El domingo pasado fue un día muy particular para Maximiliano Oetinger: no sólo porque celebraba el día del padre bautizando a su hijo, sino también porque, durante la ceremonia, la policía irrumpió en el bautismo y lo detuvo por estar sospechado de ser el autor del asalto a un departamento.
Oetinger había estado siete años presos por integrar la banda de la familia Bettiga, un grupo que se dedicaba a los secuestros extorsivos durante el furor de ese tipo de crímenes, después de 2001. Él tenía un trabajo menor, estaba a cargo de entregar las "pruebas de vida" a las familias de las víctimas.
El sospechoso, de 29 años, salió con libertad bajo palabra el 8 de noviembre de 2008, tras cumplir la mitad de su condena, y se habría radicado en Villa Ballester, en el partido bonaerense de San Martín, informó el diario Clarín.
El 20 de febrero pasado, tres personas ingresaron a robar a un departamento de Díaz Vélez al 4500, en el barrio porteño de Caballito. Disfrazados de empleados de una telefónica para engañar al dueño, entraron, golpearon a los habitantes del inmueble y se llevaron cinco mil dólares, según el matutino.
En el forcejeo para ingresar, Oetinger habría tenido una pequeña lucha con el dueño de casa, en la que perdió una credencial falsa que usaba para engañar a sus víctimas. Gracias a eso, los investigadores de la comisaría 11º pudieron comprobar su identidad, con la ayuda del Servicio Penitenciario y la División de Individualización Criminal de la Policía Federal.
Los investigadores lo buscaron en la dirección que había registrado el sospechoso al salir de la cárcel, pero la casa había sido vendida seis meses atrás, explicaron fuentes del caso a Clarín. Sin embargo, pudieron averiguar los lugares que frecuentaba, y hasta descubrieron que el pasado domingo 21 de junio tenía pensado bautizar a su hijo.
Finalmente, el día del padre, cinco policías se apostaron frente a la casa de la ex mujer de Oetinger y la siguieron hasta una iglesia ubicada en el cruce de la Ruta 8 y Brasil, en Billinghurst. El sospechoso estaba adentro, e intentó escapar por la puerta de atrás.
Los policías, vestidos de civil y mezclados entre los fieles, cerraron las puertas de la iglesia y lograron esposar a Oetinger, que no se resistió. "Ni siquiera estaba armado", contó una fuente de la investigación al matutino. El sospechoso fue llevado a la comisaría 5º de Billinghurst y hoy está en una cárcel federal.