La educación es una fuente de prosperidad económica, tanto individual como colectiva. En consecuencia, resulta inevitable discutir un programa educativo integral para sortear los retos que nos presenta el futuro inmediato.
En los tiempos de la pospandemia y en la época que gira el mundo globalizado, el capital de trabajo humano acumulado con la educación es fundamental para impulsar el crecimiento del empleo y la calidad de vida de la sociedad.
Uno de los retos mas importantes que la economía moderna debe enfrentar es cómo dar respuesta a la demanda de conocimientos que requiere el mercado laboral y la expansión de la tecnología. Esta respuesta implica asegurar que las sociedades no solo inviertan todos sus recursos necesarios en la educación, sino también, combinarlos de la manera mas eficiente y eficaz posible.
La educación, desde esta perspectiva, pasa de ser una forma de consumo o gasto, a ser vista como una inversión y como uno de los principales pilares del desarrollo económico. El capital de trabajo humano acumulado con la educación resulta fundamental para mejorar no solo la prosperidad económica individual, sino también la prosperidad de la sociedad en su conjunto.
Cuando hablamos de capital humano, consideramos el conocimiento como un factor mas del proceso de producción. Cuanto mayor sea el nivel de formación, mayor será la capacidad de generar bienes y servicios, y en consecuencia, su salario también crecerá. La educación tiene un valor incalculable que es su gran capacidad para aumentar la productividad de los trabajadores.
Las cifras oficiales de distintos países muestran que las personas más educadas perciben salarios más altos, experimentan menor desempleo y trabajan en ocupaciones más prestigiosas que las personas menos educadas.
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En nuestro país un sector significativo de la población se encuentra imposibilitada de obtener un buen empleo dado su escaso nivel educativo. Una persona con bajo niveles educativos tiene un índice mayor de desempleo que alguien con estudio universitario completo. Según el INDEC, el 27% de los asalariados se graduó en sus estudios universitarios.
Estos índices, nos permiten llegar a la conclusión que, aquellas personas que alcancen mayores niveles educativos recibirán, en general, mayores salarios. De esta manera, entiendo que las personas que se educan invirtiendo su tiempo y demás recursos en su presente, (Economía de la Educación individual), tienen como objetivo, siendo la causa, la transformación de aquella inversión en mayor rentabilidad en el futuro, (Economía de la Educación Colectiva) y, por lo tanto, percibir mayores ganancias individuales, mayor productividad de bienes y servicios y mejor calidad de vida social.
En definitiva, el capital humano, como la suma de la Inversión en Conocimiento (Educación) + Consecuencias del conocimiento aplicado (Experiencia), cuyo resultado inmediato es: Crecimiento del empleo, mejores salarios y altos niveles calidad de vida de una sociedad.
Educarse representa una inversión en cuanto a que se renuncia a trabajar en el presente para trabajar mejor y ser mas productivo en el futuro. La educación es un bien de inversión y, como tal, constituye una contribución al desarrollo económico. Esta inversión puede resultar en varios tipos de beneficios que, si bien se encuentran conectados entre sí, resultan analíticamente distinguibles como:
- Aumento de conocimientos (Educación) y destrezas (Experiencia) que acrecientan los factores de producción;
- Crecimiento del producto nacional (beneficio para el país) y del ingreso individual (mejores salarios);
- Disminución del tiempo que se requiere para el acceso al mercado laboral, lo que beneficia tanto al individuo como a la sociedad.
Como podemos entender, uno de los principales retos de la economía laboral es atender la creciente demanda de conocimientos que requiere el mercado de trabajo, las nuevas modalidades laborales, el avance y expansión de la tecnología y la globalización.
En este sentido, la única agenda política verdaderamente transformadora, la que apunta a generar cambios y soluciones de fondo es la agenda educativa. Un país con más y mejor educación es un país con menos desempleo y menos pobreza.
* Juan Pablo Chiesa. Abogado especializado en Empleo y Políticas Públicas.