Dicen que el principal atributo de un buen peronista es la flexibilidad y el pragmatismo. En las experiencias históricas positivas de este movimiento, la utilidad de una estrategia supo primar sobre su pureza conceptual. De allí que la jugada de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, promoviendo a Alberto Fernández a la candidatura presidencial, puede enmarcarse como un intento para poner en valor esa tradición. Para esta coyuntura, “No soy yo, sos vos”.
También puede ser el resultado de una lectura atenta a los resultados electorales que se vienen sucediendo en las provincias. Atrás quedan los tiempos de “El candidato es el proyecto” para asumir con crudeza que la opinión pública no suele ser tan permeable a esas disquisiciones ideológicas. Acá el pragmatismo está reflejado en el intento de expandir las fronteras del kirchnerismo abriendo la posibilidad de un acuerdo mayor con el resto del peronsimo. Pero también eligiendo a alguien capaz de entender y mediar el complejo escenario social, político y económico que depara el post. 10 D, donde la moderación, el consenso y la posibilidad de dialogar y logar entendiemientos con sectores de poder resultará ineludible.
Las elecciones se definen por la capacidad para persuadir a los indecisos y moderados y también para influir en la opinión publicada. El mensaje tempranero de Cristina por las redes esta mañana sugiere la interpretación de los limites que impone la propia biografía para la etapa que viene. Quienes refieren a la memoria de Cámpora para devaluar la iniciativa eluden el hecho de que aquella decisión de Perón respondía a una limitación legal de Lanusse que le impedía su propia candidatura. En este caso, sin restricción, la comparación se debilita. “Fernandez al gobierno, Fernandez al poder” quizás sugiera una lectura más compleja y menos lineal de quienes la proponen despectivamente.
Por lo pronto ahora deberán esperarse las reacciones de los otros jugadores. La movida sorpresiva obliga a resetear estrategias. Dentro de la coalición Cambiemos, quienes hasta ayer especulaban con la posibilidad de una candidatura alternativa a la de Macri quizás encuentren renovados argumentos para sostener con nuevos bríos una posición que hasta ahora podía resultar herética. Si uno de los polos amaga con ampliarse y desandar la grieta quizás corresponda una postura especular. Sin dudas se amplificará el debate.
Y si el fin de semana es para escuchar las voces de la política y los analistas, el lunes habrá que auscultar la reacción de los mercados. Ellos hablarán de la única manera que saben hacerlo: con respuestas alejadas de las teorías y cercanas a las cotizaciones de títulos, acciones y monedas. El paso de los días ampliará las reacciones más allá del círculo aulico de los interesados y los especialistas para dejar paso a los destinatarios anónimos pero centrales de un año electoral: los ciudadanos electores, particularmente aquellos que aun no tienen una posición definitiva frente a un octubre que se les presenta lejano ante las necesidades mas inmediatas del día a día. Aventurar su reacción es muy prematuro a pocas horas de la noticia y sin conocer aun las respuestas de los otros jugadores. La política genera hechos que muchas veces se independizan de la voluntad de sus creadores y adquieren vida propia. Sus consecuencias están por verse.
* Politólogo. En Twitter: @gmmarangoni