Una trágica coincidencia entre madre e hija. Hace nueve años, la exconcejal de Campana Andrea Marina García (53) despedía a su madre que había sido asesinada en su casa tras un robo. Para ocultar pruebas, el acusado prendió fuego la habitación de la mujer. Pero, no le sirvió de mucho porque más tarde fue detenido y condenado. El miércoles pasado parte de esta historia se repitió ya que la edil fue víctima de la inseguridad, pero en Estados Unidos a donde había ido a visitar a su hija. Un ladrón ingresó a la vivienda y la mató de un tiro tras un forcejeo para evitar el asalto.
“Polaca” García había viajado a la ciudad estadounidense de Phoenix para reencontrarse con su hija Julieta, una vez que se habilitaron los vuelos en Argentina por la pandemia. Tenían pensado regresar juntas al país para pasar las fiestas en Campana, pero los planes se vieron truncos.
Según contó Julieta a sus allegados, el miércoles por la noche un delincuente ingresó al dúplex en donde vive hace unos cinco años en el interior de un gran complejo de residencias de Phoenix. La exconcejal estaba en la planta de abajo, mientras que su hija estaba en el primer piso. Ahí la atacó.
"Entraron al barrio, que es como si fuera un Nordelta. Entraron a robar a la casa y la sorprendieron en la planta baja del dúplex. Aparentemente Andrea, que era una persona con mucha valentía y aguerrida, quiso forcejear o sacarle el arma y le dispararon cerca del tórax", detalló a Télam Facundo Aphlalo, integrante del Movimiento de Restauración Peronista (MRP) de Campana en el que militaba García y que era como un hijo para la víctima.
García tenía pasaje de vuelta para el 20 de noviembre pero “por esas cosas de la vida” había cambiado los pasajes para regresar junto a Julieta ayer, relató Aphlalo.
“No tengo palabras más que un nudo en la garganta que me mata por dentro. Te voy amar toda mi vida Polaca de mi corazón, volá alto y guíame siempre”, escribió en sus redes sociales Aphlalo y el texto lo acompañó con una foto abrazado a García. “Allá te espera la Reina, el Gallego y Hernán… una fiesta en familia, cómo las que anhelabas tanto. Para mí siempre serás mi ángel que cuida mis espaldas”, completó.
Reina era la madre de Andrea. En realidad, se llamaba Nigdia Filomena Yegros, pero todos la conocían como Reina García. Tenía 79 años cuando fue asesinada el 9 de agosto de 2011 en su casa de la calle San Lorenzo en el barrio Villanueva.
Primero se pensó que la mujer había muerto por inhalar monóxido de carbono ya que se había registrado un foco de incendio en la habitación en donde se encontró el cuerpo. Pero luego la autopsia determinó que la habían golpeado y se empezó a investigar la hipótesis de un robo violento.
No se tardó mucho en llegar al sospechoso. Se apuntó a un hombre que había recuperado la libertad por una causa por robo hacía poco tiempo, estaba en pareja con una vecina de la víctima y testigos lo habían visto conversando con Reina un rato antes del supuesto incendio accidental.
Así fue como Antonio “Nito” Pellegrino Gallucio fue detenido en la casa que compartía con su madre en la localidad bonaerense de Lanús, a unos 80 kilómetros de Campana. Los efectivos policiales encontraron en la propiedad varias pertenencias robadas a García, entre ellas dos tarjetas de cobro de jubilación y un cuadro que el partido justicialista local le había entregado en 2006 por su trayectoria como militante, se informaba en las crónicas de entonces.
Según puso reconstruir el fiscal del caso, Alejandro Irigoyen, la víctima junto a otras personas había conversado ese día con Pellegrino Gallucio. El acusado aprovechó cuando la víctima se quedó sola y la atacó a golpes para robarle. Luego prendió fuego la habitación para borrar sus huellas. Pero no lo logró.
Dos años después, fue condenado a prisión perpetua por “homicidio doblemente agravado con alevosía”. Así lo resolvió por unanimidad el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2 precedido por el juez Daniel Rópolo.
En la lectura del veredicto, Andrea estuvo presente acompañada de su hija y otras personas. Mientras Pellegrino Gallucio hablaba con su abogado como si nada pasara, se escuchaba la condena a perpetua en su contra acompañado de un fuerte aplauso de parte de los presentes.
Nueve años después, un nuevo hecho de inseguridad enluta a la familia de la ex concejal. Pero esta vez, la tiene a ella como víctima en la otra punta del continente americano.