Leonardo Domínguez, uno de los tres hermanos del joven de 22 años muerto en el barrio porteño de San Telmo por un balazo de un cabo primero de la Policía Federal, advirtió que su familia descarta "rotundamente que el arma se haya disparado al caerse al suelo", contra la versión que recibieron del "comisario" que intervino en el caso.
Además, reclamó que se "aplique toda la ley" al policía de cuya arma provino el proyectil porque "tiene que pagar" con una condena por "homicidio", y exigió que la Justicia determine si la pistola "se disparó intencionalmente o accidentalmente", ante la posibilidad de que el efectivo haya confundido" a su hermano Ariel "con alguna de las personas" que perseguía.
Asimismo, exigió que "los policías entiendan que las armas no son juguetes" y reclamó además que las autoridades analicen el caso de su hermano para conocer en detalle "las fuerzas de seguridad" que conducen, al sostener que "no protegen y matan".
"El comisario a cargo el operativo de ayer nos dijo que se había caído un arma, que se disparó y que el proyectil impactó en la cabeza de Ariel", recordó Domínguez, y alertó: "Nosotros descartamos rotundamente que el arma se haya disparado al caerse al suelo".
Luego, advirtió: "La Justicia deberá determinar si (la pistola) se disparó intencionalmente o accidentalmente, ante el caso de que hayan confundido a mi hermano con alguna de las personas que estaban persiguiendo".
Ariel Domínguez falleció el miércoles, cuando cruzaba la avenida Paseo Colón al 1100, por un balazo que recibió en la cabeza proveniente del arma reglamentaria de un cabo primero de la Policía Federal, Ariel Marcelo Mendoza, quien fue detenido.
El efectivo se desempeña en la comisaría 44, de Liniers, pero brindaba en ese momento servicio adicional en el Registro Nacional de las Personas (RENAPER), ubicado a unos 30 metros del sitio en el que cayó muerto el joven.
Leonardo Domínguez, en diálogo con radio Mitre, rememoró que "algunos (transeúntes) decían que (los efectivos) perseguían a adolescentes que hacían disturbios y otros comentaban que (los policías) estaban persiguiendo a un grupo de tres delincuentes que había robado una cartera o una billetera".
Según fuentes policiales, el imputado relató que salió a la carrera desde el inmueble que custodiaba para apoyar a dos efectivos de la comisaría 14 que perseguían a dos ladrones y, producto del desplazamiento rápido, se le cayó el arma.
De acuerdo a los voceros, el policía nunca sacó el arma de manera intencional sino que falló la cartuchera donde guardaba la pistola reglamentaria, calibre 9 milímetros. "El arma se salió de la cartuchera, cayó de culata y disparó un tiro que, desgraciadamente, dio en el muchacho", dijeron quienes escucharon la explicación del policía, según los voceros.
Desde otra posición, en declaraciones efectuadas a la prensa, Leonardo Domínguez sostuvo: "Queremos que el cabo Mendoza pague. El cabo Mendoza tiene que pagar por homicidio, porque no cualquiera puede tener arma: implica responsabilidades, las que el cabo no tuvo. Que se le aplique toda la ley".
"La Justicia deberá determinar si se disparó intencionalmente o accidentalmente, ante el caso de que hayan confundido a mi hermano con alguna de las personas que estaban persiguiendo", enfatizó.
Insistió luego con que "el cabo Mendoza debe pagar porque mañana puede ser (la víctima) el hijo de cualquiera de nosotros, para que no se vuelva a repetir", y reclamó luego "que los policías entiendan que las armas no son juguetes”.
"Tenemos que darnos cuenta de las fuerzas de seguridad que tenemos no nos protegen y nos matan", concluyó.