La falta de adaptación a nuevos enfoques por parte de la política, genera una cultura que valora la continuidad por sobre la innovación, lo cual impacta directamente en la seguridad por no realizar un abordaje desde una mirada sistémica.
Las competencias tradicionales del gobierno municipal pueden ser sintetizadas en tres grandes incumbencias: la gestión administrativa y organizacional; la prestación de servicios públicos; y la regulación de la convivencia comunitaria.
Los desafíos y oportunidades que se presentan en la sociedad actual, están impulsando a los gobiernos municipales a tener que adaptarse, adquiriendo así, nuevas funciones y responsabilidades. Algunas de estas incluyen la promoción económica, la vinculación del sistema educativo con el productivo a fin de evitar la emigración de los jóvenes y la seguridad pública para generar un entorno donde los integrantes de la comunidad puedan desarrollarse de manera integral.
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Este proceso de transformación, tristemente, está siendo llevado adelante por una clase política municipal que prevalece de forma ininterrumpida en el poder hace ya varias décadas. Como resultado, se genera una marcada tendencia a aferrarse a ciertas formas de hacer las cosas, incluso si aunque ya no sean efectivas o eficientes.
Esta resistencia al cambio tiene varios matices, pero el principal puede aludirse a la incapacidad de un sector de la dirigencia en adaptarse a las nuevas tecnologías y enfoques, persistiendo así, en modelos conocidos y cómodos por sobre la innovación.
Teniendo en cuenta este contexto de trasformación y sus desafíos advertimos cómo los municipios no solo continúan ajenos al abordaje efectivo del problema, sino que por el contario lo hacen de forma sesgada, con acciones aisladas e incluso simplistas, como por ejemplo, cuando observamos a Intendentes creyendo que ampliar la cantidad de agencias de seguridad, creando Policías Municipales, es la solución definitiva para la inseguridad.
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Recomendaciones para gestionar la seguridad municipal:
La formulación de políticas públicas debe surgir de una mirada amplia que abarque el antes, durante y después del hecho delictivo.
El primer abordaje debe enfocarse en la prevención del delito. Esto es clave para reducir la delincuencia y mejorar la seguridad, pero para lograrlo, es necesario una combinación de enfoques para alcanzar los mejores resultados. Si no trabajamos con responsabilidad compartida y abordaje integral que contemple tanto la prevención primaria, secundaria y terciaria, no será posible un resultado efectivo y a largo plazo, sino que seguiremos cayendo en políticas públicas paliativas.
A razón de ello, resaltamos que las políticas de prevención no deben ser materia exclusiva de la policía, sino que requiere de la colaboración y participación activa de los diferentes actores de la sociedad civil, como, por ejemplo: cámaras de comercios e industrias, colegios y consejos profesionales, sindicatos, fundaciones, asociaciones civiles, clubes, de los organismos e instituciones centralizados y descentralizados de los diferentes niveles del estado.
-El segundo abordaje, toma lugar cuando el hecho delictivo ya está en proceso. En este caso se habla de la disuasión del delito, lo que significa implementar políticas y acciones con el objetivo de reducir el riesgo y la amenaza directa e inminente.
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-El tercer abordaje ocurre cuando el delito ya ha sido cometido. En este caso la mitigación y la investigación son acciones tendientes a la reducción del impacto y las consecuencias del delito. Es una estrategia que se enfoca en minimizar los efectos negativos que los delitos generan en la sociedad y en las personas afectadas. En lo que atañe a la persecución penal y la investigación del delito, el municipio debe certificarse que su colaboración con la justicia y sus auxiliares deben ser llevados acabo de manera rigurosa y respetando los derechos humanos, tanto de las víctimas como de los sospechosos, a fin de garantizar justicia.
Coordinación y articulación son ejes estratégicos y transversales que se deben tener en cuenta. Es la promoción y creación de espacios de articulación con los actores de la sociedad civil, comunidad educativa y con otros organismos tanto municipales como provinciales, nacionales e internacionales.
