OPINIóN
Economía

La genial herencia

Las altas tasas de interés de las Leliq son un inmenso regalo electoral de Lacunza y Guido Sandleris al Frente De Todos.

Dólares
Lo importante es fijar el tipo de cambio real, no el nominal. Lacunza debería indexar el tipo de cambio de 60 pesos por dólar con el índice de precios al consumidor para promover las exportaciones y sobre todo promover la inversión de largo plazo para exportar. | IMAGEN DE PASJA1000 EN PIXABAY.

El flamante Ministro de Economía Hernán Lacunza anunció que el propósito central de su política económica será mantener el ancla nominal del tipo de cambio alrededor de 60 pesos por dólar, para lo cual el Banco Central debe mantener alta la tasa de interés para las Leliq en el nivel del 75% anual, o superior, durante el proceso electoral y hasta el 10 de diciembre.

Este anuncio tuvo por objeto evitar que el dólar supere los 60 pesos en la creencia de que ese dólar estable nominalmente permitirá al gobierno reactivar la economía y así tener alguna chance de revertir el desastroso resultado electoral del gobierno en las PASO del 11 de agosto. Se equivoca Lacunza porque la inflación de los próximos meses en el orden del 5% mensual tornará rápidamente poco competitivo al tipo de cambio nominal de 60 pesos por dólar. Lo importante es fijar el tipo de cambio real, no el nominal. Lacunza debería indexar el tipo de cambio de 60 pesos por dólar con el índice de precios al consumidor para promover las exportaciones y sobre todo, promover la inversión de largo plazo para exportar.

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El instrumento elegido por Lacunza y Sandleris para mantener el tipo de cambio nominal a 60 pesos es la altísima tasa de interés de las Leliq, que son simples pagarés del Banco Central a favor de los bancos. Su plazo es de una semana y sus tasas de interés operan como las tasas mínimas de referencia del mercado monetario. En lugar de utilizar los depósitos bancarios del público para re-prestar ese mismo dinero a las empresas productivas privadas, los bancos utilizan los depósitos del dinero de la gente para prestarlo al Banco Central suscribiendo las Leliq, y dejando así a las empresas privadas productivas sin crédito. Las Leliq generan el ridículo de que, en lugar ser el Banco Central el que presta dinero a los bancos, sean los bancos los que prestan dinero al Central.

Ante la escasez de crédito bancario, cuando una PYME se ve obligada a descontar un cheque en el banco con el cual opera, le debe abonar tasas de interés del orden del 120% anual para inducir al banco a que sacrifique la renta segura del interés de las Leliq del 75% anual, para prestarle con grandes riesgos a esa PYME. Los riesgos provienen precisamente de la recesión que causan las propias tasas de interés usurarias de las Leliq. A esas tasas todas las empresas corren riesgo de ir a la quiebra, a menos que tengan acceso al crédito internacional. Pero solamente las empresas muy grandes y las transnacionales tienen ese acceso. Por eso es que al presente vemos cierres de comercios y de pequeñas empresas todos los días en nuestro país con importantes aumentos del desempleo. Por estas razones, el dólar a 60 no permitirá ganar las elecciones a Juntos por el Cambio. Las altas tasas serán el factor principal de la victoria al Frente de Todos. Las altas tasas de interés de las Leliq son un inmenso regalo electoral de Hernán Lacunza y Guido Sandleris a Alberto y Cristina.

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El mecanismo por el cual las tasas de interés elevadas en pesos consiguen achatar el tipo de cambio y mantenerlo artificialmente a 60 pesos por dólar es conocido como carry trade: los especuladores traen dólares a la Argentina, con lo cual hacen bajar su precio, obteniendo 60 pesos por cada dólar vendido. Luego, con los pesos compran Leliq al Central y ganan 75% anual. Días antes de la entrega del poder al Frente De Todos, los bancos especuladores, abandonarán las Leliq y con los pesos que les entregue el Banco Central comprarán dólares y los fugarán. Veremos entonces cómo hacen Hernán y Guido para evitar que dólar se vaya a las nubes. 

