Emprender es emocionante, desafiante y suele ser una actividad solitaria. El año 2023 ha sido testigo de un crecimiento continuo del ecosistema emprendedor en Latinoamérica.
Se han creado nuevos espacios de coworking, incubadoras y aceleradoras de startups, lo que ha contribuido al desarrollo de nuevas empresas.
Países como México, Brasil, Colombia y Argentina han sido líderes en esta tendencia, atrayendo inversiones locales e internacionales hacia nuevos proyectos.
Esta tendencia viene en crecimiento desde la pandemia de COVID-19 que aceleró la digitalización en todo el mundo, lo que ha beneficiado aún más a las empresas enfocadas en tecnología y servicios.
Muchas personas durante este período, ya sea porque se quedaron sin trabajo o porque se animaron a explorar y explotar aquello que venían haciendo como actividad secundaria, renunciaron a las empresas en las que venían trabajando, en algunos casos de muchos años, y se lanzaron con sus propios negocios.
Ser emprendedor, un riesgo que vale la pena correr
Siempre es recomendable al momento de emprender considerar aquellos aspectos más ortodoxos y básicos de supervivencia, como tener un plan estratégico que incluya un desafiante plan de negocios, definir el público objetivo, definir el producto y/o servicio, desarrollar diferentes estrategias de marketing, entre otros.
Pero el camino hacia el emprendedurismo está lleno de obstáculos y el principal está atado a una gran barrera cultural que experimentamos en general los seres humanos: la aversión al riesgo, que está vinculado a una emoción paralizante como es el miedo. ¿Qué pasa si me va mal?
Los mejores consejos a la hora de emprender
La aversión al riesgo es una barrera que muchos emprendedores enfrentan, ya que el mundo del emprendedor implica inherentemente incertidumbre y posibles pérdidas.
Superar la aversión al riesgo es un proceso gradual que implica tanto el desarrollo de habilidades prácticas como un cambio en la mentalidad. Al abordar los riesgos de manera consciente y estratégica, los emprendedores pueden construir un camino más sólido hacia el éxito empresarial.
Tenemos que superar el estigma que tiene el error y trabajar para tolerarlo de una mejor manera. Que no sea visto como el final sino como un paso más dentro de una trayectoria de aprendizaje.
¿Por qué odiamos al empresario y amamos al emprendedor?
En esta nueva era de la inteligencia artificial donde los conocimientos y experiencias podrían estar a un clic de distancia, se hace cada vez más necesario trabajar y formar parte de redes.
La colaboración entre emprendedores y el apoyo de comunidades empresariales han sido un factor crucial en el desarrollo del ecosistema emprendedor en Latinoamérica.
Cada vez encontramos más espacios para construir y cultivar relaciones con pares a través de reuniones en eventos presenciales o virtuales como conferencias y meetups.
Estos espacios han brindado oportunidades para establecer redes y alianzas estratégicas donde se promueve una colaboración, compartir conocimientos y el aprendizaje continuo de las experiencias de los colegas.
La invitación es a desafiarnos, a humanizar cada vez más los espacios de networking. Es decir, no solo beneficiarnos profesionalmente, sino también que contribuya al bienestar personal, reconociéndonos como individuos con experiencias e historias únicas, enriqueciendo la diversidad de perspectivas en aspectos humanos como el equilibrio entre la vida personal y familiar, nuestra salud mental, la contención como individuos ante situaciones complejas que a todos en algún momento nos toca atravesar.
