Una amiga de María Marta García Belsunce, un matrimonio vecino y un vigilador del country Carmel quedaron descartados como sospechosos del asesinato de la socióloga, luego de que un estudio de ADN realizado en diciembre determinara que sus perfiles genéticos no coinciden con los hallados en el lugar del crimen, informaron hoy fuentes judiciales.
En la casa del country Carmel de Pilar se encontraron rastros genéticos de la sangre de dos hombres y una mujer, a quienes María Marta alcanzó a lastimar con un atizador antes de ser baleada, según la hipótesis del fiscal Diego Molina Pico.
Los descartados como sospechosos son Nora "Pichi" Burgues de Taylor, amiga de María Marta, Sergio y Viviana Binello, un matrimonio amigo de la víctima y del vigilador Norberto Glennon, quienes, según determinó en las últimas horas la Asesoría Pericial de La Plata, no fueron las personas lastimadas por María Marta antes de ser ejecutada.
El estudio había sido solicitado en diciembre último por los tres nuevos fiscales designados para el juicio, John Broyad, Jorge Ariel Apolo y Diego Grau, y con estos resultados ya son siete los sospechosos descartados, ya que también le dio negativo al viudo Carlos Carrascosa, al vecino Nicolás Pachelo -acusado ayer por Carrascosa de haber asesinado a María Marta- y a otro vigilador de apellido Ortiz.
Suspensión por la lluvia. El juicio oral debió suspenderse esta mañana debido a la gran cantidad de goteras que empezaron a mojar la sala de audiencia como consecuencia de la fuerte lluvia que caía.
Las goteras comenzaron a mojar el estrado de los jueces, luego sobre el sector del público y finalmente sobre las pilas de los expedientes de la causa. Estas circunstancias motivaron que la presidente del tribunal María Angélica Etcheverry hiciera suspender la audiencia y desalojar la sala.
Los funcionarios judiciales se apresuraron a salvar de las goteras los numerosos expedientes que comenzaban a ser alcanzados por las goteras. Minutos después, el juicio se reanudó.
El informe más esperado de la jornada es el estudio que reveló que en un cuadro, una pared y la punta de un atizador, se encontró sangre, que de acuerdo a los estudios de ADN pertenecen a dos hombres y una mujer que no es la víctima.
El fiscal Molina Pico intentó comparar los ADN hallados en el lugar del crimen con el perfil genético de todos los sospechosos, pero algunos de ellos se negaron sistemáticamente a someterse al análisis, argumentando falta de garantías.
Fuente: Télam
