Al asumir usted brindó a los argentinos y argentinas un mensaje muy significativo. Retomó aquél Nunca Más, ese sentir que en los inicios de la recuperación de la democracia nos unió tras un meta común: la vigencia plena de los derechos humanos. Una meta, que, lamentablemente y desde entonces, ha ido perdiendo fuerza, sacudida por los desencuentros, debilitada por las frustraciones.
Hoy, como abogado de una de las familias más golpeadas de la historia; a 23 años del caso que puso en evidencia una estructura mafiosa en la Argentina, me atrevo a hacerle una petición: Le pido que intervenga allí donde haga falta para desarticular ese sistema de características mafiosas que ha sobrevivido a Yabrán y que hoy sigue funcionando como antes, a través de influencias políticas, de la compra de voluntades, del acoso judicial o de la violencia física.
No se rodee de aduladores, no escuche los cantos de sirena que solo buscan alejarlo del pueblo.
No se meta con mafiosos.
Las 22 mejores fotos de José Luis Cabezas
No crea en las cosas que hagan daño a la gente, sobre todo a quienes con vocación de servicio como lo hacía José Luis hacen de la libertad de expresión su manera habitual de trabajo.
No se involucre en los negocios millonarios de intereses oscuros, que al final se cobran la vida de gente como Cabezas.
No es caprichoso ni infantil mi pedido. La realidad política del país nos lo refriega en la cara a menudo.
Hace 23 años, quien tenía la misma investidura que usted tiene ahora, recibió en la Casa Rosada, públicamente, como a un empresario ejemplar, a quien ya se sospechaba que era el autor intelectual del crimen de Cabezas. Dos de sus Ministros apersonados en Dolores, donde se sustanciaba la causa, bajaron de un helicóptero oficial para avalar la pista falsa que ellos mismos habían insertado.
Nunca la Justicia molestó a ninguno de ellos.
No es caprichoso ni infantil mi pedido. La realidad política del país nos lo refriega en la cara a menudo
En esos días se llegaron a descubrir cientos de millones de dólares en cuentas off shore de ese grupo empresario. Cuentas no declaradas que denunciamos y tampoco nadie investigó.
Nunca como en el Caso Cabezas se vio tan claramente el entramado mafioso de la Argentina. Agentes en todos los poderes de la vida institucional, trajinaron para que la verdad se oculte. El manto de la impunidad se extendió en su plenitud con su efecto devastador.
Por eso, como decía al comienzo, para quien ha asumido como una forma de vida la defensa de quienes son víctimas de un sistema corrupto, es muy caro el compromiso que ha expresado usted al asumir la Presidencia. Me queda decirle gracias por su acompañamiento.
Nunca como en el Caso Cabezas se vio tan claramente el entramado mafioso de la Argentina
Y ofrecerle el mío también como colega, porque los y las argentinas no tenemos otro camino que sumar nuestros esfuerzos para recuperar los valores de la ética en las actividades públicas y privadas, primer paso de la recuperación económica, social y política del país.
Por acción o por omisión o por miedo, todos nosotros – al menos quienes llevamos algunos años encima - hemos permitido que exista un sistema corrupto, sin equilibrios, sin contrapesos y librado a la impunidad del funcionario de turno.
Por la memoria de José Luis y por el dolor de su familia, unámonos para terminar con las mafias y la impunidad en la Argentina.
Muchas gracias, Señor Presidente.
(*) Abogado de la familia de José Luis Cabezas.
BDN/FF