Madrid, principal foco del coronavirus, está prácticamente paralizada. A partir de mañana, con el anuncio de las medidas que implican la declaración del estado de alarma decretado hoy por el Gobierno español, esta situación se extenderá al resto del país. En tanto, la recesión acecha.
Todo es rarísimo. Empezando por cómo cambió el país desde el lunes. De hablar de la marcha feminista del 8M o de la derrota inesperada del Real Madrid, que le costó el liderato de la Liga de fútbol, a ver, como me sucedió esta mañana, a un hombre de mediana edad comprando en el supermercado con traje, mascarilla y guantes de cirugía. Esta escena que bien podría calificarse como surrealista, representa grotescamente el pánico que se está adueñando de los madrileños, miedo reflejado en las góndolas que parecen haber sufrido el ataque de un ejército de termitas hambrientas. Voracidad que hizo disparar el consumo de los súper hasta un 180%. Pero hay otro cuadro que bien lo podría haber pintado el hombre del supermercado: Muchos de los comercios chinos –esos que te sacan de apuro a cualquier hora de cualquier día– bajaron las persianas, y en ellas cuelga un cartelito que reza: “Cerrado por vacaciones”.
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El cambio de paisaje se completa con escenas que ni Saramago describió en “Ensayo sobre la ceguera”. Imposible imaginar, por caso, Madrid sin embotellamientos o sin sus típicas terrazas, cerradas por orden del Ayuntamiento. El estilo de vida del madrileño -“vivimos en la calle”, dicen a modo de reafirmación de su origen-, se verá aún más afectado a partir del próximo sábado cuando los bares y restaurantes amanezcan cerrados. Y quedan por conocer las medidas que adoptará el Gobierno mañana tras haber declarado hoy el estado de alarma en todo el país.
Los 4.231 contagiados (2.078 en Madrid) y los 121 muertos en toda España, al momento de escribir este artículo, son los elementos que explican este cambio de vida irreconocible. Incluso a nosotros mismos nos cuesta reconocernos en una ciudad – y país - que comenzamos a desconocer.
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Economía, la otra gran víctima
Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), cuyas medidas decepcionaron y contribuyeron al derrumbe de las bolsas europeas, advirtió a los líderes de la Unión Europea (UE) que sin una acción coordinada Europa “verá un escenario que nos recordará a muchos el de la Gran Crisis Financiera de 2008". No pocos analistas ya apuntan a que la zona euro volverá a entrar en recesión por las medidas sanitarias a las que se verán obligados adoptar los Gobiernos.
Lo cierto es que en el caso español las cancelaciones de vuelos, cierre de escuelas y guarderías, como la reducción de la actividad productiva y caída de las actividades de ocio, principalmente las relacionadas con el turismo y la hostelería, entre muchas otras, los efectos del coronavirus son ya una realidad en la economía. Quizás lo más correcto sería hablar de un nuevo virus, adaptación del coronavirus, el recevirus, con graves consecuencias que podría traducirse en una nueva y profunda recesión. De hecho, estas consecuencias ya pueden notarse en el sistema productivo y en el mercado laboral, donde algunas compañías comenzaron a anunciar despidos y suspensiones para afrontar la caída de la actividad económica.
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Como siempre sucede en estos casos, el mejor termómetro para medir el humor de la economía es el mercado bursátil. Más allá de las subidas esporádicas que se puedan dar, el valor de las cotizaciones indica que los inversores presagian un futuro negro para la actividad económica. En efecto, el pronóstico de una recesión toma más cuerpo. El Ibex 35 (indicador de la bolsa española) ayer cayó un 14,06%, en la que es hasta el momento la mayor caída de su historia. Hablando en plata, más de 143.000 millones de euros perdieron las empresas del Ibex 35 en lo que va del ejercicio. Otro dato: el valor total del índice de referencia cayó en poco más de dos meses de los 608.000 millones a los 466.000 actuales. Estas cifras responden a la caída de más de un 23% de la bolsa madrileña desde el inicio de la crisis del coronavirus.