Las Leliq son píldoras envenenadas para la economía argentina. No solamente causan una fuerte recesión y una gran desocupación, sino también una alta inflación. Su stock ya supera el billón de pesos y es algo mayor que la base monetaria. Esto significa que para pagar los intereses de las Leliq, la moneda debería crecer a una tasa superior al 75% por año. Y si el Banco Central decidiera redimir el total de las Leliq con emisión monetaria,  tendríamos inmediatamente una inflación del 150% anual.  

¿Que deberían hacer ya, ahora, Hernán y Guido, para salvar a Macri del desastre electoral del 27 de octubre e inaugurar una economía desarrollista anti-timba? En primer lugar poner el tipo de cambio en su nivel de equilibrio de largo plazo indexado con el índice de precios al consumidor. Ese tipo de cambio debe ser el consistente con un crecimiento anual del PBI y del empleo del orden de un 8% anual en nuestro país. ¿Cuál es actualmente ese tipo de cambio? Todo indica que fue el vigente en 2003-2007. Según el FMI, ese tipo de cambio, ahora, a comienzos de agosto, a los precios actuales, sería de aproximadamente 60 pesos por dólar. Pero indexado con IPC. Con un tipo de cambio real a ese nivel, la tasa de interés real activa de la economía argentina tendría que bajar al 5% real anual.

Como apoyo a mi tesis acerca del tipo de cambio real desarrollista inicial a 60 pesos por dólar, cabe señalar que ese tipo de cambio real fue el vigente entre 2003- 2007, cuando el dr. Alberto Fernández era Jefe de Gabinete del Gobierno Nacional y la economía nacional crecía al 8% anual. Por ello Alberto Presidente, si es bien asesorado, adoptaría una la política de indexar el tipo de cambio y rescatar las Leliq remplazándolas por bonos indexados del gobierno nacional. Con respecto al tipo de cambio real vigente cuando Alberto Fernández era Jefe de Gabinete, ver el gráfico que sigue sobre el tipo de cambio real. Es copia fiel del que está inserto en la página 28 del informe del FMI del 15 de julio de 2019. Para interpretar ese gráfico téngase presente que los economistas del FMI miran el tipo de cambio al revés nuestro: el peso sobrevaluado significa para ellos dólar alto, y peso subvaluado, dólar bajo.

 

Gráfico columna Conesa

Reitero, para asegurar la baja de tasas de interés y eliminar la timba financiera, Lacunza y Sandleris tendrían que rescatar las Leliq transformándolas en títulos a mediano plazo en pesos indexados del gobierno nacional, con una tasa del 2% anual. También tendrían que bajar encajes bancarios e indexar con el índice de precios al consumidor los depósitos a plazo fijo en el sistema bancario nacional para inducir a los ahorristas argentinos a no comprar dólares y además ofrecerles un interés real del 2% anual. El rescate y la indexación pueden hacerse de inmediato por decretos de necesidad y urgencia. Cabe recordar que las mismas emisiones de deuda de corto plazo del Banco Central, las Leliq, tienen un muy frágil fundamento legal en un decreto de necesidad y urgencia presidencial del año 2002, decreto que, al no tener tratamiento posterior por parte del Congreso, en realidad es jurídicamente nulo. 

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Además, para poner el broche de oro que consolide de manera permanente la baja en las tasas de interés en nuestro país, el Poder Ejecutivo debería enviar al Congreso un proyecto de ley para invitara la repatriación de los capitales argentinos fugados al exterior, que suman mas de 300 mil millones de dólares, a condición de que se destinen a depósitos a plazo fijo en pesos indexados en el sistema bancario nacional, o también a la compra de acciones de empresas que coticen en las bolsas de comercio del país, en pesos, todo ello sujeto al pago de un impuesto del 1%. Los capitales del narcotráfico y la corrupción deberían quedar excluidos. ¿Qué diputado o senador, sea albertista o macrista podría oponerse a que la tasa de interés interna y el riesgo país bajen radicalmente para que la economía y el empleo se reactiven como por arte de magia?

Con estas medidas (y otras que publicadas en mi libro Propuestas Superadoras Para El Desarrollo Económico, Prosa Editores, 2018), las exportaciones podrían crecer al 15% anual y el PBI al 8% por varios años. En menos de tres años se alcanzaría el pleno empleo. Así el gobierno que las implemente y las siga constantemente se cubriría de gloria ganando fácilmente todas las ruedas electorales hasta el 2040.