes, especialmente en la Provincia de Buenos Aires, las que históricamente sostienen el empleo genuino, dinamizan las economías regionales y generan innovación en sectores productivos y de ser.
En ese sentido, solicitamos a las autoridades:
● Que diseñen políticas de incentivo a la producción nacional y exportadora.
● Que estructuren alivios fiscales temporales que permitan sostener la actividad.
● Que promuevan instrumentos financieros que no reproduzcan las distorsiones del mercado de capitales para las pequeñas empresas.
● Que integren a las pymes en la formulación de reformas, escuchando a quienes las viven a diario.
En FEBA seguimos comprometidos con acompañar a nuestros asociados y a las más de 250 cámaras empresarias bonaerenses. Nuestro trabajo incluye capacitación, asistencia técnica, herramientas de vinculación productiva y el continuo monitoreo de la realidad económica para ofrecer respuestas tangibles en este escenario complejo.
Las pymes no sólo sostienen producción y empleo; sostienen sueños, familias y la cohesión económica de nuestro país. Es imperativo que las políticas públicas reconozcan este rol y actúen con sentido estratégico y de largo plazo.
(*) Presidente de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA)