POLICIA

Barricadas, muros y barreras contra la inseguridad

Estrategias de vecinos hartos de los robos.

No pasarán. Los vecinos de la calle Manco Cápac, en el Bajo Flores, encararon su propia lucha contra el delito.
| Juan Obregón

La inseguridad no sólo modificó viejos hábitos en los barrios, sino que en los casos más extremos cambió la geografía de la zona. En el Bajo Flores, una calle cortada con barriles y carteles que advierten la presencia de vecinos “dispuestos a todo” actúa como un “espantachorros”. En distintos barrios del partido bonaerense de Pilar se instalaron barreras para controlar el ingreso y el egreso de extraños. Y en la localidad de Temperley construyeron un muro para frenar el delito.

“No somos guapos ni maleantes. Pedimos seguridad, que nos pongan una garita en la esquina”, dice a PERFIL Claudio Tornello, que vive en el Bajo Flores y hace tres semanas, cansado de los robos constantes en la cuadra donde vive, decidió hacer una colecta entre los vecinos para armar una barricada con siete barriles con agua que soldaron con fierros y ubicaron en el cruce de las calles Manco Cápac y Balbastro.

“En un mes me quisieron robar el auto tres veces”, cuenta a este diario Ricardo Chiridamo. “Acá lo más común son las entraderas y los robos de autos, ya hubo más de diez casos”, apunta Alejandra Caparrós, y agrega: “A mi suegra la encañonaron y amenazaron con matarla. Hacía dos días que había comprado el auto. A la media hora, el vehículo apareció en una villa de la zona”.

“Nos cansamos de hacer denuncias en la comisaría 36, también presentamos cartas en Gendarmería y el Ministerio de Seguridad. Pero nunca pasa nada, nadie nos escucha, a nadie le importa”, dice Alicia Canosa, a cuyo hijo le dieron un culatazo en la cabeza después de que tres chicos de unos 15 años le robaran el auto. “Gracias a Dios no lo mataron”, suspira resignada.

En la cuadra de Manco Cápac al 1700 (entre Velázquez y Balbastro), a sólo media cuadra del cementerio, todas las casas están enrejadas y sus terrazas y balcones lucen alambres con púas filosas.

Para comprar los siete barriles, los vecinos debieron invertir cerca de 500 pesos. No es la primera vez que deciden hacer algo en conjunto. Hace más de tres años instalaron un sistema de alarma con control remoto.

El tema de las alarmas vecinales es recurrente no sólo en el Gran Buenos Aires sino también en la Ciudad. “Notamos una explosión en estos meses. Según nuestros reportes, pasamos de tener entre cuarenta y cincuenta instalaciones a cien en los últimos dos meses”, destacan a PERFIL desde la empresa Integra. En la misma sintonía van los números de 365 Sistemas: “Las consultas y las instalaciones se dispararon ahora”.

En marzo realizaron 43 reuniones informativas, luego de las cuales 28 alarmas ya fueron instaladas. “En comparación con el mismo período pero de 2013, tuvimos 21 encuentros más y para abril tenemos programados 72”, explica un vocero de la empresa.

En 2013, los vecinos más interesados se encontraban en la zona oeste (Tablada, Castelar, Merlo); en segundo lugar figuraban la zona sur (Monte Grande, Llavallol) y la norte con Olivos y Martínez. Y en tercer lugar se destacaba la ciudad de Buenos Aires con Liniers, Devoto y Monte Castro como principales barrios demandantes.

Sin embargo, la pirámide se invirtió este año. “Crecieron mucho las consultas en las zonas sur y norte del GBA”, aseguran desde 365 Sistemas. En Ituzaingó norte, los vecinos instalaron un dispositivo con estas características. Los carteles colgados en la zona anuncian que todo lo que sucede allí está siendo filmado.

Detrás del muro. Otro caso similar de inseguridad extrema viven los vecinos de la calle Lavalle a la altura de Meeks, en Temperley, partido de Lomas de Zamora. Hartos de los robos, reunieron dinero y levantaron un muro para evitar que los ladrones lleguen por las vías del ferrocarril.

“Antes se metían por las terrazas y saltaban las rejas de las casas”, cuenta un vecino. La situación es tan grave en esta zona que un vecino colocó una gorra en la reja de su casa con un mensaje que lo dice todo: “¡Te lincho!”. A pocos metros, la kiosquera cuenta que los robos ocurren todo el tiempo: “Acá nadie se salva”.

En Pilar pasa algo similar. Como medida preventiva, los vecinos de La Alborada, en la localidad de Presidente Derqui, se organizaron y colocaron una barrera que impide el ingreso y el egreso de extraños en moto o auto. La movida se suma a la de otros barrios de la zona (como Los Mirasoles, Pellegrini III y Villa Alpina), que tomaron la misma decisión frente a una creciente ola de inseguridad.