Se realizó la Semana Social 2023 de la Pastoral Católica en Mar del Plata. El título motivador fue “40 años de democracia y 10 de Francisco”. En estas “semanas” los Obispos de la Pastoral procuran un escenario de encuentro para testimoniar que es posible compartir la escucha, cualquiera sea el origen y alineamiento, y que la escucha es el primer paso para la conversación social y política sin la cual no se construye futuro.
Para algunos medios y dirigentes políticos, en la última década, Francisco, la Iglesia y “los curas”, se han convertido en un frontón de alta repercusión para la crítica sin diálogo.
Esa predica –tal vez inconsciente– es una tarea de demolición de puentes que son, justamente, los que hay que multiplicar y ampliar para abrir la escucha: los hombres de la Iglesia han construido puentes en las últimas crisis.
En la construcción histórica de la Nación, todo el pasaje y toda la tripulación comparten el viaje y llegarán al mismo destino. Se puede abandonar el barco, pero todos deberíamos estar ocupados de procurar un destino deseable para todos.
JJ Ortega y Gasset señalaba que “la Nación es un proyecto sugestivo de vida en común”. Convoca a pensar un proyecto de futuro deseable y a conversar sobre cómo ese proyecto es posible. Pensar y conversar.
El fin de la Semana Social, realizado el primer fin de semana del mes, es pensar y conversar; y de este evento “pensar 40 años de democracia” y “10 años de Francisco”.
Francisco, en estos 10 años, ha sentado -desde la perspectiva de la Doctrina- un posicionamiento sobre los temas estratégicos globales y ha sido escuchado en todas las naciones. El clima, la paz, el consumismo, la desigualdad, los derechos humanos, fueron analizados y han marcado a qué cuestiones deberíamos dar atención prioritaria. Su voz es una con repercusión planetaria por la universalidad del papado y su modo de comunicación y la presencia de la “Iglesia en salida”.
Roberto Saviano, autor de Gomorra, en la reunión del Papa con artistas en junio, en la Capilla Sixtina, resumió su mensaje como una invitación a los intelectuales a romper la neutralidad o el silencio y a viajar al compromiso con las dolorosas realidades cotidianas. Saviano nos ilumina el porqué de las reacciones destempladas frente al Papa de políticos y medios en el país: una lectura provinciana de un mensaje universal en el sentido más profundo del término.
En la Semana Social, dirigentes políticos, empresariales e intelectuales, en el compromiso de revisar los años del papado y los 40 años de nuestra democracia, se sentaron –sin prescindir de sus posiciones ideológicas, políticas o de intereses- a escucharse y traducir cada uno a su manera qué recibieron del mensaje de Francisco –la crítica o la iluminación– y qué evalúan de la democracia en marcha. No estuvieron todas las voces. No es sencillo en pocas horas. Pero sí voces distintas, miradas diferentes, todas en capacidad de representar muchas voces de la sociedad. Fue un paso hacia el puente de encuentro.
En la escucha, además de los oradores, estaba el público. Mayoría de jóvenes. Todos en escucha, inmensa mayoría de “personas ejemplares” comprometidas con los más débiles, barrios marginales, cárceles, el mundo de la necesidad y el desamparo.
La Semana Social no es sólo una invitación a practicar “la escucha” entre los que dirigen, que es extraordinario, sino la escucha entre los que dirigen y los que son parte de ese inmenso ejército de personas solidarias de la Pastoral Social.
La Semana es un puente, pequeño, frágil, en el que las personas de buena voluntad pueden escuchar a otras personas de buena voluntad que están alejados a causa del silencio o de la ausencia de conversación.
En el panel de Educación, Alberto Sileoni, el ministro de la provincia de Bs. As. señaló que había imitado dos iniciativas de la ministra porteña Soledad Acuña. Se habían escuchado. Las iniciativas de otro, capitalizadas, generan un puente. En esta Semana esa construcción ha avanzado.
Un paso en la cultura del Encuentro construyendo puentes. No es poco.