En realidad, la verdad surge de la interpretación de los hechos y allí ya encontramos un factor que puede desvirtuar a la verdad misma: la interpretación.
La interpretación proviene del análisis y conclusiones que se obtienen de determinados hechos. Pero esa interpretación necesariamente es diferente cuando es sometida al filtro (sesgo) de definidas ideologías, puntos de vista, creencias, conveniencias e historias de vida.
¿Podríamos concluir en que la verdad absoluta no existe?
La frenética utilización de las “fakes news” que se hace a través de las Redes Sociales, no es algo nuevo. Lo que sí es nuevo es el vehículo de difusión de las mismas.
El mismo Joseph Goebbels, Ministro de propaganda nazi, pregonaba “Miente, miente, miente, que algo quedará. Cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá”. Y esto lo decía hace más de 80 años. Un Goebbels “armado” con Twitter, Instagram, Facebook, WhatsApp, sería implacablemente efectivo.
Imaginemos ahora si a todo este complicado proceso de encontrar la verdad le agregáramos el contexto. Lo que sigue es un párrafo de un extenso discurso de Goebbels, instruyendo a sus partidarios, en los momentos más amargos de la Alemania de preguerra.
Frente al coronavirus y las fake news, cuidemos a los adultos mayores
“Hay que hacer creer al pueblo que el hambre, la sed, la escasez y las enfermedades son culpa de nuestros opositores y hacer que nuestros simpatizantes se lo repitan en todo momento (…) Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va…”
El profesor y filósofo Ivan Almeida, escribía en Página 12 del miércoles, 3 de agosto de 2011
“…Así, George Orwell escribía, refiriéndose a la política del imperio británico: “El lenguaje político –y esto es verdadero, con variaciones, para todos los partidos políticos, desde los conservadores hasta los anarquistas– tiene como objetivo hacer que las mentiras suenen verdaderas...” (“Politics and the English Language”) …”
El profesor Almeida, en su nota, termina concluyendo en que todo lo asignado a Goebbels es de dudosa rigurosidad, también afirma que es mucho más probable que todo haya surgido de Fuentes Británicas lideras por Winston Churchill, el entonces Primer Lord del Almirantazgo devenido en 1940 en Primer Ministro Británico. Es más, atribuye con certidumbre, que el estilo de la mentira al pueblo proviene desde la más rancia estirpe de líderes y filósofos griegos.
¿Se preguntará el lector a que viene todo esto?
No hay verdad más real que la que uno mismo desea creer.
Por ese motivo, la humanidad fue víctima de las mentiras, exageraciones o minimización de sus líderes, con fines que respondía a los intereses – mayormente bajos y oscuros – de los conductores.
Por eso, cada día más, las sociedades vas despertando. Es así como las ideologías se hacen más sólidas y generan movilizaciones nacionales en uno de los países más grande del mundo (caso George Floyd), pero de la misma forma – por intereses bajos y oscuros – no ocurre lo mismo en Argentina ante una muerte casi bajo identica situación (caso Walter Nadal en Tucumán), lo cual demuestra que el poder de las ideologías, también está contaminado por la conveniencia.
Fake news y la libertad de expresión en riesgo
No confundamos los hechos con la verdad.
Como mencionaba al principio, temo que la verdad solo sea una construcción. También llamado relato. Influenciado mayormente por intereses espurios, aunque en algunas oportunidades, se construyen “verdades” utilizadas para estimular y empoderar.
Lo único real son los hechos. Lo fáctico. Lo que podemos ver que sucedió o sucede. El día que las fuentes noticiosas puedan separar la información de la opinión, estaremos por mejor camino. El problema es que es muy seductor poder opinar cuando hay una cámara delante y millones de personas que podrán entender mi opinión como una verdad. Y ese es el problema. Hay pocos comunicadores con la capacidad y humildad intelectual como para advertir “este es un espacio de opinión” por lo tanto es libre y válido. Lo malo es cuando detrás de la noticia va, mezclada y enturbiando, una opinión destinada a generar otra verdad.
El Mundo está atravesando una pandemia monstruosa. La variedad, cantidad y “verdades” que existen alrededor del Covid 19 hace que nadie pueda tomar una posición defensiva eficaz y eficiente. ¿Cuáles son los intereses que mueven a los líderes en Argentina para proceder opuestamente a países que ya están comenzando a salir del problema? Danzas de información y procedimientos encontrados, rumores que atormentan a la población, reparto de culpas, acusaciones, mientras millones de argentinos han perdido su trabajo, su sustento.
Quizás, muy a pesar del Profesor Almeida, Goebbels dijo lo que dijo…o quizás un filósofo griego…pero lo importante es que está sucediendo y el festival de opiniones – sin soluciones – es un común denominador diario. Demasiados críticos. Pocos hacedores.
Estamos confundiendo los hechos con verdades.
*Roberto Hernández
(Chair Vistage, Coach y Consultor)