La Unesco considera que brindar una educación de calidad a los niños es una de las mejores inversiones que un país puede emprender para el desarrollo de sus recursos humanos, la igualdad entre los sexos y la cohesión social, y también para reducir el costo de los programas de recuperación posteriores.
La Argentina, por otra parte, acordó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en septiembre de 2015 y junto con otros 192 Estados, cuya meta 4.2 menciona: “Para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y a una enseñanza preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria”.
Es importante cumplir con las leyes establecidas ya que marcan un camino positivo hacia la mejora educativa. En diciembre de 2014 se sancionó la Ley N° 27.045, que estableció la obligatoriedad de la educación a partir de los 4 años de edad, lo que resultó un paso adelante hacia una mayor inclusión en la educación inicial.
Las cifras estadísticas correspondientes a la matrícula del nivel inicial de nuestro sistema educativo, publicadas en los Anuarios Estadísticos del Ministerio de Educación, muestran que la matrícula total de jardín de infantes aumentó un 55,4% entre 1996 y 2020, al mismo tiempo que ese incremento fue relativamente equitativo entre el sector de gestión estatal y privada, con avances del 56,8 y 52%, respectivamente.
Al analizar el crecimiento de la matrícula de cada una de las salas que componen el jardín de infantes, se observa que la de 5 años es la que mayor cantidad de alumnos acumula, al mismo tiempo que el comportamiento de su crecimiento es similar al de la matrícula total. No obstante, reporta valores más moderados que el resto de las salas, ya que, desde 1996, la cifra de matrícula es considerablemente alta y, por lo tanto, la capacidad de crecimiento es menor.
Las salas de 3 y 4 años reportan comportamientos diferentes según sector de gestión
Por su parte, las salas de 3 y 4 años reportan crecimientos más significativos y comportamientos diferentes según sector de gestión y períodos de tiempo. En términos generales, en ambas salas el crecimiento de la matrícula total entre 1996 y 2020 fue superior al 120% y en ambos períodos el sector estatal superó al privado.
A pesar de que la matrícula total del jardín de infantes a escala nacional presenta un sólido crecimiento, al diferenciar según las divisiones político-territoriales se observan marcadas diferencias. Por ejemplo, mientras las provincias de San Juan y La Pampa presentan crecimientos superiores al 85%, la de San Luis no supera el 19%. Con relación al sector de gestión, solo en cinco distritos el incremento de la matrícula estatal fue superior al de la privada, que corresponden a las provincias de San Juan, La Pampa, Mendoza, Salta y Entre Ríos.
En lo que respecta a la comparación internacional, la Cepal publicó en su Anuario Estadístico 2021 la tasa bruta de matrícula en educación preprimaria de 2020, que incluye un total de treinta países de América latina y el Caribe. En ese informe, la Argentina presenta índice del 77,8%, ocupando el lugar N° 12 en el ranking regional, justo por encima del promedio, que corresponde al 77,5%. En ese sentido, se destacan países como Costa Rica, Cuba, Anguila, Uruguay y Brasil, que presentan tasas superiores al 95%. Mientras tanto, en el otro extremo se encuentran Bahamas y Panamá, con tasas inferiores al 35%.
Hay una tendencia positiva hacia una mayor inclusión de los niños en el nivel educativo inicial en nuestro país. El hecho de que la matrícula infantil se encuentre en crecimiento, sin embargo, no elimina el compromiso de que tal evolución sea sostenida en el tiempo para alcanzar a países vecinos como Brasil y Uruguay y posicionarnos en un mejor lugar frente al resto del mundo. Al mismo tiempo, debemos avanzar hacia una reducción en las diferencias de crecimiento observadas entre nuestras provincias, para que los beneficios de una mayor inclusión en la educación infantil se expandan por todo el territorio..
*Director del Centro de Estudios de la Educación Argentina de la Universidad de Belgrano (UB).