OPINIóN
Educación

Regreso a clases presenciales: desafíos y recuperación del ciclo

Hay que planificar de una manera dinámica con una mirada macro, en términos de políticas educativas, y una mirada micro, que atienda a circunstancias y realidades distintas.

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Protocolo. En un principio, la Ciudad había determinado usar parques, plazas y otros espacios públicos pero Nación lo desestimó. | Ministerio de Educación GCBA

La vuelta a clases es necesaria y evidencia en muchos aspectos que esta pandemia expone las grandes diferencias y la brecha que hay en nuestro país en cuanto a la accesibilidad en las distintas áreas, no sólo en materia de educación. La experiencia durante esta contingencia educativa ha sido diversa: desde alumnos y alumnas con conexiones diarias, hasta docentes recorriendo kilómetros para acercarles cuadernillos a estudiantes sin acceso a internet. Este panorama exige planificar de una manera dinámica con una mirada macro, en términos de políticas educativas, y una mirada micro, que atienda a circunstancias y realidades distintas dado que la aproximación a los aprendizajes, las limitaciones en las distintas zonas geográficas, el desarrollo de la pandemia y las realidades familiares han sido variados.

La educación es pública, ya sea gestionada por el sector privado o por el Estado. En este marco, hoy es relevante pensar en términos de equidad con el horizonte puesto en la igualdad. Es imprescindible que todas las comunidades educativas que puedan volver lo hagan, atendiendo a los reglamentos y protocolos establecidos desde el mes de julio por el Ministerio de Educación. Por otro lado, el Estado y otros actores sociales como empresas o el Tercer Sector, podrían convertirse en aliados para acompañar y asegurar el regreso de los más afectados. A modo de ejemplo, siendo el transporte público el gran vector que hay que cuidar, se podría evaluar cómo generar acuerdos con empresas privadas con el fin de lograr la seguridad de los niños y niñas.

Proyectos universitarios innovadores frente al COVID-19

Es indispensable gestionar con datos, indagar y relevar qué pasa con los chicos, las familias y los docentes, para poder determinar quiénes quieren, pueden y están en condiciones de volver, ya sea por necesidad, voluntad o disponibilidad. Desde nuestra red lanzamos una encuesta al respecto con un universo de más de 4.000 alumnos y 1.000 docentes, en la cual el 75% manifestó que están en condiciones de regresar a las aulas. Estos relevamientos son necesarios para entender las situaciones puntuales dentro de cada comunidad.

Los colegios son entidades sociales que, además de enseñar, son instituciones supervisadas por autoridades municipales y educativas en temas de salud. Es decir, si se da una enfermedad infectocontagiosa se debe dar aviso a la autoridad del distrito, lo cual ya ocurría antes de la pandemia. En tal sentido, la escuela puede ser un actor clave que acompañe la trazabilidad de la enfermedad en lo que resta de este año y el próximo. Paralelamente, tengamos en cuenta que el contacto social de los niños y jóvenes existe en plazas, bares, clubes, “jardines rodantes”, por lo que puede ser además un lugar de encuentro, de aprendizaje y de seguridad.

La socialización virtual como condición de posibilidad del aprendizaje

El regreso representa para todos grandes desafíos. En lo inmediato será necesario trabajar con la reinserción de quienes quedaron fuera del sistema y en las consecuencias de índole emocional de la pandemia. Habrá que rescatar a la escuela como un ámbito de contención, más allá de la continuidad que cada uno pudo tener con los referentes educativos a través de la pantalla.

El 2021 y 2022 serán años de resignificación de contenidos y de experiencias didácticas. Serán un puente en el que habrá que adquirir herramientas y contenidos que no se obtuvieron y que son el andamiaje y condición de otros aprendizajes. Esto nos lleva a preguntarnos por un lado ¿cuáles fueron las experiencias de la pandemia que serán base de próximos aprendizajes? y por otro ¿qué nos deja de positivo a nivel de prácticas educativas? Para poder responder estas preguntas es importante abrevar en datos.

Desde el año pasado estamos desarrollando investigaciones referidas a prácticas educativas globales. Consideramos que son un proceso continuo orientado a la mejora, a la adecuación de los métodos pedagógicos en función de los resultados y al sostenimiento de puntos positivos.

Los desafíos de la educación superior en el siglo XXI

Desde el mes de mayo medimos el impacto de la tecnología durante el plan de contingencia virtual en el contexto de cuarentena. Se investigaron 3 áreas: autonomía de los alumnos,  interacción con otros para procesos de aprendizaje y nivel de adaptación al nuevo modelo. 

La muestra incluye 1.363 casos entre estudiantes, docentes, familias y directivos de nivel inicial, primario y secundario de la red y otros colegios vinculados. El 98% de los docentes encuestados de primaria y secundaria han encontrado nuevas herramientas para su utilización, número que se incrementó desde mayo cuando se reportó en un 87%. Un 93,75% piensa que podrán mantener estas herramientas de trabajo una vez concluida la virtualidad. En tanto, entre 5 y 6 de cada 10 docentes de nivel inicial manifestaron una dificultad grande para generar nuevos recursos de trabajo durante la primera fase de la cuarentena; este porcentaje disminuyó desde agosto, donde sólo un 38% reporta dicha dificultad. Sin embargo, un 46% aún admite un nivel de estrés elevado. Un 76,89% de los chicos de secundaria expresa que mantiene el optimismo por esta etapa virtual y un 78% consigue estar al día con las tareas. En el segundo ciclo de primaria 8 de cada 10 estudiantes reportan que entendieron los conceptos básicos que se enseñaron. La cifra también fue alentadora en el primer ciclo, con un 86,73% que comprende con claridad las consignas dictadas. Cabe agregar que el 85% de las familias respondieron que lograron descubrir nuevos aspectos en la educación de sus hijos. 

 

* Darío Alvarez Klar. Fundador de Red Itínere a la que pertenecen 6 colegios de Provincia de Buenos Aires. Fundador y Director ejecutivo de Asociación Civil HUB.