Comenzó la guerra contra el virus y parece que "Seguimos ganando". El gobierno perdió tiempo valioso y subestimó al Covid-19, y solo reaccionó frente a la amenaza inminente de la pandemia y el reclamo de la gente que advertía la necesidad de tomar medidas urgentes. El Presidente Alberto Fernández no tenía dimensión de lo que venía, así se explica que nos recomendó una bebida caliente para matar el virus, pidió la transmisión del fútbol antes que los jugadores decidieran parar las actividades, daba clases en su tiempo libre y permitía que Ezeiza fuera un foco de contagio cuando era evidente que el virus estaba llegando al país. Alberto tampoco frenó la salida de gente al exterior con fines recreativos cuando decretó la cuarentena, incluido el viaje de Cristina Fernández a Cuba. Por el contrario, cerró las fronteras con al menos treinta mil compatriotas varados por el mundo. Luego vino la campaña de comunicación con épica "malvinera", nos militaron los viajes de Aerocámpora, se adjudicaron los aplausos dirigidos a los médicos y de paso organizan un Teletón a medida de la Primera Dama Fabiola Yáñez.
El gobierno se equivoca en calificar a la pandemia como una "guerra", si el virus es el enemigo puede llevar a interpretar que este tiene "aliados" a los que hay que castigar. Por eso es conveniente hablar de "emergencia sanitaria", donde población y dirigentes hacen esfuerzos compartidos y cooperan por el bien común.
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"Somos ejemplo en el mundo"
Coincidimos que el denominado "aislamiento social, preventivo y obligatorio" ha sido un buen primer paso pero ¿Cuántos casos de Covid-19 realmente tenemos en el país? El Ministro de Salud Ginés González García afirma que "Somos un ejemplo para el mundo", que hasta ahora ha realizado 6000 testeos, de los cuales 20% dieron positivo. En efecto, testeamos menos que Pakistán, Grenada y Jamaica con algo así como 6 test por cada 100.000 personas. Lejos estamos de los 44 de Uruguay, 189 del Reino Unido o 579 de Alemania, por tal motivo solo podemos afirmar que hay 1.451 casos aunque imaginamos que hay muchos más. Estamos en el fondo de la tabla como uno de los países que menos análisis hace per capita en el mundo, a eso debemos sumar que de los 11 científicos que trabajan en el Malbrán habría 8 precarizados y 4 tenían salarios por debajo de la línea de pobreza. La desidia de tantos años de nuestros políticos respecto de la Salud pública encuentra en esta pandemia un momento crítico, donde la dirigencia debe correr detrás de los hechos para que podamos salir lo mejor posible de esta situación.
Somos ese triste ejemplo mundial que en las últimas horas no supo organizar el cobro de jubilaciones exponiendo peligrosamente a miles de personas mayores.
El lujo, el tiempo y la mente en época de pandemia
De "soja y suerte" a "cuarentena y vemos"
El Presidente sigue con su mala puntería para elegir aliados y enemigos. Se reunió con Hugo Moyano para hacer juntos todo aquello que no se debe en cuarentena y de paso calificó de "miserable" a Paolo Rocca por despedir empleados. El problema para Alberto es que ese señor encarna por estos días a miles de empresarios Pymes que están en situación de quebranto.
El país de Alberto no tiene lugar para los que dan trabajo, debiendo estos asumir que no tendrán beneficios como la baja o eliminación de impuestos. Por el contrario, el propio mandatario dijo que no hará ningún esfuerzo que comprometa sus ingresos de funcionario. Es así que El Capitán Beto se ganó su primer cacerolazo y el rechazo de la clase media en apenas cien días. La lógica del gobierno para enfrentar la debacle económica es ponerle plata en el bolsillo a los que siempre reciben un cheque del Estado. Se anotaron 8 millones de personas en su mayoría beneficiarios de la AUH para recibir los $10.000 y apenas le van a dar $5.000 al personal médico y de seguridad. El 70% del empleo proviene de las Pequeñas y Medianas Empresas a las que les ofrecen crédito con el 24% de interés, cuando esa tasa debiera ser 0%. Los 1.450 despidos de Techint son la punta del Iceberg, se habla de 100.000 en la construcción, que se sumarían a los 740 en Tierra del Fuego y eventualmente a unos 8.000 en YPF. La crisis no sabe de leyes ni decretos, los empresarios van a echar para garantizar el futuro de sus empresas.
La pandemia del Covid19: catástrofe imprevisible o tragedia evitable
Luego de muchos años de maltrato injusto, el ejército volvió a los barrios para alimentar a la gente en un momento muy delicado del país, como dijo Charles de Gaulle "¿Para qué sirven las Fuerzas Armadas? Para nada, salvo cuando todo depende de ellas".