Religión, prostitución y delincuencia. Una combinación llamativa en la capital mendocina. Un sacerdote terminó herido e internado en un hospital producto de un disparo que recibió en el abdomen cuando fue asaltado por dos delincuentes que lo abordaron en un semáforo. Lo particular del caso es que el cura estaba acompañado por una trabajadora sexual que había subido a su auto en la zona roja.
El cura baleado fue identificado como Marcelo Rolando Lopresti. Tiene 37 años y desde hace una década vive en Italia. Estaba en Mendoza desde hacía unos días para visitar a su familia. En la madrugada del jueves pasado fue asaltado por dos delincuentes que lo sorprendieron cuando estaba en su Fiat Palio gris, parado en un semáforo en la intersección de las calles Rawson y Vélez Sarsfield, en la localidad de Godoy Cruz. Según fuentes policiales, el sacerdote intentó escapar cuando los delincuentes se acercaron. En ese marco, fue herido de un balazo.
De acuerdo con las fuentes, los agresores dispararon contra el auto. Una de las balas impactó en la zona intercostal izquierda, a la altura del abdomen. La mujer resultó ilesa, y los ladrones escaparon sin concretar el robo. En ese punto coinciden todas las partes, aunque la Policía investiga si la prostituta, identificada como María Valeria Rodríguez (32), actuó como cómplice de los asaltantes. Lopresti explicó a los investigadores que lo auxiliaron que estaba sacando fotos en la zona roja mendocina, cuando una chica se le acercó para pedirle ayuda. Según la versión que brindó el cura, que estaba vestido de civil, una amiga de ella se había descompuesto y le rogó que las llevara hasta Godoy Cruz, a unos 9 kilómetros de distancia, para que pudiera tomar un medicamento.
Sin embargo, la mujer relató que ella estaba trabajando cuando un auto se detuvo a su lado y bajó un “gordito en bermudas” para solicitar su servicio. Así lo describió. Rodríguez contó además que su supuesto cliente le pidió sumar a una amiga de la chica, por lo que fueron a buscarla. Como esta “amiga” se sentía mal, la llevaron hasta su casa, en Las Heras. La próxima parada era el domicilio de Rodríguez, en el barrio Pablo VI de Godoy Cruz, donde ella vive con su madre y sus siete hijos. Cinco cuadras antes de llegar a destino fueron asaltados.
Parte médico. Ayer, el cura fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital Central, adonde fue derivado de urgencia por el impacto de bala. Su estado es favorable y se encuentra “estable”, aunque hasta el cierre de esta edición no había declarado formalmente ante la Justicia. La familia del cura explicó, en declaraciones a la prensa local, que el hombre se fue a misionar hace 11 años a Italia y había llegado de visita hacía unos días. “Quiso ayudar a esa mujer”, dijeron. “Fue un caso más de inseguridad”, aseguró Domingo, padre de la víctima. Los conocidos y fieles de la institución a la que pertenece Lopresti destacaron que descreen de la versión que apunta a un encuentro sexual con la prostituta, porque “pertenece a una familia religiosa”.
Una fuente de la investigación informó al diario El Sol que “en todo momento ella (la trabajadora sexual) estuvo muy tranquila”. “Por eso dudamos de que haya tenido algo que ver con el intento de robo o las lesiones. También vamos a peritar la cámara fotográfica profesional –tenía un bolso con un trípode– que llevaba el cura para determinar si hay fotos y si es verdad que estuvo sacando fotos al paisaje”, destacó el vocero.
La zona donde supuestamente el cura se detuvo a sacar fotos es conocida en Mendoza como la zona roja, y comprende las calles Costanera al este, Urquiza al norte, San Juan al oeste y Garibaldi al sur. Allí conviven prostitutas y travestis. En el último tiempo, se produjeron distintos enfrentamientos entre unas y otras para copar el territorio. Desde la Fiscalía número 3 mendocina, a cargo de Gustavo Fehlman, explicaron que la mujer quedó detenida porque “tenía en su poder dos gramos de cocaína” y no por “el robo en particular”. La mujer tenía, además, pedido de captura por otro robo. Por lo pronto, el cura se recupera y las versiones cruzadas continúan.
Perfil de un sacerdote misionero
Marcelo Rolando Lopresti es cura y pertenece al Instituto del Verbo Encarnado, una congregación mundial cristiana ultraconservadora. Desde hace 11 años se encuentra misionando en el norte de Italia, donde esta organización tiene otra sede. Lopresti nació el 1º de enero de 1976 y eligió de joven el camino del sacerdocio. Optó por formarse en el Instituto del Verbo Encarnado, que tiene una sede central en su tierra natal. Se trata de un grupo católico compuesto en su mayoría por sacerdotes, que fue fundado por el padre Carlos Miguel Buela el 25 de marzo de 1984 en San Rafael, Mendoza. Actualmente la Congregación está presente en numerosos países de los cinco continentes y tiene tres ramas: Instituto del Verbo Encarnado (sacerdotes), Instituto Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará (monjas) y Tercer Orden Seglar (asociación de fieles laicos). El cura se desempeñó como capellán de un hospital italiano.
En declaraciones a la prensa, el padre del cura explicó: "Mi hijo desde hace unos 11 años vive en Montalto Di Castro, una ciudad que está al norte de Roma. El es misionero". Una vez por año vuelve a su tierra natal para visitar a sus padres, pero este año su visita no pasó inadvertida.
Por su parte, Victoria Peralta (72), madre de la mujer detenida, opinó: "Lo debe haber conocido de antes porque si no mi hija no habría aceptado que la trajera hasta la casa. Mi hija trabaja de noche para mantener a sus siete hijos, y ayer a la tarde (por el jueves pasado) se fue más tarde porque había viento zonda y hacía mucho calor”. La mujer sabe poco de su hija porque no puede dejar a sus nietos solos. Ella está detenida en una comisaría por tenencia de droga, mientras que el cura se recupera en el Hospital Central.