Claro que las empresas no sufren por igual ya que dependen del sector en que desarrollan sus actividades. En este sentido, las compañías de turismo representan uno de los grupos más golpeados. Veamos por nombres y apellidos. La cadena de hoteles Meliá abriría el fuego. Según el sindicato UGT, la compañía tiene previsto despedir a 200 personas, número que podría aumentar, según temen los sindicalistas.
Air Europa también anunció que prescindirá de parte de su plantilla. La aerolínea comunicó el pasado martes el inicio de un Expediente Temporal de Regulación de Empleo (ERTE) a raíz de las afecciones a su operatividad provocada por la crisis del coronavirus. La empresa no concretó a cuántos trabajadores afectará la medida.
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El negocio de la hostelería (bares y restaurantes), ya tocado por una caída de la afluencia en los restaurantes de 15 puntos porcentuales, con las medidas adoptadas hoy en Madrid y La Rioja, y la que tomó el Gobierno que entrará en vigencia mañana sábado, tiene ante sí un panorama dantesco desde el punto de vista económico. Veamos. A partir de esta mañana ambas administraciones anularon la habilitación de terrazas. Y mañana entrará en vigor la medida adoptada por el Ejecutivo de cerrar todos los restaurantes y bares del país, lo que generará cuantiosas pérdidas a sus propietarios que se traducirán en algunos casos en quiebras, y en casi todos en un importante número de despidos. Vale destacar que el sector cerró 2019 con una facturación que alcanzó los 37.000 millones de euros, según la consultora The NPD Group. En conjunto, esta industria explica el 6,2% de PBI de España.
Otro ejemplo de cómo la paralización de una actividad produce un efecto cadena negativo, es el cierre de los colegios. Porque implica la suspensión de la actividad docente presencial, aunque muchos profesores podrán seguir impartiendo clases de manera telemática, el problema está en que esta alternativa no alcanza a los contratos relacionados con los servicios de comedor, escuelas infantiles, transporte, asesores de lengua de signos y traductores e intérpretes, que se irán a la calle mientras se prorrogue el cierre de los centros.
El mundo de la cultura también se ve afectado muy seriamente. Por caso, al cierre de museos y teatros públicos, hay que añadir los grandes musicales de la Gran Vía que se preparan para una temporada de cuarentena. Las principales productoras teatrales iniciaron o entraron en fase de preparación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). Así las cosas, el personal de clásicos de la Gran Vía, como “El rey león” y “Anastasia” ya están afectados por estos despidos temporales, informa Expansión. Mientras que otras grandes apuestas como “Billy Elliot, “La jaula de las locas'”, “Ghost” y “El guardaespaldas”, cuyas representaciones fueron canceladas durante las próximas dos semanas, están en el punto de mira.
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El Teatro Real, siguiendo las medidas aprobadas por el Consejo de Ministros en relación con el coronavirus, decidió mantener el estreno el próximo día 17 de la ópera Aquiles en Esciros, pero lo hará sin público. La representación se retransmitirá en directo a través de la plataforma de vídeo del Teatro Real My Opera Player.
En tanto, los cines españoles deben reducir su aforo a un tercio en Madrid, La Rioja y Álava durante los próximos 15 días, mientras las salas con una capacidad superior a las mil butacas suspendieron su actividad. Todas estas medidas pendientes de lo que disponga la Administración Sánchez para el resto del país.
Sin fútbol. La Liga se suspenderá en Primera y Segunda División al menos durante las próximas dos semanas. La comisión de seguimiento, que cuenta con la participación de la Federación, LaLiga y del sindicato de futbolistas (AFE), alcanzó un acuerdo de suspender las próximas jornadas de LaLiga Santander y la Smartbank, después de que los equipos del Real Madrid en baloncesto y fútbol hayan decretado una cuarentena tras el positivo de uno de los jugadores del equipo de básquet.
¿Quiénes serán los grandes beneficiaros del todo cerrado? Netflix y Amazon Prime Video, principalmente. Y más de un novio o novia con dudas que puede aprovechar el recevirus para cancelar su casamiento, como ya está sucediendo. Sin nombrar a los chinos que muchos de ellos por primera vez cuelgan el cartelito de “Cerrado por vacaciones”.
Todo muy raro en los tiempos del virus.
