OPINIóN
Si de "cumplir la ley" se trata

Larreta en su laberinto: leyes, ambición y el desafío de la urna doble

La normativa vigente no obliga al Jefe de Gobierno porteño a realizar elecciones locales concurrentes con las nacionales. Por el contrario, requerirá una segunda urna, una nueva normativa, un acuerdo de cooperación interjurisdiccional y una homologación de la Cámara Electoral. Qué dice el Código Electoral Porteño.

Horacio Rodriguez Larreta
Horacio Rodriguez Larreta | CEDOC

La decisión del Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, de realizar elecciones locales concurrentes con las nacionales, encendió una polémica en la que no conviene mezclar los análisis político, jurídico y fáctico.

El debate presenta múltiples aristas, que van desde las consecuencias de “arrastre” hasta las tecnológicas, de seguridad y de costos. Además, se ha dicho que sólo se trata de “cumplir la ley” pero esto requiere ser más exacto, y debemos analizarlo sin apasionamiento e imparcialmente: la normativa vigente no obligaba a Rodríguez Larreta a tomar esta decisión.

Ello es así porque el Código Electoral porteño permite al Jefe de Gobierno optar entre distintas fechas, y así, indirectamente, también optar entre distintos sistemas de votación. Eso fue lo que ocurrió en las últimas dos elecciones, donde al elegir la fecha, se adhirió al sistema de votación de la Nación.

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Ahora, al hacerse la elección los mismos días que en la Nación pero con un súbito uso de la boleta electrónica que reclama el sector radical liderado por el diputado Yacobitti y el senador Lousteau, creemos que aparece una barrera legal.

 

Larreta en su laberinto

 

Sucede que la Ley 15.262 y su decreto reglamentario Nº 17265/59 disponen, al día de hoy, que se debe utilizar una única urna y un único sobre en el cuarto oscuro. Por ello, para lograr el objetivo de tener dos urnas simultáneas, el Jefe de Gobierno debe generar una normativa nueva, específica, a medida. Luego sí podrá afirmarse con mayor exactitud, que está cumpliendo una ley a la que está obligado.

Desde un punto de vista práctico, la modificación legal requerida no es menor, porque impone lograr un acuerdo de cooperación interjurisdiccional, entre la justicia federal electoral y la justicia electoral porteña, con intervención previa de los ministerios a cargo de Eduardo “Wado” de Pedro y Jorge Macri.

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Eso es lo que surge de la aplicación literalde la Acordada 145/05 de la Cámara Electoral y del modelo que se ha seguido en la provincia de Santa Fe.

Posteriormente, se deberá obtener homologación de la Cámara Electoral y naturalmente, esperar que nadie lo impugne y el tema se judicialice.

El calendario de este año convierte a esa cuestión aparentemente árida, burocrática y leguleya, en algo incierto y desafiante: ¿hay tiempo a esta altura del año, para instrumentar este cambio de una manera seria y eficiente?

 

Leyes, ambición y el desafío de la urna doble

Se sabe que las máquinas utilizadas en la ciudad de Buenos Aires en 2015 sufrieron serios cuestionamientos y quizás deban ser actualizadas, a la luz de los monumentales saltos tecnológicos de los últimos 8 años.

Por otra parte y como es obvio, la novedosa presencia de dos urnas en un cuarto oscuro puede conducir a graves confusiones en muchos votantes, si es que no hay una fuerte inversión de tiempo, dinero y recursos humanos para capacitar al electorado y a las autoridades de mesa.

En síntesis, queda claro que el camino elegido no era la única alternativa que prevé el sistema legal vigente.

Por su relación -o ahora, no relación- con Mauricio Macri, Rodríguez Larreta optó por encerrar al PRO en un laberinto, del que sólo se puede salir si emerge un acuerdo relámpago de varios jueces, del propio Jorge Macri y de La Cámpora vía de Pedro.

Esta insólita situación demuestra que, en política, no siempre es fácil navegar entre las leyes y las aspiraciones personales y que el cambio de reglas en medio de la partida siempre genera más conflictos que soluciones.

Por eso, en el Congreso se viene respetando la tradición de no dictar leyes en esta materia en los años en que se celebran elecciones. Una sana costumbre que parece que también se ha dejado lamentablemente de lado en nuestra ciudad.