Si hay algo que nadie puede negar es la curiosa habilidad que tenía para reinventarse en su faceta de estafador serial. No sólo cambiaba de fisonomía para que sus viejas víctimas no lo reconocieran sino que además se mudaba, cambiaba de nombre y, algunas veces, de rutina. Con la ayuda de una mujer policía atractiva, que lo engañó haciéndose pasar por una jugadora de vóley, lo capturaron en su casa de un country de Quilmes.
Pablo José Sciutti (46), un falso abogado y representante de jugadores que hacía gala de sus contactos en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), fue detenido en un operativo realizado por la Dirección de Operaciones contra el Crimen Organizado dependiente de la Superintendencia de Investigaciones del Tráfico de Drogas Ilícitas y Crimen Organizado de la Policía de Buenos Aires, a cargo del comisario inspector Daniel Agüero.
Sciutti vivía solo en un lujoso dúplex del country Aires de Ezpeleta, ubicado en la avenida República de Francia al 300. Le gustaba la buena vida: manejaba un auto importado, vestía las mejores marcas internacionales, practicaba golf y le fascinaba esquiar.
Además de presentarse como abogado deportista, también decía que representaba a primeras figuras del fútbol y hasta que tenía acciones en el club español Rayo Vallecano. Sciutti también se aprovechaba de sus contactos con dirigentes de Quilmes y de allegados a futbolistas.
En las numerosas causas en las que aparece mencionado figura con distintos nombres. Eso sí, siempre decía que era doctor. Doctor Bargallo o doctor Fioretto, entre otros apellidos.
Según fuentes policiales, en 2014 fue detenido y condenado por vender entradas falsas en el Mundial de Brasil. Esta vez lo detuvieron por estafar a una pareja con la venta de camiones que supuestamente pertenecían a una empresa quebrada.
De acuerdo a la investigación, Sciutti los citó en los tribunales de La Plata para hacer más “legal” la operación. “Les pidió 170 mil pesos en la puerta del juzgado y les dijo que esperen unos minutos ya que iba a hablar con el juez", contó un jefe policial consultado por PERFIL. No volvió más.
A partir de la denuncia, los investigadores del caso intervinieron una línea telefónica hasta que consiguieron establecer que estaba viviendo en un barrio privado de Quilmes. No fue fácil ubicarlo.
Cómo cayó. En base a las escuchas, los detectives advirtieron que el estafador tenía una debilidad por las mujeres jóvenes. Una atractiva oficial de policía de 25 años, elegante, alta, delgada y rubia, se encargó de acercarse.
Lo contactó diciendo que era una jugadora de vóley profesional que tenía un problema de salud que le impedía seguir compitiendo. Como Sciutti se jactaba de ser un experto en cuestiones deportivas cayó en la trampa.
Según fuentes policiales, la agente encubierta entró a la casa del estafador y confirmó que se trataba de la persona que estaban buscando. Poco después, y cuando salió a dejar la basura, fue detenido y trasladado a una sede policial.