Los ocho rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa (18) cumplieron setenta días encerrados. Ya durmieron en los calabozos de la comisaría de Pinamar y del penal de máxima seguridad de Dolores, y desde el 13 de marzo pasado están en la alcaidía penitenciaria de Melchor Romero, probablemente el destino más confortable de los últimos tres.
A la espera de la resolución de la Sala I de la Cámara de Apelaciones de Dolores, que podría beneficiarlos con arresto domiciliario, los deportistas viven sus peores horas de encierro. Es que por la pandemia del coronavirus dejaron de recibir a sus familiares (aunque ellos siguen entregándoles una vianda con alimentos) y solo se conectan con el mundo exterior gracias al teléfono público del pabellón.
Máximo Thomsen (20), Ciro Pertossi (19), Blas Cinalli (18), Enzo Comelli (19), Ayrton Viollaz (20), Luciano Pertossi (18), Matías Benicelli (20) y Lucas Pertossi (20) duermen en celdas que están acondicionadas para dos internos, y todavía no tienen contacto con el resto de la población carcelaria.
Voceros penitenciarios consultados por PERFIL confiaron que mantienen prácticamente la misma rutina que en el penal de Dolores: juegan las cartas, leen y escriben. Como ahora pueden salir al patio también aprovechan para hacer un poco de ejercicio.
Según las fuentes, los ocho acusados mantienen viva la esperanza de un fallo favorable que los habilite a continuar el proceso en sus casas, aunque la decisión de los camaristas se viene postergando todas las semanas.
El jueves 19 de marzo pasado debía realizarse la audiencia de apelación, pero fue suspendida para evitar la transmisión del virus.
Los rugbiers están acusados por homicidio doblemente calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas y por las lesiones que sufrieron sus amigos.
Fabián Améndola, uno de los abogados que representan a la familia de la víctima, explicó que la resolución todavía no tiene fecha. “Este miércoles contestamos y ahora se le tiene que dar vista por tres días a la defensa. Después la Cámara tiene cinco días para resolver, pero no sabemos si se van a tomar ese plazo por la situación en la que estamos, en la que además hay una suspensión de términos dispuesta por la Corte”, dijo a este diario.
El crimen de Fernando ocurrió cerca de las 4.40 del sábado 18 de enero frente al boliche Le Brique, en pleno centro de Villa Gesell, cuando el joven fue atacado a patadas y trompadas por varias personas.
El ataque quedó filmado por cámaras de seguridad y teléfonos celulares, por lo que horas después fueron detenidos como autores del crimen diez rugbiers que se hallaban de vacaciones y se alojaban en una casa cercana al boliche.