El INDEC dio a conocer los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) correspondientes al primer trimestre del año en curso. De ellos surge que la tasa de desocupación ascendió al 7,9%, por encima de la registrada en igual período de 2024 (7,7%), que también había superado a la del primer trimestre de 2023 (6,9%).
El guarismo registrado a principios de este año implica que unas 1,8 millones personas se encontraban sin trabajo al momento de realizar el relevamiento. El crecimiento registrado en el número de desempleados a lo largo de 2024 se correlaciona con la declinación experimentada por el Estimador de Actividad Económica, que cayó un 1,8% en el acumulado de 2024 en comparación con el acumulado de 2023. Se destaca, en este sentido, el desplome experimentado por la actividad de la construcción, especialmente afectada por la suspensión de la obra pública.
Sin embargo, a pesar del incremento registrado en 2024, los niveles de desempleo se ubican por debajo de los registrados en el primer trimestre de 2021 (10,2%) -luego de la pandemia- y del primer trimestre de 2020 (10,4%) -antes de la irrupción del COVID 19-.
El desempleo se acerca a los dos dígitos y emerge como un punto débil del modelo libertario
Si a los desocupados se suman aquellos ocupados que, si bien tienen un empleo, buscan activamente otro (ocupados demandantes), se alcanza un 24% de la Población Económicamente Activa (PEA).
Finalmente, se encuentran las personas ocupadas que trabajan menos de 35 horas semanales por causas involuntarias y que están dispuestas a trabajar más horas. Este último segmento alcanza al 7% de la PEA. En total, existe un 31% de la población económicamente activa que tiene problemas de empleo.
El empleo “normal” abarca a menos del 60% de la Población Económicamente Activa"
La encuesta también registra a las personas que se encuentran sobreocupadas, es decir, quienes trabajan más de 45 horas semanales. Totalizan un 11,8% de la PEA. Esto implica una leve baja respecto a comienzos del 2024, cuando alcanzaba al 12% de la PEA.
En conclusión, el empleo “normal” abarca a menos del 60% de la Población Económicamente Activa. Las perspectivas no son positivas si se tiene en cuenta que hasta principios de año la industria manufacturera contó con la protección que le dispensaba el cepo cambiario. A partir de su paulatino desarme este sector debe competir con los productos importados. Ya en los primeros cinco meses del año se registró un aumento en el total de importaciones del 34% respecto a igual periodo de 2024 mientras que las exportaciones apenas crecieron un magro 2,6%.
Entre las importaciones se destaca el fuerte incremento registrado en los rubros de vehículos automotores, tractores de carretera y bienes despachados por medio de envíos postales. Este último rubro encendió las alarmas, motivando por el cual la ARCA estableció un nuevo esquema de minucioso control sobre las operaciones realizadas con tarjetas de crédito, débito o de compra en el exterior.
En suma, la apertura externa, al facilitar el ingreso de bienes finales, especialmente de consumo, seguramente motivará merma en la actividad industrial que hasta ahora los abastecía, generando una presión adicional sobre el mercado laboral.