“No fue mi intención disparar”, dijo Carina Rosana Medina (42) cuando tuvo la oportunidad de pronunciar sus últimas palabras ante el Tribunal que la juzgaba por haber asesinado a su cuñado en 2019. Luego le pidió disculpas a la familia de Adrián Quiroga. Llevaba tres años detenida, con prisión domiciliaria, y este martes obtuvo la libertad. Por unanimidad, los jueces la absolvieron porque entendieron que actuó en legítima defensa en un contexto de violencia de género en la que estaba inmersa la familia.
El 23 de octubre de 2019 fue el día que Carina disparó contra su cuñado, quien tenía antecedentes por robo y había sido investigado en una causa por el crimen de un policía. Pero los jueces entendieron que lo hizo por temor, porque vivían en un ambiente de constante alerta por las amenazas propinadas por el hombre que terminó muriendo y porque tuvo miedo por la vida de su hija, su sobrina, su hermana y su madre.
Desde 2003, Quiroga y Vanesa, la hermana de Carina comenzaron una relación. Pero el vínculo se vio atravesado por hechos de violencia por parte de él que se convirtieron en una constante para esta familia. "La hija de Quiroga tenía que volver todos los días del colegio para que 'no matara a mi mamá', para ella era la vida del padre o de la madre, no había otra posibilidad. Vanesa, por sus características personales, jamás iba a defenderse. Hay dos tipos de víctimas de violencia de género: las primeras que mueren en un femicidio y las segundas que se defienden y después, 'nos vemos en tribunales'. Vanesa era una víctima para el femicidio, no iba a defenderse nunca, tenía el arma al lado de su bebé y no reaccionaba", contextualizó la abogada defensora Raquel Hermida Leyenda durante sus alegatos. Carina era lo opuesto a su hermana.
Ese día, Carina había recibido un llamado de su hija que le decía que Quiroga la había amenazado con matarla. Una vez más, violencia, miedo y amenazas.
“A las siete vuelvo y las mato a todas”, amenazó Quiroga. Ese era el momento en que Carina volvía de trabajar a esa casa en Villa Rita, en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, donde convivían todos. La hija de Quiroga y Vanesa contó en el juicio que su padre “siempre estaba armado” y que temía que matara a su mamá. Los testigos narraron que amenazaba y golpeaba a su pareja.
“La violencia era permanente por parte de esta persona, comenzaba desde la mañana con un llamado de mi hermana pidiendo ayuda; al mediodía con un mensaje de mi sobrina. Para mí un ‘tía’ en silencio significaba algo, siempre pasaba algo, vivíamos en un ambiente totalmente alterado con miedo. Durante la tarde era su presencia, sus gritos, sus amenazas y por la noche si estaba mi hermana era peor, simulacro de fusilamiento vivieron mi mamá y mi hermana, amenazas de muerte vivió mi hija a sus 12 años”, leyó Carina cuando dijo sus últimas palabras y su escrito fue compartido a la prensa. Ella detalló además que “nos encontramos viviendo encerradas con candado en las rejas”.
Ese 23 de octubre de 2019, Carina fue a buscar un arma que tenía su marido y cuando volvió se enfrentó a su cuñado que estaba en la vereda gritando para que saliera su pareja. Según ella, él atinó a sacar el arma que “siempre llevaba atrás, en la cintura”. La enfermera disparó, aunque “no recuerda qué pasó después”.
Luego le contaron que su marido le sacó el arma y llamó a la policía. Desde entonces, Carina quedó detenida. Primero en un penal y luego le otorgaron la prisión domiciliaria.
Este martes, la enfermera volvió a respirar. El Tribunal Oral Correccional 7 de Lomas de Zamora, integrado por los jueces Santiago Daniel Márquez, Elisa Beatriz López Moyano y Alfredo Conti, la absolvieron por unanimidad al entender que ella actuó en legítima defensa de terceros en un contexto de violencia de género.
Así dieron lugar a lo que había solicitado la abogada defensora de Carina, Hermida Leyenda, quien tomó la causa cuatro días antes del comienzo del juicio. Mientras que la fiscal Marcela Dimundo había solicitado 13 años de prisión.
“En ningún momento a ella le habían ofrecido la legítima defensa. Siempre le habían ofrecido emoción violenta. Tomo la causa porque ella no quería mentir y el abogado la quería hacer mentir, entonces le dije que no tenía que mentir y le expliqué lo que tenía que hacer”, detalló a PERFIL la abogada. “Carina no pensaba en una absolución porque nunca se lo habían ofrecido, pero yo se lo dije aunque le aclaré que era muy difícil porque estaba muy mal llevada la causa, pero lo logramos”, festejó la abogada defensora.
“En los alegatos de la fiscalía me di cuenta de que íbamos a ganar el juicio, mi alegato más que un alegato formal fue una crítica a toda la causa. (el triunfo) Lo logré diciendo que era una causa mal llevada, que tenía una mala investigación, malos informes de pericias y que todo lo que habían hecho mal era contra mi clienta”, destacó Hermida Leyenda.
Ahora Carina podrá retomar su vida, en libertad.
Si sos víctima de violencia de género o conoces a alguien que esté en esta situación, podés solicitar contención y asesoramiento llamando al 144 las 24 horas del día de manera gratuita. Por WhatsApp podés escribir al +5491127716463 o por mail a [email protected], también descargando la App Línea 144 https://www.argentina.gob.ar/aplicaciones/linea-144-atencion-mujeres-y-LGBTI
NG