A pesar de la declaración del gobierno holandés de 2019 de que “el antisemitismo está en la lista de prioridades nacionales”, la judeofobia no proviene sólo de la violencia del islamismo radical o del terrorismo antisemita.
El odio religioso hacia los judíos ha irrumpido en escena en toda Europa. Un cristianismo antiguo y de extrema derecha brota de oscuras cuevas, especialmente en Semana Santa.
Algunos podrían compararse con esos cultos de unos pocos miembros que suelen dejar volantes debajo de los limpiaparabrisas de los automóviles o de los felpudos de las casas, tal vez un par de cientos por día... los que son generalmente ignorados o arrugados y tirados a la basura. Ahora, a través de las redes sociales, ese tipo de basura llega instantáneamente a decenas de miles de teléfonos inteligentes, afectando en su mayoría a los jóvenes. Sin embargo, también el "viejo antisemitismo tradicional" continúa manchando festivales o festividades en todo el continente.
El antisemitismo, tan vigente como siempre
El Director de Relaciones Internacionales del Centro Wiesenthal, el Dr. Shimon Samuels, recuerda estos ejemplos:
- Una pintura colgada en una iglesia de Marina di Massa, Liguria representando a judíos desangrando a un niño cristiano -por la necesidad de hornear el pan Azimo de Pascua-. En ese momento, la Iglesia organizó su concurso anual de ensayos de Pascua sobre el tema. Una vez alertado, el Gobierno italiano tomó las medidas necesarias contra este libelo de sangre.
- Un pueblo cercano a Madrid llevó a quienes representaban supuestamente el papel de judíos, rociados con vino y sumergidos en toneles acarreados por toros.
- El Carnaval de Aalst (Bélgica) de 2019 vio pasar carrozas con desagradables caricaturas de judíos, sentados sobre pilas de monedas de oro, que recuerdan los carros de propaganda antisemita nazi de 1936 en Marburg. El Carnaval perdió su status ante la UNESCO.
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Este año, una tradición antisemita de larga data mostró su vigencia en las escénicas procesiones de Ootmarsum (Países Bajos) para la semana de Pascua. Los llamados villancicos "católicos" holandeses -conducidos por su "tesorero" interpretando el papel de "Judas"-, cantan: "Tira al judío al pozo"... explicando que "los judíos con su falsos consejos provocaron el sacrificio de Jesús en la cruz."
Se afirma que la tradición tiene más de 100 años. De conformidad con el documento Nostra Aetate del Concilio Vaticano II de 1965, en 1968 se modificó la redacción y pasó a decirse "pueblo" en vez de "judíos" …pero al año siguiente se volvió al término "judíos" y así continúa hasta la actualidad.
El CIDI (Centro de Información y Documentación sobre Israel) de los Países Bajos, advirtió a Samuels que en Holanda, peor que el Ootmarsum, son las Pasiones de San Mateo y San Juan, de J.S. Bach, que destacan al “Judas” y luego a Barrabás, como el judío que efectivamente debería haber sido crucificado. La “Pasión” se juega especialmente en los días previos a la Pascua, con un enfoque en la dramatización que fácilmente puede conducir al resentimiento y al odio.
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Nuestro Centro aguarda que el Gobierno holandés tome las medidas apropiadas.
Samuels recordó otro ejemplo, no judío, pero aún así un caso importante de odio conducente a la violencia. Había visitado Belfast el día en que marchaban hombres protestantes de la Orden de Orange. Felizmente, el muro entre las partes protestantes y católicas de la ciudad fue clausurado. En el crepúsculo, los hombres de Orange encendieron una hoguera para quemar la efigie católica. El odio era palpable, ambos bandos estaban listos para la violencia.
Un chiste que en su momento contó un guardia armado. Fue detenido un automóvil y se le preguntó al conductor: "¿Eres protestante o católico?" La respuesta fue “Ni uno ni otro, ¡soy judío!”. Pero el guardia insistió: “Sí, pero ¿usted es judío protestante o judío católico?”.
“Que este chiste sea un ejemplo acerca de cómo desactivar el odio”, concluyó Samuels.
* Shimon Samuels. Director de Relaciones Internacionales del Centro Wiesenthal. / Traducción Centro Wiesenthal Latinoamérica.