OPINIóN
Educación

Valoración del trabajo docente en un año de pandemia

Predisposición, compromiso, flexibilización y aprendizaje continuo, es lo que caracterizó a los docentes y directivos en un año donde la comunidad educativa se destacó por su capacidad de resiliencia.

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Maestra | prensa gob. san juan

En el ámbito escolar la planificación de cada ciclo lectivo es fundamental. Seguramente cuando en febrero se armaron las planificaciones de este 2020, todos los directivos y docentes pensaban en cómo poder transmitir los conocimientos de la mejor manera a sus alumnos, en cómo enseñarles a pensar y cómo poder hacer sus clases atractivas a fin de que los objetivos propuestos, se cumplieran.

Unos pocos días después de haber comenzado las clases, la realidad del mundo cambió y nos exigió a todos adaptarnos. Naturalmente el ámbito educativo tuvo que mutar para poder seguir trascendiendo en medio de la pandemia. Todos los docentes de todos los niveles debieron empezar a dar sus clases de manera virtual, buscar las mejores alternativas para poder continuar y mantener el vínculo con sus alumnos. Cada uno desde una realidad muy diferente: algunos con mayores recursos, otros con muy pocos. Había quienes tenían dominio de las herramientas tecnológicas y quienes eran reacios a utilizarlas.

Y más allá de todos los cambios en el ámbito laboral, cada uno de estos docentes vivía su propia realidad que era transformada de diferentes formas por la pandemia. Somos todos seres humanos, más allá de la profesión que ejerzamos. Sin dudas que el aislamiento no nos es natural y cada uno lo lleva a su manera. Como dijo el Papa Francisco “estamos todos en la misma barca”. Cada uno en su propia realidad, debió también seguir siendo referente para sus alumnos. El docente además de transmitir conocimiento, tiene un rol clave en la educación de los niños y jóvenes. Es quien los contiene, acompaña, estimula, desafía,  nuclea, orienta y muchas otras cosas más. Cada uno ha tenido que sobrellevar este desafío, contando con el apoyo de los directivos e instituciones y de las familias de sus alumnos.

Nuestra escuela en tiempos de pandemia

Es importante destacar el compromiso que cada docente ha tenido a lo largo de todos estos meses. La manera en que fueron evolucionando en sus clases, sus preparaciones, la dedicación que han puesto para cada uno de los encuentros o las tareas solicitadas. Este 2020 fue un año donde los docentes además de enseñar han tenido que aprender. Se han tenido que sentar a estudiar cómo poder utilizar las distintas plataformas, y muchas veces han sido los alumnos quienes les explicaban determinadas cuestiones.  Según un estudio del Ministerio de Educación de la Nación, todas las escuelas llevaron adelante propuestas de continuidad pedagógica y el 95% de los hogares recibió propuestas pedagógicas durante todo el período de aislamiento social, preventivo y obligatorio. Los tiempos de adecuación de la propuesta pedagógica fueron similares en todas las escuelas. El 79% de las ellas declaró que pudo organizar el intercambio con sus estudiantes en menos de dos semanas de suspendidas las clases presenciales.

El informe del Ministerio de Educación también hace referencia a la intensificación del trabajo docente durante el contexto del ASPO: 9 de cada 10 docentes señaló que su caudal de trabajo y tiempo de dedicación al aprendizaje con sus alumnos aumentó considerablemente. Más allá de estos indicadores, es algo que pudimos palpar en el día a día, en la interacción con los docentes y directivos de nuestra comunidad de colegios. Sus consultas y preocupación ante el avance de la pandemia, su predisposición para las capacitaciones y reuniones virtuales, y su aporte con propuestas de alternativas de trabajo con los chicos y chicas, muestran el esfuerzo y compromiso de todos para con sus alumnos.

Acompañamos a los docentes y directivos de los diferentes colegios ofreciendo cursos de formación sobre los entornos virtuales y las diferentes plataformas, y habilidades de gestión que han tenido muy buena aceptación y participación, lo que demuestra que están ávidos por seguir aprendiendo y poder brindar lo mejor en cada una de sus instituciones. También hemos realizado reuniones para poder escuchar, contener y acompañar a los docentes y directivos, generando espacios de trabajo en red. La flexibilidad que han desarrollado a lo largo de este ciclo lectivo es digna de admirar. El objetivo siempre se mantuvo, pero los medios para alcanzarlo han ido modificándose, según la realidad lo exigía. Hubo que adaptarse a una escolaridad nueva y con aciertos y errores pudieron llevar a buen puerto sus barcas.

Docentes, aulas y coronavirus

En estas últimas semanas muchos tuvieron la posibilidad de revincularse con sus alumnos en las escuelas y volver a verse cara a cara. Sin dudas que esto implica una carga emocional extra para los docentes y directivos, quienes luego de varios meses vuelven a los edificios escolares. La posibilidad de volver a las escuelas implica un gran trabajo y esfuerzo de toda la comunidad docente, reforzando los cuidados necesarios y priorizando la salud de todos.

El desafío continúa, todos deberemos seguir aprendiendo cosas, los docentes y directivos se seguirán formando y capacitando, y allí estaremos para acompañarlos y brindarles las herramientas necesarias.

De cara al próximo ciclo lectivo hay varios escenarios posibles que dependerán de cómo evolucione la situación sanitaria. Pero no tengo dudas que sea cual sea la realidad que nos toque enfrentar, los docentes pondrán lo mejor de sí en pos de la mejor educación posible para todos sus alumnos, pues muestra de ello han dado a lo largo de todo este tiempo de pandemia.

 

 

* Federico Merlini, Director de Desarrollo Humano de la Vicaría Pastoral de Educación, Arzobispado de Bs. As.