La participación ciudadana por medio de la Comunicación bidireccional. Los vecinos quieren y pueden colaborar, puesto que son los principales damnificados por la inseguridad, es sumamente importante que el área de comunicación del municipio tenga un departamento de seguridad y por medio de la comunicación, educar e instruir a que la ciudadanía se involucre y tenga una participación activa, sobre la base de estrategias y herramientas creadas a tal fin.
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Creación, cumplimiento y divulgación de instrumentos normativos como los digestos de ordenanzas, los cuales deben pasar por los diferentes actores que se involucren en los esfuerzos de trabajar procesos de revisión, simplificación y actualización. Propender a la firma de convenios, acuerdos y demás documentos vinculantes, en la reducción de la inseguridad. Es sumamente importante que el plexo normativo municipal sea conocido no solo por los actores públicos y privados, sino también por parte de todos los vecinos de la comunidad.
Cinco ideas para implementar o potenciar a nivel municipal:
1. El Centro de Monitoreo de Seguridad es un sistema de vigilancia, creado con el objetivo de controlar y supervisar en tiempo real diversas situaciones y eventos en un áreaespecífica. Estos centros deben ser administrados por agencias de seguridad pública y articular con los centros de empresas de seguridad privada en miras de converger esfuerzospara la prevención y detección de delitos, ya que permiten la supervisión constante de áreas de alto riesgo.
2. Por otro lado y de manera complementaria, los Centros de fusión de información. Son herramientas donde se recopila, integra y analiza información de diversas fuentes para crear una imagen completa de la situación de seguridad en una zona determinada.
La información recopilada puede incluir datos de cámaras de seguridad, registros de llamadas de emergencia, informes de la policía, fiscalías, juzgados, redes sociales, etc. Con estos datos se crean mapas del delito, los cuales son una representación de los patrones y la incidencia delictiva de una ciudad, un barrio o una zona específica; por ejemplo, tipo de delito, la frecuencia y la ubicación del mismo, tendencias a lo largo del tiempo, etc. El objetivo principal de un mapa del delito es identificar las áreas de mayor riesgo y enfocar los recursos y esfuerzos en las zonas más críticas.
3. Promover la cultura de la denuncia es fundamental para que las autoridades puedan actuar contra el delito. Se puede trabajar en programas de concientización para promover la cultura de la denuncia ciudadana, garantizando la confidencialidad y protección de la identidad de las personas que realizan la denuncia, evitado así posibles represalias a los denunciantes.
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Para cumplir con esta medida, es necesaria la creación de canales de denuncia efectivos. Esto puede incluir la implementación de líneas telefónicas gratuitas, aplicaciones móviles o páginas web y redes sociales para informar delitos. Asimismo, ofrecer incentivos para fomentar la denuncia ciudadana, por medio de recompensas o descuentos en servicios públicos.
En colaboración con actores de la sociedad civil realizar campañas de sensibilización para concientizar a los vecinos sobre la importancia de la denuncia, complementando con capacitación y formación a los vecinos sobre cómo realizar una denuncia efectiva y segura, así como sobre las herramientas y recursos disponibles para combatir el delito.
4. La teoría de las ventanas rotas es una teoría criminológica que sostiene que un entorno descuidado y deteriorado, con edificios abandonados, grafitis, basura y ventanas rotas, puede dar lugar a un aumento de la delincuencia y la violencia. En la gestión de seguridad, la teoría de las ventanas rotas se aplica mediante el mantenimiento de espacios públicos limpios, iluminados y ordenados. Los planes de mantenimientos preventivos y correctivos del espacio público son determinantes para disuadir a delincuentes de cometer delitos.
5. El Tribunal de Faltas Municipal es un órgano judicial que debe cumplir un papel central en el mantenimiento de ciudades limpias, iluminadas y ordenadas, ya que se encarga de resolver y sancionar las faltas o infracciones cometidas por los ciudadanos dentro del ámbito municipal. Estas faltas pueden incluir, por ejemplo, infracciones al tránsito, violaciones a ordenanzas municipales, entre otras normas contravenciones.
Tiene la facultad de imponer sanciones como multas, trabajos comunitarios y suspensiones temporales de actividades, revocar licencias y permisos otorgados por el municipio. Es una herramienta efectiva al momento de generar orden territorial por medio de su influencia en la convivencia comunitaria.
