(Desde Ginebra) Las discusiones entre Estados Unidos, Ucrania y los países europeos que apoyan a Kiev, iniciadas el domingo pasado en Ginebra, han continuado en los Emiratos Árabes Unidos. Pretenden articular un plan de paz que ponga fin a la invasión rusa en Ucrania. Se debate un borrador de 28 puntos, luego reformado a 19, cuyo original, redactado en ruso y luego traducido al inglés, sería propuesto por Donald Trump a Vladimir Putin, tal vez hoy jueves en Moscú. (1)
El representante estadounidense encargado de la misión es Steve Witkoff, un promotor inmobiliario amigo de Donald Trump, quien ambiciona gestar un acuerdo de paz entre Marruecos y Argelia. Lo secunda Daniel Driscoll, hoy secretario del Ejército. Han tenido como interlocutor en el Kremlin a Kirill Dmitriev, nacido en Kiev, diplomado de la Harvard Business School, operador bancario ruso. Ucrania estuvo representada por Andriy Yermak, jefe de gabinete del presidente Volodymyr Zelensky, y Kyrylo Boudanov, director de informaciones militares de Ucrania. (2)
El texto inicial fue concebido por Donald Trump a espaldas de Ucrania y sus aliados de la Unión Europea (UE). Contenía “las principales exigencias rusas”, como la anexión de Crimea, apropiada ilegalmente en 2014, al igual que las regiones de Louhansk y Donetsk, invadidas por Rusia en 2022, siendo “reconocidas como rusas de hecho, incluyendo por los Estados Unidos”. Las zonas de Donetsk controladas por Ucrania serían “internacionalmente reconocidas como rusas, pero las fuerzas rusas no entrarían”, no obstante violando la soberanía ucraniana y olvidando reclamar el retiro de las tropas rusas de sus conquistas en Zaporijjia y Kherson. (3)
Trump afirma que el acuerdo entre Ucrania y Rusia está “muy cerca”, pero Europa mantiene su cautela
A su vez, Ucrania “debería renunciar a su proyecto de adherir a la OTAN y reducir a 600.000 los soldados de su Ejército”, abriendo “la vía a una amnistía general para los crímenes de guerra de los cuales se acusa al dirigente ruso Vladimir Putin”, por la deportación forzada de niños y el traslado ilegal de población de las zonas ocupadas de Ucrania hacia Rusia, abarcando la anulación de sanciones occidentales y volver al G8. Donald Trump reaccionó diciendo que “ellos” (los ucranianos) “no expresaron ninguna gratitud por nuestros esfuerzos”, en cambio “él” se ha preocupado por “cesar el baño de sangre”, pero “tomando partido por el agresor en detrimento del agredido…”. Ucrania debe emerger de este conflicto libre e independiente. (4)
Mientras “el Ejército ruso progresa en el este del país, los europeos continúan privilegiando la búsqueda de un cese el fuego antes que discutir de un acuerdo de paz. Una vez terminados los combates, se tratará de proseguir las negociaciones territoriales, de seguridad, económicas y humanitarias. Una lógica que no es la del Kremlin, para quien el cese el fuego debe previamente concluir las discusiones para forzar a Kiev a conceder bajo presión militar”. Es evidente que la Unión Europea (UE) no puede permitirse abandonar Ucrania frente a las pretensiones exorbitantes de Putin y la indulgencia de Trump. (5)
“Las contrapropuestas discutidas en las capitales europeas, según trascendidos, están alejadas del proyecto puesto sobre la mesa por Washington y Moscú, haciéndose preferentemente eco de las posiciones ucranianas, a fin de defender la soberanía y la integridad territorial del país. Las negociaciones deberían comenzar, para los europeos, sobre la base de la línea del frente en el momento en que cesen los combates, sin abandonar con anticipación territorios que Rusia no ha conseguido tomar por las armas. Los países europeos sostienen que no habría que recortar los medios del Ejército ucraniano, que ellos prometen sostener para enfrentar a Rusia.” (6)
“No es más cuestión para Kiev de renunciar a territorios conquistados por Rusia ni de establecer una zona tampón en su geografía, sino proponer un armisticio sobre la línea del frente actual, que será congelada. Tampoco se preverá más recortar efectivos del Ejército de Ucrania. Diversos ajustes y precisiones deben negociarse en los pasillos antes de someterlos a Rusia, pero la actual copia parece aceptable a la vez para los ucranianos, los estadounidenses y los europeos. Volodymyr Zelensky indicó que negociará personalmente él mismo con Donald Trump los puntos más sensibles, dejados ahora de lado para un encuentro cuya fecha es incierta.” (7)
Consultado si los ucranianos están perdiendo la guerra, François Heisbourg, consejero especial de la Fundación para la Investigación Estratégica (IISS), con sede en París, respondió: “Es la paradoja, la respuesta es no. Tampoco van ganando. Pero no es la misma cosa. Pese a las inmensas dificultades a las que hacen frente, concretamente en materia de recursos humanos para sus fuerzas armadas, el frente es el mismo que hace 2 años. Se pretende imponer una paz a un país que no ha sido vencido en el campo de batalla. Es una forma, para Rusia, de ganar la guerra después de no haber conseguido arribar a sus fines en el plano militar. Es una de las razones que hacen ese plan insoportable. En 1940, antes de ser sometidos a las condiciones alemanas, los franceses habían perdido la guerra. Los ucranianos, ellos, no la han perdido”. (8)
“¿Cómo dar reales garantías de seguridad a Ucrania? Debería celebrarse un acuerdo estratégico en sus debidas formas entre los Estados Unidos y Ucrania, como el que existe entre Washington y Tokio. Un tal tratado debería evidentemente ser ratificado por el Senado de Estados Unidos, donde obtendría el apoyo de la oposición demócrata. ¿Quién conseguirá persuadir a Putin de acallar las armas? ¿Trump? ¿Los chinos? ¿Su primer ministro y la gobernadora de su banco central? Una eventual sumisión de Ucrania constituiría una peligrosa incitación para Rusia a atacar a otro Estado, antiguo miembro de su imperio, como Estonia, Letonia o Lituania”. (9)
(1,2,3,4,5,6,7,8,9) «Le Monde», Paris, 25 y 26 de noviembre de 2025. «Le Temps», Ginebra, 26 de noviembre de 2025. «Le Figaro», Paris, 25 del noviembre de 2025. «Le Point», Paris, 23 de octubre de 2025.