El debate sobre temas económicos fue mejor aprovechado por la derecha de Gómez Centurión y José Luis Espert y por la izquierda de Nicolás del Caño para plantear contundentes reclamos. Se cumplió una vez más el teorema de Baglini: cuanto más lejos se está del poder, más sencillo es hacer propuestas concretas y criticar. Centurión pidió una fuerte reducción del gasto publico, pidió reducir los 163 impuestos existentes a sólo 20 de ellos. Entre otras medidas propuso concretamente eliminar el distorsivo impuesto a los ingresos brutos y las retenciones a las exportaciones. También un gran plan para dar un primer empleo a los jóvenes y terminar con el infierno fiscal donde una PyME necesita convertirse en un estudio jurídico contable para poder pagar sus impuestos.
José Luis Espert cuestionó a Fernández porque no se puede dar un shock de consumo y de exportación al mismo tiempo. Según Espert primero es la exportación, luego la recuperación de la economía y después el consumo. Cuestionó a la corporación de los políticos y la corporación sindical. Mencionó que al haber 5 millones de puestos de trabajo en negro será imposible darles jubilaciones y derechos sociales. Abogó por el libre comercio con todo el mundo y atacó el Mercosur.
La educación no fue prioridad en el debate presidencial
Del Caño arremetió contra los bancos y el sector financiero por la fuga de capitales. Además contra los tarifazos en los servicios públicos tratando de restar votos principalmente a Fernández. Atacó fuertemente a los sectores empresarios y a la CGT
Alberto Fernández fue muy agresivo y aprovechó hábilmente el punto débil de Macri que es la macroeconomía con las altas tasas de interés y 5 millones de nuevos pobres. Destacó que el cociente de la deuda pública/PBI pasó del 38% al 100%. Enfatizó la necesidad de que las exportaciones crezcan para pagar la deuda y para realizar importaciones. Afirmó que de los 39 mil millones de dólares que entregó el Fondo Monetario Internacional, 30 mil millones se lo llevaron los amigos del presidente por la fuga de capitales. Destacó que Macri mintió y reivindicó a Scioli, lo cual no parece relevante. Insistió en un pacto social entre la industria, el campo, los que trabajan y el Estado y elogió dos veces la gestión de Roberto Lavagna como ministro de Economía, tratando de obtener sus votos. Destacó que la lluvia de inversiones prometida por Macri no se produjo.
Debate Presidencial: debilidad en los proyectos y muy escasas referencias al futuro
Macri estuvo sereno y certero al recordar las fuertes críticas que el propio Alberto Fernández hizo de los últimos cuatro años del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, cuando la acusó de haber destruído la economía. Sin embargo desaprovechó la oportunidad de atacar concretamente la destrucción del INDEC, lo cual dejó la economía a ciegas, mintiendo sobre los datos y el estado de la economía.
Lavagna puso énfasis en la situación de los niños pobres y en lo que ello significaba para el futuro. Destacó que no es cierto que las exportaciones estén subiendo y lamentó que en últimos 8 años la economía no haya crecido.
El colectivo de mujeres poco presente en el debate presidencial
En general parece positivo que el público vea confrontar a los candidatos, pero en verdad el debate no permitió sacar conclusiones sobre lo importante, qué medidas económicas concretas tomarían Alberto Fernández o alternativamente Mauricio Macri en caso de alcanzar la Presidencia. Ninguno de los dos esbozó un plan económico consistente y tampoco puede pretenderse que en el escaso tiempo concedido a cada uno lo hagan. La gestualidad fue lo mas importante del debate.