OPINIóN
Política exterior

Metas y resultados

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40 años. En política exterior hubo continuidades, rupturas y aciertos. | cedoc

A lo largo de los cuarenta años de la democracia argentina, la política exterior atravesó continuidades y rupturas, aciertos y desmesuras. Pero, sobre todo, sufrió la falta de una matriz de validación empírica a la luz de la disciplina que la estudia.      

Desde la historia se consolidó la centralidad de la institución presidencial en el diseño e implementación de las relaciones exteriores. Esto se produjo con cierto alejamiento de la academia, que evidenció la falta de medición de los resultados que cada gobierno intentó construir, de acuerdo a un modelo de desarrollo desde la inserción internacional.

Desde la teoría, podemos mencionar cuatro grandes paradigmas interpretativos que continúan influyendo en las discusiones actuales de la comunidad epistémica: el paradigma autonomista, el realismo periférico, la autonomía relacional y la escuela socio-histórica. De estos, se desprenden dos grandes corpus teóricos que tuvieron su consolidación en los diferentes gobiernos de la democracia: el globalismo liberal y el autonomismo estatista. Hasta el momento, no pudo constituirse un neodesarrollismo moderno insertado al mundo en clave de la nueva Interdependencia Hegemónica del orden global.

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La ley de hierro de la política exterior

Y es a través de este concepto, que recobra fortaleza teórica, histórica y empírica –como el trípode metodológico de la política exterior–, que debemos generar dimensiones, variables e indicadores de medición. Esto nos permitirá explicar sus resultados en función del grado de desarrollo inclusivo que generan a partir de una estrategia de relacionamiento con el mundo.

En la dimensión política, debemos validar el grado de involucramiento y autonomía que tienen los actores respecto al modelo de política exterior planteada y la fortaleza para contrarrestar el bloqueo de la coalición opositora.   

En la dimensión coalicional, es necesario medir los atributos de la cohesión de los actores, que se unen en alianzas de poder para impulsar las relaciones exteriores a través de políticas legitimadas electoralmente.  

La dimensión económica debe mostrar resultados interrelacionados con la política exterior que eleve los indicadores como el PBI per cápita, la inversión extranjera directa, el consumo y el ahorro interno, las importaciones y exportaciones, el nivel de reservas internacionales, los niveles de endeudamiento, etc.   

La dimensión tecnológica es necesario sustentarla en el PBI destinado a la ciencia y la tecnología, el número de patentes registradas como derecho de autor, los clusters tecnológicos instalados y los avances en este campo aplicado a los avances productivos que se relacionen con un aporte al desarrollo.  

Argentina, globalización y desarrollo

La dimensión de la defensa nacional se corresponde con las capacidades estatales de protección de nuestros recursos soberanos, el incremento del presupuesto del área y el entrenamiento militar de las tres fuerzas, acorde a las demandas de la seguridad internacional.

La dimensión ideológica y percepcional, debe sustentar atributos que indiquen una coherencia con los sistemas de creencias del bloque político en el poder y una comunidad académica, que valide los postulados de la política exterior como una política pública en el marco de un conjunto de políticas orientadas al desarrollo.   

Finalmente, la dimensión normativa que orienta y promueve la política exterior, debe dar cuenta del acercamiento o alejamiento de los postulados éticos que la constituyen. En este sentido, es necesario cotejar el grado de coherencia de esta política internacional con los valores universales de la modernidad política: la consolidación y calidad de la democracia, la protección de los derechos humanos, la igualdad y la libertad de expresión, entre otros.

Para concluir, es necesario que la política exterior sea puesta en tensión con los criterios de la ciencia que la estudia y sea legitimada en las elecciones de nuestra democracia recuperada.  

*Profesor de Relaciones Internacionales y política exterior en la Universidad de Buenos Aires, Austral y Scalabrini Ortiz.  
Miembro Consultor del CARI.