OPINIóN
Estados Unidos y los disturbios

La parodia del Golpe

Los hechos de violencia el Estados Unidos marcan el fin de cuatro años de desprecio a la instituciones por Donald Trump

Donald Trump
Donald Trump termina su presidencia derrotado y negando la realidad | DPA

Los Estados Unidos vivieron una mala copia del 25 de octubre de 1917 cuando los bolcheviques invadieron el Palacio de Invierno para destituir al Gobierno de Kerensky. Los acontecimientos fueron recordados en la famosa película El acorazado Potemkin de Serguei Eisenstein y en el libro 10 días que conmovieron al mundo de John Reed. Hollywood tendrá dificultades para registrar a Donald Trump azuzando a las masas para tomar el Capitolio y evitar la consagración de John Biden.  

Los intentos para cuestionar los resultados de las elecciones del 3 de noviembre se estrellaron ante las Cortes y los Estados que terminaron avalando la conformación del Colegio Electoral que el 15 de diciembre certificó el triunfo de la fórmula demócrata.  Las continuas arengas repitiendo las acusaciones de fraude y conspiración fueron alentando el dramático final que se presenció en las escaleras del Capitolio con una mujer baleada por un policía en el interior del edificio. 

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La sesión conjunta del Congreso presidida por el Vicepresidente Mike Pence quien fuera acosado en las últimas semanas por Trump para bloquear la nominación tuvo que suspenderse por la gravedad de acontecimientos.  El discurso de Mitch McConnell,  líder de la mayoría republicana en el Senado,  pronosticó el rechazo de las objeciones. Con palabras firmes defendió el  derecho del pueblo de elegir a su presidente y rechazó los intentos distorsivos de trasladar la soberanía popular a las legislaturas de los Estados como pretendían algunos miembros liderados por Ted Cruz. McConnell recibió el apoyo del Senador Pat Toomey, republicano de Pennsylvania, quien ridiculizó los intentos de restringir las acusaciones de fraude solo a los Estados donde había perdido Trump. El Senador Toomey expresó que apoyó, efectuó campaña y votó por Trump y que lamentaba el triunfo de Biden pero que debía terminarse con las divisiones y defender la democracia.

El Senador Ted Cruz enfrentó una barrera cuando propuso designar una comisión  para tratar las denuncias de fraude como se hiciera en 1876. En una lamentable intervención que fue refutada paso por paso por la Senadora Klobuchar, Ted Cruz asumió el papel de provocador desconociendo que  los intentos para desprestigiar el proceso electoral fueron descartados en todas las instancias institucionales.  

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El triunfo demócrata en las elecciones para dos senadores en el Estado de Georgia, que otorgó al Partido Demócrata el control de la Cámara de Senadores, fue un golpe demoledor  para la credibilidad del Partido Republicano.  La última vez que el Partido Demócrata triunfó en Georgia fue en 1976 con Jimmy Carter. El Partido Republicano perdió el control de la Cámara de Representantes en 2018, la Presidencia en 2020 y la Cámara de Senadores en 2021.

Los disturbio azuzados por Donald Trump fueron la culminación de un proceso  de continuo desprecio por las instituciones. Estos cuatro años fueron marcados por un culto a la personalidad que fagocitó al Partido Republicano que no  logró sustraerse al dominio personal. Los líderes del partido prefirieron acatar las instrucciones porque una rebelión hubiera significado la división y la pérdida de una parte del electorado que le garantizaba el acceso al poder. Trump no tuvo reparos en repartir premios y castigos para ejercer su liderazgo y evitar una oposición interna.

Los disturbio azuzados por Donald Trump fueron la culminación de un proceso  de continuo desprecio por las instituciones

Trump se encerró en su propio ego. El rechazo a los resultados y dos meses de continuo sabotaje fueron creando las condiciones para la rebelión en su partido. La provocación al Congreso pareciera iniciar  un proceso que debería culminar desembarazándose del  paternalismo ejercido por Trump desde que asumiera la presidencia. Los resultados de las votaciones muestran un Partido Republicano dividido que deberá reconstruirse prescindiendo de la figura de Trump para volver a recrear el equilibrio democrático. 

Es inevitable que habrá muchos que celebrarán la violencia como una muestra del fracaso del funcionamiento de las instituciones. Habrá otros que dirán que la democracia salió fortalecida al librarse de Trump por esos medios.  La alteración del orden quedará como la anécdota que sirvió para cohesionar a la dirigencia en contra de los intentos subversivos y en defensa de la democracia. Cinco o diez mil manifestantes no hubieran cambiado el curso de la historia, en pocas horas las fuerzas de seguridad despejaron el predio y el Congreso puedo reanudar la sesión.  El 20 de enero Joe Biden asumirá la Presidencia cerrando cuatro años para el olvido.