La foto de Patricia López (33) está en el muro de Facebook de Daniel Gónzalez, tío de Ramoncito, el nene de 11 años asesinado durante un ritual satánico en 2006 en la ciudad correntina de Mercedes. Al pie de la imagen, Daniel González había escrito: “Prófuga de la justicia. Asesina”.
Patricia López, alias “Patila”, es enfermera y la Justicia consideró probado que fue la encargada de drogar a Ramoncito antes de que lo violara y lo matara Daniel Alegre (27), condenado hace una semana. Según el relato de testigos directos, la noche del crimen ritual, que combinó elementos satanistas, afrobrasileños y de magia hispano-guaraní, la enfermera dio indicaciones para que el degüello de la víctima sea un corte preciso.
Además, una testigo declaró que López participó en una ceremonia preparatoria, en la que se marcó con estigmas el cuerpo de la víctima, siguiendo instrucciones de un libro de magia negra.
Alegre, López y otras ocho personas fueron sentenciadas a la pena de prisión perpetua por el homicidio de Ramoncito. Formaban parte de un grupo que vendía drogas, traficaba armas y explotaba sexualmente a menores captados con prácticas mágicas religiosas.
Sin embargo, la enfermera recibió su condena en Casación y es la única sentenciada que sigue prófuga. “Su pedido de captura se emitió en mayo de 2012, ocho meses después de su sentencia. Eso le dio tiempo a desaparecer de Mercedes”, explica Enrique Deniri, el fiscal de instrucción de esa ciudad correntina, ubicado a 240 kilómetros de la capital provincial.
Búsqueda. Marcelo Hanson, abogado de la familia de la víctima, afirma que la Policía correntina hizo poco para encontrarla. “Deberían publicar su foto en internet, en comisarías y trabajar con otras fuerzas para buscarla en todo el paìs”, explicó.
Cuando el pasado de Patricia López se conoció en la iglesia que frecuentaba, su pastor le aconsejó: “Entregate. No podés vivir huyendo. Si sos inocente, tarde o temprano Dios obrará y vas a salir en libertad”.
Pero Patricia López eligió huir. No volvió a la iglesia evangélica y la Policía que fue a buscarla un domingo a la tarde, alertada por un llamado anónimo al 911, encontró su banco vacío.